Hace apenas cuatro meses que es subdirector de Epidemiología del Servicio Extremeño de Salud (SES), tras la jubilación en junio de Julián Mauro, pero ha estado en primera línea del covid-19 desde el principio en la Dirección de Salud Pública de Badajoz. Juan Antonio Linares, médico de familia, analiza la evolución de la pandemia y ayuda a desgranar qué podemos esperar del virus casi dos años después de que se diagnosticara el primer caso en el mundo (fue el 17 de noviembre de 2019 en Wuhan) y que ha dejado 1.948 muertes y más de 100.000 contagios en Extremadura. Son 4,5 millones de fallecidos y casi 220 millones de infectados en el mundo.

¿Cuál es la situación de la región?

De cierta estabilidad dentro de un momento en el que podemos decir que la transmisión comunitaria está controlada. Durante el verano hemos pasado una época bastante dura con la quinta ola, con altas tasas de incidencia, pero afortunadamente no se han reflejado tanto en las tasas de hospitalización o en lo más importante, que son los fallecimientos. 

¿Se puede bajar la guardia entonces?

Desde vigilancia vamos un poco al contrario de lo que puede estar viviendo la sociedad actualmente. Es verdad que hay un momento de liberación de restricciones, pero nosotros seguimos trabajando exactamente igual que si hubiera restricciones y si me apuras incluso un poco más ojo avizor, revisando todos los datos precisamente para que ante cualquier indicio de posible cambio en la tendencias estar alerta, porque evidentemente ahora es mucho más difícil de controlar todo la movilidad.

¿Estamos en el mejor momento registrado en toda la pandemia? 

Estamos en unos niveles de incidencia prácticamente igual que en otros periodos entre ola y ola. Con una incidencia muy baja y lo que estamos siempre es vigilando. Seguimos haciendo una revisión y análisis de situación diaria de los brotes y seguimiento como fuente de posibles vías de contagio.

En la calle, sin embargo, hay cierta sensación de normalidad. ¿Estamos ante el fin de la pandemia?

Aventurar el fin de la pandemia sería casi tan difícil como aventurar cuál va a ser el número de la lotería de Navidad. Me gustaría aprovechar para transmitir a la sociedad que, aunque es positivo y saludable que volvamos a recuperar un estilo de vida similar al que teníamos antes, sigue siendo fundamental la responsabilidad de cada uno de nosotros. Más allá de todas las decisiones sanitarias que se hayan tomado, ha habido y sigue habiendo un papel fundamental que es la auto responsabilidad y se tienen que seguir respetando las medidas básicas (mascarillas, distancias, higiene de manos, ventilación, evitar aglomeraciones y quedarse en casa ante la sospecha). Desde el punto de vista epidemiológico seguimos trabajando al mismo nivel y hay que seguir haciendo hincapié en la sociedad de que debe ser muy responsables. El virus sigue ahí, la pandemia no se ha acabado ni esto está absolutamente fuera de cualquier peligro, sino todo lo contrario.

¿Qué probabilidad hay de una 6ª ola?

Riesgo de que haya un aumento de casos y esos casos hagan aumentar la incidencia hay siempre mientras el virus esté circulando. Es cierto también que ahora mismo todos los indicadores de tendencia que a nosotros nos van marcando la tasa de reproducción de ese virus, la velocidad de transmisión o el peligro de que haya un aumento de contagios, los tenemos todos en niveles bajos y eso nos da tranquilidad.

Se lo debemos a las vacunas ¿no? 

Hay que destacar una cosa muy importante de esta última quinta ola con respecto a las anteriores. Una que siempre cojo de referencia es la segunda ola, que se produjo de mayo de 2020 a diciembre de 2020. Tuvo unas tasas de incidencia muy similares a las que hemos tenido en la quinta ola, sin embargo las tasas de hospitalización, tanto en planta como en UCI, y las tasas de fallecimientos son tremendamente inferiores, hasta de dos y tres veces menos. ¿Por qué? Porque hay un factor que ha aparecido y es la vacunación. No hay duda de que el efecto ha sido tremendamente positivo. Y hay otras herramientas que han contribuido: las medidas no farmacológicas que se han ido adoptando, como han sido las restricciones de aforos y horarios, y por supuesto la autorresponsabilidad también. 

Hay quien opina que algunas restricciones fueron excesivas. ¿Nos hemos dejado llevar por el miedo?

Todas las medidas que se han tomado han sido fruto de un análisis de los datos epidemiológicos que indicaban cuáles eran las más necesarias en cada momento. Esto se analiza dentro de un grupo de técnicos y creo honestamente que las medidas que se han ido tomando han ayudado al control de la transmisión y al control de la pandemia en nuestra comunidad. 

¿Puede llegar una variante que escape de la protección de las vacunas?

Actualmente, según la secuenciación que realizamos todas las semanas en el SES, el 100% de las variantes que tenemos ahora mismo son Delta. Llevamos varias semanas así y no se ha detectado ninguna nueva. Si puede aparecer alguna variante nueva no lo sabemos.

¿Es totalmente impredecible?

Hablar de futuro y prever qué va a ocurrir es muy complicado. Si una cosa nos ha enseñado esta pandemia es que debemos de ser muy cautos y no aventurarnos con lo que va a pasar porque a veces la realidad nos ha enseñando que no eran los tiros por donde nosotros pensábamos. Lo que sí podemos decir es que hay un cambio muy importante de la quinta ola, que la herramienta de la vacuna se demuestra como eficaz y es la que nos debe de llevar en un tiempo, no sabemos qué periodo, junto al resto de medidas a afrontar el final de la pandemia.

«Estamos trabajando ya en un sistema de vigilancia para la infección respiratoria que incluirá la gripe, el covid y otros virus respiratorios»

¿Pero habrá final o será un virus endémico en nuestra sociedad?

En los foros donde nos movemos tenemos la idea de que es un virus que ha llegado para quedarse. Lo lógico es pensar que será una enfermedad crónica con la cual tendremos que tener unos sistema de vigilancia para saber en qué situación nos encontramos y sobre la que además tendremos que establecer un sistema de vigilancia no fundamentado solamente en la aparición de casos, sino también en los indicadores de gravedad. El futuro debe de ir por ahí, será una enfermedad que tendrá que ser sometida, como otras enfermedades como la gripe, a un sistema de vigilancia. De hecho, en el SES ya estamos trabajando junto a otras comunidades y el ministerio en la incorporación de lo que antiguamente era el sistema de vigilancia de la gripe en España. Se está transformando en lo que va a ser un sistema de vigilancia para infecciones respiratorias agudas que incluirá gripe, covid y algunas otras infecciones como el virus respiratorio sincitial.

¿En Extremadura se ha alcanzado ya la inmunidad de grupo?

Tenemos ahora mismo al 92% de la población diana con una pauta completa y si nos referimos al global de la comunidad, estamos en cifras superiores al 80%. Un porcentaje muy amplio. Pero no podemos ser ajenos a que la salida de esto es global. Unos darán unos pasos más rápidos que otros pero el control de la pandemia debe ser global.

Decía Fernando Simón recientemente que si se hay sexta ola podría afectar más a los niños. ¿Hay razones para la preocupación? ¿Se debe avanzar en su vacunación?

Los virus siempre intentan la transmisión por aquellas vías que le sean más favorables y hay una cohorte de población que no está vacunada. Tienen que avanzar las investigaciones. Pero también es cierto que la pandemia nos ha enseñado que en los menores de 12 años la incidencia de la enfermedad y la gravedad es muy inferior al resto de la población. 

Hay expertos que advierten de un aumento de la gripe y de su gravedad esta temporada. ¿Será así?

No lo sabemos. La incidencia de la temporada anterior estuvo muy marcada por la restricciones de movilidad y el uso de las mascarillas, pero en la gripe tampoco se puede aventurar el futuro. 

Otra predicción: ¿Nos olvidaremos de la mascarilla en algún momento?

Es un tema que está en continua revisión, pero creo que a la mascarilla todavía le queda un tiempo entre nosotros.