Sube el sueldo mínimo y con él, la nómina de miles de extremeños. Un tercio de los asalariados de la región verán mejoradas sus retribuciones con el incremento Salario Mínimo Interprofesional (SMI) pactado por el Gobierno y los sindicatos para 2022. Hostelería, limpieza, dependencia y sobre todo el campo serán los sectores donde más se note la subida, todos con el sueldo base hasta ahora por debajo de los 1.000 euros.

«Ya es oficial: cualquier persona, de cualquier sector, que trabaje a jornada completa en España tiene que tener 1.000 euros como mínimo de salario», explica Alberto Franco, secretario de Acción Sindical de CCOO Extremadura. El incremento del SMI se aprobó el pasado martes en Consejo de Ministros y entró ayer en vigor. Esto implica que las empresas tendrán no solo que adaptar ya la nómina de febrero, sino abonar 35 euros en concepto de atrasos porque la medida se aplica con carácter retroactivo desde el 1 de enero.

En Extremadura, las estimaciones de la Consejería de Educación y Empleo apuntan que aproximadamente el 30% de los asalariados podrían beneficiarse de la subida. Teniendo en cuenta los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA), serían unas 97.000 personas: trabajadores por cuenta ajena con contrato a jornada completa y sueldos entre 965 euros (el salario mínimo en vigor en España hasta el 31 de diciembre) y los 1.000 acordados para 2022, y quienes trabajan por horas o jornadas reducidas con remuneraciones ajustadas al SMI.

Recompensa a los trabajadores  

Desde CCOO, Alberto Franco da la «bienvenida» a este nuevo incremento en la región con los sueldos más bajos del país. «Durante años los trabajadores hemos soportado subidas pírricas del SMI e incluso su congelación en una ocasión. Está creciendo el empleo; está creciendo la economía y se está creando empleo. Pedimos a los empresarios que no pongan peros y que cumplan con la ley, especialmente en el campo», dice. 

En la misma línea se expresa el secretario de Política Institucional y Empleo de UGT Extremadura, Francisco Morcillo. Según explica, los sectores que más se beneficiarán de la subida están altamente feminizados (limpieza, dependencia y en algunos casos comercio y hostelería), por lo que el SMI tendrá un impacto nivelador sobre la brecha de género salarial.

De momento, el siguiente paso será iniciar la revisión de las tablas salariales de los convenios sectoriales, donde también se prevé dar «un empujón» al incremento de los salarios en los niveles superiores. De los 37 sectoriales que hay en la región de ámbito provincial, en 2022 hay que actualizar 31, entre ellos el del campo. «No pedimos que se actualicen al nivel del SMI (ha subido un 50% desde 2017), pero tiene que haber subidas para diferenciar las categorías superiores y las inferiores», dice Morcillo. La subida que plantea UGT es del 5%, junto a una cláusula de revisión salarial para evitar la pérdida de poder adquisitivo. 

Nueva subida en 2023

Y al margen de la subida de 2022, UGT y CCOO coinciden en hay margen para que el SMI siga mejorando en 2023: un nuevo incremento de 63 euros, según sus cálculos, para cumplir la promesa electoral del PSOE de que el salario mínimo llegue a alcanzar el 60% del sueldo medio en España. 

Frente a estos argumentos, para el portavoz de la Confederación Regional de Empresarios de Extremadura (Creex), Javier Peinado, la subida del SMI es una «mala noticia» que va a afectar a la creación de empleo y que se traducirá en un nuevo incremento de los precios. «Esto se va a plasmar, si no en una destrucción directa de empleo, sí en un freno a la creación de nuevos puestos, especialmente en territorios como Extremadura», afirma.

Según datos de la Creex, aunque cobre 1.000 euros, el coste para las empresas será superior a los 1.500 por empleado, una subida que considera «inasumible» para sectores como el campo o la hostelería, «que llevan años soportando sobrecostes y están siendo golpeados por el alza de precios de energía o suministros». Peinado afea además al Gobierno que la subida se pactara solo con los sindicatos y recuerda que en Extremadura, el SMI ya superaba el 60% del salario medio que, «según habían dicho, era el objetivo».