El Parque Nacional de Monfragüe negó ayer de forma tajante que la jaula que aparece en el polémico vídeo que recoge la agonía de un ciervo pertenezca a su programa de control selectivo de ungulados. Rechazó también que episodios como el que se refleja puedan producirse en este espacio protegido. Estas imágenes han sido dadas a conocer esta semana por la Federación Extremeña de Caza, que afirmó que se tomaron en Monfragüe a inicios de agosto de 2021. La Real Federación Española de Caza (RFEC) y la Fundación Artemisan han anunciado que presentarán una denuncia ante la Fiscalía de Medio Ambiente de Extremadura por el uso de métodos prohibidos de control.

Carmen Martín, directora técnica del Parque Nacional de Monfragüe, reconoció en declaraciones a EL PERIÓDICO EXTREMADURA que con lo que revela la grabación no puede «identificarse» si está realizada «dentro o fuera del parque» pero sí dejó claro que la trampa «no se corresponde con ninguna de las jaulas del programa de ungulados que se está desarrollando» en él. Actualmente son cincuenta los dispositivos con los que se cuenta y que se van activando, desactivando o trasladando en función de las necesidades de gestión, precisó. Están diseñados para la captura de jabalís -los cercones son la forma habitual de extracción para los ciervos- y operan todas con «puerta batiente», no de guillotina, que es el sistema que tiene la que se muestra en el vídeo, arguyó, y que resulta una alternativa potencialmente más «dañina», ya que no evita que el animal pueda, por ejemplo, pillarse una pata al entrar en él.

«Nuestra prioridad es la revisión diaria y, si no podemos garantizarla, si tenemos la menor duda, no se activa esa jaula»

Carmen Martín - Directora técnica del Parque Nacional de Monfragüe

Según detalló esta responsable del parque, en el interior de las jaulas se echa maíz para atraer a los animales y se pone un bebedero con agua durante los meses de verano. Son revisadas cada día, de manera que si en ellas entra un animal que no está incluido en el programa, cuando este se localiza «se abre la jaula y se le deja salir». Por este motivo, Martín descartó que un ciervo pueda pasar en ella más de un día. «Eso no se puede haber producido. En el peor de los casos las personas que revisan las jaulas tardarían como mucho 24 horas en volver a comprobarlas», argumentó. «Nuestra prioridad es la revisión diaria y, si no podemos garantizarla, si tenemos la menor duda, no se activa esa jaula», remachó. Según la información facilitada por la Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad, el jueves había operativas 16 jaulas que, tras revisarse ayer, estaba previsto cerrar durante todo el fin de semana al no poder garantizarse su revisión en estos dos días.

Casos "esporádicos"

Otro de los aspectos en los que hizo hincapié Martín es que solo de forma «muy esporádica» puede apresarse algún ciervo, sin que se tenga conocimiento de que ningún macho adulto como el de la grabación haya conseguido introducirse en una de estas trampas, ya que por sus dimensiones y cornamenta «es prácticamente imposible» que logre acceder al interior. «La ventaja de este tipo de jaulas es que son muy selectivas. Y eso, con otros métodos, no puede conseguirse», remarcó, a la vez que puntualizó que sistemas similares se utilizan en las capturas científicas o en otros parques nacionales, y que en Monfragüe no se ha encontrado en ellas «ningún animal muerto por estrés o ensangrentado». «Esas imágenes no se corresponden, desde luego, con el trabajo que nosotros estamos haciendo», defendió. «Además, sabemos que siempre estamos en el punto de mira, lo que nos obliga a ser todavía más cautos», concluyó. 

«El objetivo del parque no es, evidentemente, eliminar ni maltratar a los animales. Este es un trabajo técnico que no nos gusta, pero que hay que hacer. Y lo hacemos con procedimientos seguros tanto para el personal como para el medio», sostuvo la que es directora técnica del parque nacional desde octubre de 2020. En este sentido, las trampas, localizadas mediante coordenadas GPS, se colocan en zonas donde se garantiza que no pueda haber «afección» al resto de fauna. 

Por otro lado, desde la Junta se subrayó que «para poder acceder a la finca Lugarnuevo, mencionada en la publicación del vídeo, se debe disponer de una autorización explícita, así como para la grabación de recursos audiovisuales». «Nosotros no tenemos constancia de ninguna petición para entrar en esta zona. Y menos de noche», reiteró Martín. 

El presidente de la Asociación Amigos de Monfragüe, Francisco Castañares, lamentó ayer que la dirección del parque tenga «decenas de jaulas trampa» en «todas las fincas públicas propiedad de la Junta y de Parques Nacionales». Dispositivos que calificó de «artefactos de tortura y muerte a discreción, sin ningún tipo de planteamiento selectivo. Allí sufre y muere el que cae, el que más hambre tenga, el que entre a comer, sin más criterios que esos». A través de la red social Twitter, Castañares puso en duda que la que aparece en el vídeo no sea una de ellas una vez que «ya estamos acostumbrados a las mentiras de esta gente en todo lo relacionado con su nefasta gestión del parque nacional».

Ecologistas Extremadura, por su parte, mostró mediante un comunicado su «sorpresa e indignación ante la hipocresía de la Federación de Caza» respecto al contenido del vídeo y aventuró que el objetivo que busca con su difusión es que vuelvan las monterías con rehalas a este parque nacional, intención que tildó de disparatada e inaceptable y que «provocaría mucho más sufrimiento animal y pondría en riesgo a especies protegidas a las que pueden llegar a matar los cientos de perros que se sueltan e, incluso, la tranquilidad y seguridad de los visitantes del parque».