Siempre ponen la nota más tierna y emocionada al premio Europeo Carlos V y este año había aún más ganas. Son la cantera y el futuro de Europa y las autoridades lo saben. Por eso, este año, el rey, Angela Merkel, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, e incluso el jefe de la oposición, Pablo Casado, se han acercado sin dudarlo a los alumnos de los colegios Jeromín de Cuacos de Yuste y Ejido de Jaraíz de la Vera para hacerles felices con un saludo, una foto o un autógrafo.

En las banderas, de España, Europa o Alemania, en las agendas escolares, en las mochilas o en un simple trozo de papel se han llevado lo que más querían. «Yo tengo la firma del rey», presumía una pequeña de nueve años del colegio Ejido. Estaban felices de ver «en persona» a quienes habitualmente solo han visto a través de una pantalla y se han marchado aún más contentos «por tener un recuerdo, tenemos que conservar Yuste», decían otras alumnas de diez y once años del mismo centro.

El rey, saludando a niños del colegio Jeromín, de Cuacos de Yuste. toni

Estaban situados a ambos lados del acceso central al monasterio y no se cansaron de corear y cantar. ¡Felipe, Felipe!, Viva el rey! o ¡Viva España! han gritado desde detrás de las vallas.

Y fueron correspondidos, por Felipe VI, pero también por Merkel, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el de la oposición, Pedro Casado, los más demandados en esta particular alfombra roja marcada este año especialmente por el covid.

Las principales autoridades, ante la bandera de la Unión Europea. TONI GUDIEL

Porque las sonrisas estaban cubiertas por mascarillas y el choque de puños era el máximo contacto permitido. Pero también porque el número de invitados a la ceremonia ha tenido que reducirse para evitar demasiada aglomeración, e incluso, se ha eliminado el ágape posterior al acto oficial para evitar la bajada de mascarillas y, por tanto, el riesgo de contagio.

También este año ha sido diferente por el tirón de la galardonada. Así, cerca de un centenar de profesionales de la comunicación han acudido a la ceremonia, incluidos alemanes.

Numerosos medios, tomando imágenes del acto. TONI GUDIEL

También la sala de prensa ha sido diferente, nada menos que el claustro alto del monasterio, un privilegio del que disfrutó Carlos V en su momento y ayer lo hicieron personalidades y premiados como Felipe González, Javier Solana, Marcelino Oreja y una veintena de embajadores de países europeos e iberoamericanos.

Aquí no pudieron entrar Alberto Muriel, llegado de Cáceres expresamente para ver a los asistentes, ni el grupo de amigos de Garganta la Olla que apenas pudo atisbar a los invitados desde la parte más baja de la explanada. Aún así, todos se marcharon satisfechos y poco a poco, Yuste ha ido recuperando el silencio y la paz a la que rinde homenaje el olivo que plantó en el 2019 el rey y que simboliza la paz y los valores europeos.

Merkel y el rey, junto al olivo de la paz, en los jardines del monasterio. TONI GUDIEL