Desde que comenzara la crisis sanitaria las residencias de mayores de Extremadura suman 5.492 contagios de covid-19 y un total de 883 fallecidos. Han sido las grandes víctimas de la pandemia y a día de hoy todavía siguen sufriendo sus estragos. Con la vacuna vieron la esperanza y gracias a unos protocolos muy estrictos y con un elevado coste físico y emocional para los mayores, se han adaptado a vivir en esta nueva realidad. 

En la sexta ola (se inició el 25 de octubre) son 39 los centros que han registrado brotes, con un total de 604 positivos acumulados. Gracias a la inmunización, a día de hoy la mayoría de residentes contagiados pasan el virus asintomáticos o con síntomas muy leves, lo que no ha impedido sin embargo que desde el pasado 25 de octubre hayan perdido la vida un total de 14 personas. Las últimas han sido esta semana, en residencias de Badajoz, Cáceres, Arroyo de San Serván, Alange y Talarrubias. 

La peor para ellas fue la primera ola, cuando el virus sorprendió a trabajadores y usuarios sin armas para el combate. Entre el 4 de marzo y el 10 de mayo de 2020 fallecieron 432 personas, lo que supone el 90% del total de víctimas que se notificaron oficialmente en ese periodo. Entre la segunda, tercera y cuarta ola (del 11 de mayo de 2021 al 6 de junio de 2021) fallecieron 357 personas, si bien los contagios aumentaron hasta los 2.765 (1.183 más que en la primera). En la quinta ola, que Sanidad marca entre el 17 de junio y el 24 de octubre de 2021, se produjeron 541 casos positivos y 80 fallecimientos. 

Para considerar un brote en una residencia han de darse al menos tres casos positivos. Sanidad aclara que en este caso el protocolo «no ha cambiado». Cuando se produce el brote se dispone al uso intensivo de equipos de protección individual, el aislamiento de positivos, la sectorización y el refuerzo de la desinfección en las zonas comunes. Más ventilación; escalonar los descansos del personal; restringir las visitas, salidas y entradas y un refuerzo del SES «donde se considere necesario» son otras de las medidas que se aplican ante un rebrote de casos.