Es una de las principales medidas anunciadas por el Gobierno de Pedro Sánchez para abaratar el recibo de la luz y su peso recaerá sobre las autonomías. La rebajada del impuesto especial de la electricidad, que pasará del 5,11% al 0,5%, hará perder a Extremadura casi 25 millones de euros anuales. 

La reducción contribuirá a abaratar la factura de luz que pagan los consumidores, que se ha disparado en los últimos meses por los precios desorbitados que ha alcanzado este bien básico en el mercado mayorista. Pero al tratarse de un tributo cedido a las comunidades, el cambio tendrá un efecto directo sobre las arcas autonómicas: Extremadura ingresa cada año en torno a 28 millones de euros por este concepto, una cifra que se quedará en poco más de 2,6 con la modificación tributaria.

El Gobierno de España se encarga de la recaudación de este impuesto y lo luego transfiere íntegramente a las comunidades. Tal y como exige la propia Ley Órgánica de Financiación Autonómica (LOFCA), el Ejecutivo ya ha garantizado que compensará la merma que esta medida tendrá sobre las arcas de las autonomías: en base al principio de «lealtad institucional», el Estado debe equilibrar el recorte por cualquier circunstancia de los ingresos ya incorporados en los presupuestos de estas administraciones.

Esa es la previsión con la que trabaja la Consejería de Hacienda, que explica además que la repercusión de la rebaja no se notará hasta 2023 porque el Impuesto sobre la Electricidad está englobado en el sistema de financiación autonómica, cuyas entregas a cuenta se liquidan a los dos años siguientes. Ahora falta por conocer cómo el Gobierno central va a compensar esta pérdida de fondos para las autonomías, algo que de momento no ha desvelado. 

De los tributos especiales, el Impuesto a la Electricidad es el tercero que más ingresos genera para las arcas extremeñas, solo superado por el impuesto especial sobre hidrocarburos (249,5 millones de euros según los datos de la Consejería de Hacienda sobre la liquidación de 2019) y el de las labores del tabaco (94,3 millones). No obstante, estos dos tributos están transferidos al 58% y no al cien por cien como la tasa eléctrica.

De lo que no cabe duda es de que se trata de un impuesto de importancia para la región, al mismo nivel que otros como el de Sucesiones y Donaciones (28,6 millones recaudados en 2019) o las tasas sobre el juego (23,8). 

Además de este impuesto, Extremadura cuenta con otro tributo medioambiental, en este caso propio, que está ligado a la energía y cuya recaudación es mucho mayor. Se trata del Impuesto sobre Instalaciones que Incidan en el Medio Ambiente, que también grava a las eléctricas, y que ingresa de 98 millones anuales.