Negacionistas, dudosos, con miedo a los efectos secundarios... Son las personas que han optado por no vacunarse frente al covid-19, que en Extremadura apenas suponen una cifra anecdótica: el 0,60% si se compara con las 859.755 personas que desde el inicio de la campaña de vacunación en diciembre de 2020 están inmunizadas con al menos una dosis. 

Según los datos facilitados por la Consejería de Sanidad, en este tiempo han sido 5.204 los extremeños que no han acudido a los llamamientos masivos o que han rechazado las dosis de forma voluntaria cuando han recibido la llamada del SES. La cifra es mínima y se mantiene entre los porcentajes más bajos del país, pero es cierto que se aprecia un ligero repunte a medida que el calendario ha avanzado hacia los tramos de población más joven: la cifra de objetores ha aumentado un 23% desde comienzos de agosto, cuando eran unas 4.200 personas las que habían rechazado vacunarse.  

Los más reacios al pinchazo han sido los treintañeros, cuyas tasas de cobertura están actualmente ocho puntos por debajo de las de los mayores de 40: el 83% de los extremeños de entre 30 y 39 años se ha vacunado a día de hoy con al menos una dosis, frente al 91,3% de los de 40 a 49 años. Si se tiene en cuenta a toda la población mayor de 40 años, la diferencia es aún más grande porque el 98% ya está inmunizado. Esta reticencia ha obligado al consejero de Sanidad, José María Vergeles, ha lanzar esta semana un llamamiento para animar a este grupo de población a vacunarse. 

«Es muy importante que aquellas personas en el grupo de edad de 29 a 39 años acudan a la vacunación. Con diferencia son los que tienen las coberturas más bajas», aseguraba Vergeles en redes sociales.

El titular de Sanidad ha recordado además que en este grupo de edad buena parte de población tiene niños pequeños y dado que aún no se ha aprobado ningún suero pediátrico, la vacunación de sus padres es la forma más segura de proteger a los más pequeños. De igual forma, recuerda que los propios padres de los treintañeros están, por lo general, en la edad en la que el covid se convierte en una infección más agresiva.

No obstante, es la década de los 20 a los 29 años la que, según datos del Ministerio de Sanidad, tiene a día de hoy las ratios de cobertura más bajas. El 79% ha recibido la primera dosis y el 74% tiene la pauta completa. En el colectivo inmediatamente posterior, de 12 a 29 años, el 86% ha recibido ya la primera dosis y el 72,9% ha completado la pauta.

Sin embargo, hay que recordar que estos son los últimos tramos de población que han entrado en el calendario y el SES lleva menos tiempo vacunándolos, desde agosto. También hay que tener en cuenta que la quinta ola se cebó al inicio con los más jóvenes, y la infección retrasa al menos dos meses la fecha de vacunación. 

Pero en este contexto, lo cierto es que Extremadura lidera actualmente el registro a nivel nacional, junto a Asturias, con el 90% de los mayores de 12 años vacunados. Si se tiene en cuenta el total de población, se llega al 80%.

60.000 personas siguen a la espera

Extremadura ha sido una de las primeras comunidades en alcanzar el objetivo de vacunar al 80% de su población (solo Asturias con un 83% y Galicia con un 81,3% tienen mejores registros), pero en la región aún hay más de 60.000 personas sin vacunar.

Según datos del Ministerio de Sanidad, la población a inyectar en Extremadura se cifra en 953.437 personas y de ellas 64.846 no han recibido aún ninguna dosis de vacuna. Teniendo en cuenta que 5.204 extremeños han manifestado expresamente su deseo de no vacunarse, el SES aún tiene que contactar con algo más de 59.600 personas. 

En la recta final de la campaña de inmunización, el trabajo del Servicio Extremeño de Salud (SES) se centrará en una doble estrategia para que los mayores de 12 años que aún no se han vacunado contra el covid-19 lo hagan. En primer lugar, continuarán los llamamientos individualizados desde las áreas de salud para ir rescatando, independientemente de la edad, a las personas que se quieran vacunar y no lo hayan hecho aún. 

Y en segundo lugar, se adoptará una estrategia «de motivación» a través de los centros de salud, para que cuando vayan quedando menos personas por vacunar, sean los médicos y enfermeros quienes animen a ello. Al respecto, el consejero de Sanidad, José María Vergeles, ya ha explicado que los nombres de las personas aún no vacunadas se conocen porque se encuentran en las historias clínicas recogidas en el sistema Jara; y con esta estrategia se puede contribuir a alcanzar el objetivo marcado de un 90% de población extremeña vacunada.

«Nos parece que esa es una herramienta que en el desarrollo que tiene la Atención Primaria de Salud en la comunidad autónoma de Extremadura nos puede dar resultado», ha afirmado. 

A partir de ahora, los puntos de vacunación serán los centros de salud y hospitales. Los vacunódromos que se pusieron en marcha en las ciudades se irán desmantelando de forma gradual y todos estarán cerrados a mediados de octubre. El primero en hacerlo ha sido el del Berrocal de Plasencia, esta misma semana.