El objetivo está claro: reabrir el tren Vía de la Plata. Para ello, tan solo sería necesario la construcción de 130 kilómetros de trazado férreo entre las ciudades de Salamanca y Plasencia. De esta forma lo aseguran desde el grupo de trabajo Pensando Infraestructuras, que se puso en marcha el pasado mes de enero con el ánimo de reivindicar la recuperación de una infraestructura ferroviaria histórica que conectaría el norte y sur del país por la zona oeste. «Este corredor es el gran olvidado, aunque es uno de los ejes más importantes que vertebrarán la península ibérica», destaca José María Alonso Rodríguez, ingeniero informático que trabaja como profesor de la Universidad de Extremadura (UEx) e integrante del colectivo que está coordinado por el economista Antonio García Salas.  

«La Ruta de la Plata no está muerta, sino seccionada por ese tramo. Está coleteando de Plasencia hacia abajo y de Salamanca hacia arriba, y volverá a revivir en el momento en que la sociedad consiga que se haga ese injerto», afirma Alonso. «Es un pequeño tramo que vertebrará y cambiará la vida de todo el oeste de la península, además de tener una nueva línea de comunicación entre África y Europa», subraya. La vía tradicional entró en servicio en 1896 y recorría Gijón, León, Astorga, Zamora, Salamanca, Plasencia, Cáceres, Mérida, Zafra y Sevilla. El tramo Plasencia-Astorga, de 347,5 kilómetros, fue puesto fuera de servicio en 1985 para el transporte de viajeros y 10 años más tarde se cerró también para el de mercancías. «La línea férrea se ha convertido en una vía verde y está levantada, por lo que los trenes de ahora no pueden ir por ahí», puntualiza el docente.

Por su parte, el camino provisional que se ha ido trazando mediante la construcción de los distintos tramos incluye Gijón, León, Plasencia, Valladolid, Medina del Campo, Salamanca, Plasencia, Cáceres, Mérida, Zafra y Sevilla. En concreto, las obras del AVE para el tramo Gijón-León están en marcha y se prevé que finalicen en este año o el siguiente. A este le seguiría el tramo León-Palencia-Valladolid-Medina del Campo-Salamanca, de AVE, y que ya está en funcionamiento. El siguiente tramo sería Plasencia-Cáceres-Mérida, también de AVE, y que estaría operativo este año. El último tramo Mérida-Zafra-Sevilla está en funcionamiento pero requiere mejoras en la línea convencional. Por lo tanto, ya tan solo faltaría la pieza fundamental del puzzle: el tramo Salamanca-Plasencia. 

Beneficios para Extremadura

A juicio del profesor, la construcción de este segmento tendría consecuencias positivas para todos los territorios del oeste ibérico. En el caso extremeño, defiende que el tramo permitirá comunicar a pasajeros y mercancías de norte a sur; hará rentable el tramo AVE construido de Plasencia a Mérida, justificando aún más su construcción; potenciará las líneas Mérida-Zafra-Sevilla y Mérida-Zafra-Huelva; permitirá una comunicación esencial para la futura industria del litio de Extremadura; y la región se convertirá en un importante polo logístico del oeste ibérico, puesto que será cruce de caminos entre norte-sur y este-oeste de la península. 

«El desarrollo del oeste pasa por Extremadura», recalca Alonso. En este sentido, apunta que el tren Badajoz-Madrid es «importantísimo» para la región, pero «para que Cáceres tenga un desarrollo integral, no será suficiente». «Con el tramo Salamanca-Plasencia, Extremadura se convertirá en un polo logístico de desarrollo muy importante de la península ibérica porque será el centro a nivel de infraestructuras», asegura. «Todos vamos a perder oportunidades si no se hace ese tramo, de ahí la importancia de que la sociedad del oeste, junto a las instituciones de España y Europa, sean capaces de ver la necesidad de su construcción», recalca. 

Esta cuestión lleva encima de la mesa desde hace años, pero por parte de las administraciones públicas y entidades privadas «se ha tratado con poca insistencia». A finales de diciembre llegó la gota que colmó el vaso y se acabó la paciencia de quienes luchan por defender esta línea férrea. La Comisión Europea eliminó la conexión ferroviaria entre Plasencia, Salamanca y León de su propuesta de revisión de la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T, por sus siglas en inglés). Esta medida que se habría tomado «a petición de España». El alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro, manifestó que llevar las mercancías por Ciudad Real y no por Plasencia, Salamanca y León suponía «un nuevo hachazo a las peticiones de la provincia de Cáceres»

La Cámara de Comercio de Cáceres consideró «muy perjudicial para los municipios de la provincia de Cáceres y el resto de la región» la eliminación de la conexión Plasencia-Salamanca. «Construir un espacio conectado a través de este tramo que permita la conexión con la comunidad autónoma de Castilla y León es fundamental para la estrategia de reto demográfico que ha emprendido la provincia cacereña», indicó. A su vez anunció que presentaría alegaciones y colaboraría en un manifiesto cameral para que se construya de nuevo «la infraestructura desmontada». De hecho, las cámaras de comercio desde Gijón hasta Huelva-Cádiz tuvieron una reunión telemática el 25 enero y volverán a reunirse en marzo.