El Servicio Extremeño de Salud (SES) realizó el año pasado 65 trasplantes de órganos en la comunidad. Fueron ocho menos que durante 2020, cuando se hicieron 73, lo que supone un descenso anual del 10%. La pandemia de covid y las sucesivas olas registradas a lo largo del último año podrían haber frenado ligeramente la actividad, después de que en el 2020 los trasplantes incluso crecieran en la comunidad. A nivel nacional, sin embargo, la tendencia es la contraria. Durante el 2020 la actividad cayó, pero en 2021 parece haberse superado el bache covid y los trasplantes aumentaron un 8% (se realizaron 4.781 en total). Hay que recordar que el sistema de trasplantes funciona a través de una red cohesionada, ya que en comunidades como Extremadura solo se realizan dos tipos de trasplantes: hepáticos y renales. El resto (pulmonares, cardiacos, de páncreas e intestinales) solo se hacen fuera de la región, lo que supone que hay más extremeños beneficiados además de los que se operan en el SES. 

Como cada mes de enero, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) ha publicado su balance anual. Los datos del 2021 desgranan que en Extremadura se llevaron a cabo 40 trasplantes de riñón (tres menos que el año anterior) y otros 25 trasplantes de hígado (cinco menos que en 2020). Las causas las detallará el SES la próxima semana en la presentación oficial de estas estadísticas, pero a pesar del descenso, que coincide con otro año en pandemia y con la actividad sanitaria afectada por las sucesivas olas de covid, siguen siendo cifras importantes para la comunidad y especialmente para los pacientes que están esperando una llamada vital. Porque encontrar un donante compatible con cada uno de los pacientes en espera (4.762 en toda España) no es nada sencillo.  

Más donantes de órganos: 48

Lo que sí ha mejorado en este último año en la comunidad es el número de donantes de órganos. Fueron 48, lo que supone 45,7 donantes por cada millón de habitantes. Un dato que está por encima de la cifra de 2020 (43,7) y de la media nacional (40,2). Y todas las regiones españolas, además, superan con creces la tasa de donación reportada por el resto de países del mundo. Las personas que donan sus órganos tras fallecer son las que posibilitan que se puedan seguir realizando trasplantes, aunque no todas las familias están concienciadas. Durante el año pasado hubo en la región un 17% de negativas a la donación