Cerca de 300 trabajadores (cifra en la que coincidieron los sindicatos convocantes y las fuentes policiales), se concentraron este martes a las puertas de la antigua sede en Cáceres de Liberbank, entidad fusionada con Unicaja Banco, para protestar contra el ERE planteado por la empresa, que prevé cerrar 78 oficinas y 153 despidos en Extremadura, la gran mayoría en la provincia cacereña, con 112 salidas.
Se trata del inicio de las movilizaciones de los trabajadores, que contó también con presencia de representantes de partidos políticos como PP y Unidas por Extremadura.
Tal y como expuso el secretario de CCOO en Unicaja Banco en la región, José Luis Perera, no descartan, si no se resuelve la situación, ir a huelga el viernes 26 y el 1 de diciembre.
A partir del 1 de enero
Todos los sindicatos presentes en la mesa de negociación presentaron una contraoferta a la entidad bancaria, que esperan que hoy tenga contestación en una nueva reunión de negociación del ERE, que afecta a 1.513 personas en el conjunto del país.
La empresa comenzaría, según los representantes de los trabajadores, a aplicar a partir del 1 de enero el cierre de 62 oficinas en la provincia de Cáceres y 16 en Badajoz, y excluir de las salidas al colectivo de entre 50 y 55 años para centrar los despidos en las personas menores de 50 años, algo que critican.
Por su parte los sindicatos piden que las marchas sean voluntarias y en condiciones dignas con prejubilaciones, evitando que sean los trabajadores menores de 50 años los únicos incluidos en los despidos.
Todo ello frente a los despidos «en condiciones indecentes», con movilidad geográfica obligatoria y una homologación laboral que «creará dos clases de plantilla» según lo que cobren, según explican en CCOO.
Intento de negociación
Según Perera, la entidad ha dicho sobre sus condiciones que «en principio no es una propuesta que vayan a asumir, pero ha dado pie para su estudio». «No tenemos muchas esperanzas, vamos empezando la negociación. Esta forma de presión es necesaria porque nuestro querido CEO parece que no entiende otra forma de llegar a acuerdos», dijo ayer sobre las movilizaciones.
A su juicio, ya en la provincia de Badajoz Liberbank (absorbida por Unicaja) dejó pocas oficinas abiertas, un «atropello» que ahora afectará sobre todo a la provincia de Cáceres y que «significa abandonar pueblos pequeños».
De hecho, en el último pleno de la Asamblea de Extremadura, el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, afirmó que se iba a reunir con Unicaja «para buscar medidas contra la exclusión financiera».