Mozart, Beethoven, Bach, Chopin, Chaikovski, Vivaldi... Son músicos mundialmente conocidos y reconocidos por sus obras. Al poner en Google: «autores de música clásica», se despliega una lista sinfín de nombres masculinos. De los femeninos, ni rastro. No porque no los hubiera. Caroline Boissier-Butini, Hélène Montgeroult, María Teresa Agnesi o Corona Schröter son solo algunos ejemplos de las miles de mujeres compositoras.
Esta ausencia de la figura femenina en la música clásica llevó a Sakira Ventura (Sagunto, Valencia. 1993) a elaborar una investigación y colocarlas en el mapa. Es profesora de música y llegó el día en el que decidió cambiar la historia. «Nunca me habían hablado de mujeres compositoras durante mi formación musical y veía que yo estaba perpetuando el mismo error con mi alumnado. Quise cambiar las cosas y aportar a mis alumnos y alumnas esa perspectiva que yo no tuve en su momento», lamenta.
Precisamente, ella percibió el vacío de la figura femenina mientras estaba estudiando. «Cuando pasé el ecuador de la titulación de Musicología. Descubrí el nombre de una compositora en uno de los manuales de Historia de la Música que utilizamos y a partir de ahí me di cuenta de la gran cantidad de mujeres que seguro todavía no había conocido durante mi formación musical y que seguro habían tenido un papel determinante», recuerda. Por ello considera que la educación es un pilar imprescindible para la visibilidad de la mujer. «Es fundamental. En la educación musical estamos forjando a las profesionales del futuro. Por tanto, si queremos que las mujeres cada vez estén más reconocidas, es nuestro deber presentar estas figuras a quienes se encargarán el día de mañana de divulgar su papel», señala.
El proceso
El proyecto surgió durante el confinamiento de marzo a junio de 2020. «Soy docente y al dar las clases online conseguí tiempo extra por no tener que desplazarme cada día a mis puestos de trabajo. Fue cuando pude dar forma a esta investigación», relata. Sin embargo no se ha tratado de un trabajo fácil. Ventura se enfrenta a una ardua búsqueda ya que los nombres no se recopilan así como así. «Primero hago recopilación de autoras en libros, bases de datos, conciertos, discos... En ese momento empieza el estudio y análisis de cada caso particular para ver si se cumplen los dos requisitos del proyecto: que sean compositoras de música clásica y que existan grabaciones de», explica. Una vez termina con la búsqueda, redacta una ficha con la información de cada una. Después, las incluye en la cartografía de las músicas. «Empleo mucho tiempo en cada una de ellas porque quiero que la información que aparece en el mapa sea veraz. Desde las fechas de nacimiento y muerte correctas, como el retrato correspondiente o la biografía con los datos más reseñables de su trayectoria...», apunta.
Las extremeñas
De entre las 500 mujeres que aparecen en el mapa, dos son extremeñas. Marta Lozano (Cáceres, 1985) es una compositora de música social y activista que vive a medio camino entre el medio rural extremeño, la zona del Alentejo de Portugal y Plugia, Italia. Es licenciada en Composición Musical en Musikene de San Sebastián con un máster en creación en Guildhall School of Music and Drama de Londres. Lozano ha recorrido el mundo cantando en el London Symphony Chorus. Ahora preside Wazo Coop, una entidad sin ánimo de lucro y es directora de Wazo Magazine, una revista colaborativa sobre Industrias Creativas y Culturales y Economía Social y Solidaria.
La pacense Inés Badalo (1989), realiza los estudios de guitarra y composición en el Conservatorio Superior de Música de Badajoz y la Escola Superior de Música de Lisboa. También ha recibido encargos del Centro Nacional de Difusión Musical, Sociedad Filarmónica de Badajoz, Radiotelevisión de Portugal, Festival Ensems, Festival Mixtur, entre otros.
A Sakira le quedan aún lugares del mundo por rellenar y, asegura, que no parará hasta completar con mujeres compositoras cada rincón. «Tengo a otras 700 mujeres que iré incorporando. Afortunadamente cada día encuentro nuevas autoras y, poco a poco, conseguiré que todos los rincones del mundo tengan su correspondiente representación femenina», zanja.