Casi 600 muertos y los hospitales al borde del colapso, con picos de hasta 700 pacientes ingresados en planta y 99 en UCI. Y un récord de 31 fallecidos en solo 24 horas el 27 de enero. Es el balance que la Navidad de 2020 dejó en Extremadura, la época más negra de toda la pandemia para la región. Una devastadora tercera ola que comenzó con el Black Friday y que culminó en enero con el cierre de toda la actividad no esencial y un semi confinamiento. Ahora, con el 83% de la población vacunada y la incidencia casi en niveles de nueva normalidad el escenario es diferente, pero todas las alarmas vuelven a encenderse.

El miedo a un posible desabastecimiento está adelantando las compras y comidas navideñas y el consejero de Sanidad, José María Vergeles, muestra su temor por que este comportamiento lleve de nuevo a las aglomeraciones a la calle y por consiguiente, a un repunte de la incidencia. «No quiero recordar lo que fueron las Navidades pasadas. Para vivir el ocio, para vivir en familia, las comidas navideñas, no es necesario sacrificar ni sufrir. Seamos capaces de vivir una Navidad con toda la libertad del mundo para elegir y toda la responsabilidad para que después estemos todos», ha dicho este viernes en la presentación de la campaña de la gripe. 

Vergeles ha recordado que en estos momentos la evolución de la pandemia se encuentra en la región en unos niveles «bastante aceptables» y si bien Salud Pública trabaja con la previsión de que haya rebrotes y subidas y bajadas de contagios durante «bastante tiempo», teme un comportamiento similar al del año pasado, cuando en solo 15 días Extremadura pasó de presentar un plan para flexibilizar las restricciones a cerrar la hostelería en los días clave de las fiestas. 

«Es indudable el papel de la vacunación y la responsabilidad de la sociedad en este tema», afirma Vergeles, que vuelve a insistir en la mascarilla, el lavado de manos y la distancia a la hora de salir a comprar o celebrar con familiares y amigos. «Estamos a tiempo. La sociedad ha demostrado un trabajo impresionante y es a lo que apelo», ha reiterado. 

El parte semanal remitido este jueves refleja 150 nuevos contagios en la última semana. En los hospitales hay 18 personas ingresadas, una en UCI, y no se han producido muertes (aunque se arrastran 1.950). La incidencia está en 25,1 casos por cien mil habitantes a 14 días.

Según Vergeles, pese a la mejora de los datos en su departamento no ha cesado la preocupación por el covid, que ahora se centra en el entorno: el efecto de las fiestas que se aproximan y el repunte en otros países de Europa que han tenido un índice de rechazo a la vacunación «muy importante» que ahora puede afectar al resto del continente. «Con el aumento de la incidencia no solo es que se puedan dar más casos graves, es que al haber más concentración del virus se pueden dar mutaciones y que consiga escaparse a las vacunas», ha recordado.

Para frenarlo, insiste en «la regla de las 6M»: mascarilla, manos limpias, metros, máxima ventilación, mínimos contactos y me quedo en casa.