«La vida es otra. Hay que acostumbrarse». Así lo resume Lali Bermejo, portavoz de la Unión de Consumidores de Extremadura. La Junta anunció esta semana el fin de las restricciones en los bares y el ocio. Se acabaron los límites de aforo y de horarios, eso sí, se mantienen recomendaciones. No obstante, el sector respira con más oxígeno.

Pero más allá de la hostelería, hay otras actividades que siguen viviendo con el peso de la pandemia. Hay dos ejemplos claros: la atención sanitaria y la administrativa. En el primer caso, los centros de salud han sustituido muchas citas presenciales por telefónicas, mientras que en los hospitales, en las consultas o pruebas, el paciente sigue sin poder ir acompañado, salvo algunas excepciones.

En el segundo caso, la cita previa se ha impuesto como norma y se evita que varios usuarios coincidan en la misma sala. Este modus operandi reduce, inevitablemente, la rapidez para ser atendido. Además, los trámites por internet siguen al alza, lo que por un lado permite agilizar ciertas gestiones pero por otro ha acrecentado la brecha digital con respecto a las personas mayores.

Sanidad dice que se irá desescalando «de manera paulatina»

Salvo algunas excepciones, por normal general un paciente que acude a consulta o a hacerse una prueba en Extremadura no puede entrar acompañado al centro médico. Son las normas covid que permanecen en vigor. Desde la consejería de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta explican que «se irá desescalando de manera paulatina en los hospitales con las medidas establecidas en cada uno de ellos, pero por ahora sigue igual». Todavía queda tiempo por delante para recuperar la normalidad en este tipo situaciones o bien adaptarse a otras formas de concebirlas.

Es lo que ha ocurrido con la atención en los centros de salud, donde la huella de la pandemia es más que evidente. Como ha repetido en numerosas ocasiones el consejero de Sanidad, José María Vergeles, la consultas telefónicas han venido para quedarse y formarán parte del día a día de los médicos de cabecera cuando consideren que no es necesario ver al paciente. Será para casos en los que sí se puede emplear esta práctica. Pero, ¿dónde está el límite? Han sido numerosas las quejas de usuarios por sentirse desatendidos así como las protestas de los propios sanitarios clamando que la Atención Primaria está saturada y que necesitan refuerzos para poder ofrecer un servicio con una mínima calidad.

Siempre con cita previa y priorizando los trámites online

«Durante los momentos más duros de la pandemia tuvimos que aprender a tramitar una baja maternal o una jubilación a través de internet. Y el que nunca había hecho una compra online, pues la hizo», manifiesta Lali Bermejo, portavoz de la Unión de Consumidores de Extremadura.

Ella defiende que la administración o cualquier empresa priorice la cita previa: «Si tienes gente en casa inmunodeprimida y vas a cualquier sitio cerrado, lo que no quieres es encontrarte allí con mucha gente. Entiendo que esta manera provoca más lentitud, pero hay que mirar por los más débiles». 

En cuanto a la brecha digital, afirma que internet «puede ser una herramienta fabulosa» siempre y cuando las plataformas funcionen de una manera eficiente; pero también es consciente que quienes no tienen conocimientos para moverse en esta esfera se sienten abandonados. «Aquí digo lo mismo, hay que proteger al más débil y atender a esas personas».

En este sentido, recuerda que en el mundo precovid había ayuntamientos que ni siquiera contaban con registro digital: «Pero todos nos hemos tenido que ir adaptando porque el mundo que conocíamos ya no existe».

Cuestión aparte es el tema de los oficinas bancarias. «No tiene nada que ver con la pandemia. La filosofía de los bancos es tratar a las personas como si fueran clientes digitales, pero esto empezó mucho antes de que llegara el covid».