Resulta curioso, pero la realidad es que en plena crisis de la natalidad las familias numerosas están creciendo en Extremadura. Es lo que dicen las últimas estadísticas del Ministerio de Sanidad. En el año 2011 se contabilizaban en la comunidad 13.123 títulos de familia numerosa en vigor y a cierre del 2020 eran 20.601, un 36,2% más. Son, en total, 14.107 en la provincia de Badajoz y 6.494 en la de Cáceres. ¿Cómo es posible? La respuesta no está en un incremento de la actividad en las maternidades de los hospitales, sino en un cambio en la legislación nacional que ha dado un impulso solo a las estadísticas. «El incremento desafortunadamente no ha sido por el crecimiento de las familias con hijos, sino que es un efecto de la acumulación por no perder la condición de familia numerosa», explica Luis Fernando Fernández, presidente de la Federación de Familias Numerosas de Extremadura (Fefanex). De hecho, este modelo de familia en realidad está en declive, entre otras cosas porque la tasa de fecundidad (número de nacidos por mujer) ha caído a la mitad en las últimas dos décadas , pasando de 2,3 de media a 1,2.

La razón, por tanto, del alza en el número de títulos está en la puesta en marcha de la Ley 26/2015, de 28 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia, que introdujo un cambio significativo en la legislación actual (Ley 40/2003). Desde aquel momento, la vigencia del título de familia numerosa se extiende hasta que el menor de los hijos alcanza los 21 años o los 25 en caso de estar estudiando. Y ahí está la clave del alza de las estadísticas referentes a las familias numerosas en Extremadura. No hay milagros. 

Contar con ese título en vigor supone acceder a ciertos beneficios para este colectivo, como descuentos en algunos medios de transporte, en tasas educativas o alguna rebaja fiscal. Y precisamente también en esa misma modificación legal del 2015, se introdujo un incremento en los mínimos familiares exentos de tributación en función del número de hijos y se creó también una deducción de 1.200 euros para las familias numerosas en general y de 2.400 euros para las familias de categoría especial. «Esta deducción supuso un reconocimiento más al esfuerzo que hacemos las familias numerosas por el número de hijos, pero desde luego el aspecto económico no es un condicionante para que una familia decida tener hijos. Está claro que todo ayuda, pero no se puede considerar tal desahogo como para aumentar las familias», apunta Fernández.

Este tipo de medidas o ventajas puntuales «más que beneficios» son, según el presidente, medidas de «reconocimiento social y de equidad con el resto de familias». Y es que el número de hijos y de miembros de una unidad familiar lo condiciona prácticamente todo dentro del hogar. «Condiciona algunas actividades o penaliza algunos servicios, como por ejemplo es el caso del consumo de agua, que para hacer el mismo uso que una familia de tres miembros podemos llegar a pagar más del doble por las penalizaciones en algunos tramos de consumo, que incrementan el coste. En otros aspectos, por ejemplo en lo que se refiere al IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) en algunos municipios, no en todos, se aplica a las familias numerosas una deducción para permitir el acceso a una vivienda mayor, exclusivamente por la necesidad de ser más miembros en la familia», cuenta el presidente de Fefanex. 

Precisamente por este tipo de cuestiones, las familias con tres o más hijos cuentan con algunos descuentos que en cualquier caso «no son suficientes», valora Fernández. «No son medidas para la natalidad y ahora, más que nunca, necesitamos que las familias crezcan, que los jóvenes creen sus propias familias con hijos y para ello necesitamos políticas que favorezcan la natalidad y la ayuda a la infancia, siempre en función del número de hijos».

En este sentido, presta especial atención a la conciliación o mejor dicho, a la falta de esta. «Cuando un progenitor decide dejar su trabajo para dedicarse al cuidado de los hijos, debería estar premiado cuando quiere volver al mercado laboral después de unos años y no debería estar penalizado, estigmatizado o ignorado como está ocurriendo ahora. Y lo mismo cuando un progenitor de familia numerosa es dado de alta, el empresario debería tener beneficios fiscales por esta decisión». Por todo ello, desde las asociaciones extremeñas agrupadas en Fefanex reclaman «verdaderas medidas que contribuyan a la natalidad, como pueden ser guarderías gratuitas de 0 a 3 años, y también conciliación laboral, que aunque suene a utopía es algo más que necesario y que con cierta flexibilidad, efectivamente puede ser un aspecto que al menos no te coarte a la hora de querer formar una familia, tanto en el primero como a partir del tercer hijo». Y esto, añade, se consigue con políticas de empleo en las que «se prime al empresario a la hora de contratar a personas que hayan dedicado parte de su vida laboral al cuidado de los hijos, entre otras». 

La condición de familia numerosa se obtiene en España generalmente cuando una familia alcanza los tres hijos (aunque hay otra casuística recogida en la legislación) y ese es precisamente el perfil mayoritario de estas familias en Extremadura. De las más de 20.000 que existen en la comunidad, apenas el 12% son de «categoría especial», lo que significa que tienen generalmente cinco o más hijos en la unidad familiar. Así, el 88% restante son familias con tres hijos. «Independientemente de los números, todos coinciden en que los hogares son felices, se adaptan a todas las necesidades, hay una gran organización y los niños y niñas crecen en un ambiente donde todo se comparte. Se hacen más tolerantes. Todo son beneficios, aunque obviamente no están exentos de preocupaciones y sacrificios, pero verles felices hace que todo se olvide», destaca Luis Fernando Fernández, presidente de la federación extremeña y padre de una familia también numerosa.

El último cambio legal introducido en 2015 puede que no sea el único que impulse las estadísticas de este colectivo. A nivel nacional, está en pleno debate otra modificación normativa para que las familias monoparentales (con solo un progenitor) que tengan dos hijos también obtengan el título de numerosa. Un cambio que no se ve con buenos ojos desde Fefanex, ya que consideran que la condición de familia numerosa se adquiere por el número de hijos y que la norma actual ya recoge la opción de la monoparentalidad y del título con dos hijos en algunos supuestos, como el fallecimiento de uno de los progenitores o en caso de discapacidad de uno de los dos hijos indistintamente si hay solo un progenitor o los dos.

«La Federación de Familias Numerosas acoge a todo tipo de familias y la monoparentalidad, que puede venir por la decisión unilateral de un progenitor, impuesta por una separación o por causas naturales como un fallecimiento ya se recoge en nuestra legislación», dice Fernández. Por eso, a su juicio, considera que las familias monoparentales, al margen de si son numerosas o no, «necesitan una legislación particular, dado que no es equiparable a una familia numerosa donde el reconocimiento social parte del número de miembros en la familia y no son las mismas necesidades en una familia de seis, de siete o de ocho miembros que en un hogar de tres personas. No tiene sentido porque las necesidades son diferentes».