La Junta de Extremadura va a habilitar a través de Cruz Roja un centro en Olivenza para acoger a un mínimo de 60 adultos provenientes de Ucrania, además de facilitar el reagrupamiento familiar de los 300 ucranianos que viven en la región, y promover un programa de familias de acogida para menores.

El municipio elegido para ubicar el centro se debe a que la Ley de Extranjería obliga a que sea cerca de la ciudad de destino, que en este caso sería Badajoz, para "evitar desplazamientos innecesarios". El objetivo es ofrecer a estas personas que huyen de la guerra "una primera fase de asilo o refugio cuando vengan".

Así lo ha adelantado este viernes el consejero de Sanidad y Políticas Sociales, José María Vergeles, que ha explicado que, tras esta primera acogida, el siguiente paso es coordinarse con la Federación de Municipios y Provincias de Extremadura (Fempex) para que esas personas puedan vivir en otras localidades de la comunidad autónoma.

Además, se trabaja en un servicio de reagrupamientos familiares para que pueden venir a la región los que tengan algún familiar y, no obstante, como los ciudadanos ucranianos pueden viajar libremente por la Unión Europea también podrían venir a Extremadura por sus propios medios a casa de sus familiares.

En cuanto a la acogida de los menores, este mismo viernes se ha enviado una instrucción para que las familias interesadas en la acogida de niños puedan expresar su voluntad de hacerlo y sean evaluadas para ver su idoneidad como familias de acogida.

Vergeles ha señalado que este programa de acogida no es como otros de los que se sabe el tiempo de duración, ya que en este caso "no sabemos por cuánto tiempo vendrán los niños", en función de lo que dure la guerra en Ucrania. "Esto puede ser por mucho tiempo aunque ojalá que no lo sea", ha subrayado el consejero.

También se está arbitrando un mecanismo para que las familias puedan ir a los servicios de base de sus municipios y a los trabajadores sociales para que se haga "un doble registro", por un lado la voluntad de acoger a ese niño o niña, y en segundo lugar, que el propio sistema valore la idoneidad de esa familia o persona para poder acogerlos por el tiempo que sea.

En caso de que no hubiera suficientes familias acogedoras, la Junta de Extremadura dispone de su red de acogida en centro de menores que ahora mismo tiene 120 plazas libres, ha señalado el responsable regional.

Igualmente, se han ofrecido unas 60 camas en los hospitales de la región y habrá una coordinación con las plataformas del tercer sector como Cermi, ya que muchas de las personas que llegan de Ucrania sufren algún tipo de discapacidad y son "muy vulnerables". Con la Consejería de Igualdad y Cooperación se trabajará para ayudar a las muchas mujeres que están saliendo del país y para que no caigan en redes de trata de personas.

En cualquier caso, la ayuda de Extremadura se establecerá de forma "activa" a través de las agencias de cooperación para que "los ciudadanos de Ucrania puedan tener los bienes de primera necesidad para desarrollar su vida dentro de lo posible".

A la pregunta de si podrían ir a la zona de conflicto médicos extremeños para ayudar en cuidados sanitarios a la población in situ, Vergeles ha contestado que todavía no se ha activado el protocolo por parte del Ministerio de Sanidad, por lo que no se ha ofrecido todavía personal sanitario para tal fin.

Ayuda prolongada

Vergeles ha agradecido a la sociedad extremeña "su enorme caudal de solidaridad" pero ha incidido en que esta situación puede prolongarse en el tiempo y por tanto hay que mantener el ritmo de ayuda y que la "gente no se canse".

"De poco sirve que ahora tengamos un caudal de solidaridad muy importante y a medida que vaya pasando el tiempo nos vayamos cansando", ha dicho, por eso ha recomendado que en lugar de bienes materiales lo que se aporte sea dinero porque "si lo que mandamos es el material y no el dinero para que la gente pueda seguir comprando en el país, lo que hacemos es acabar con la poca economía que le pueda quedar a Ucrania", ha subrayado.

En cuanto a la ayuda de alimentos, ropa o medicinas, el consejero ha recordado que solo unas pocas organizaciones tienen acceso al país a través de los corredores humanitarios, por lo que si se envía mucho material "no está garantizado que puede entrar".