Guadalupe Plaza regenta la tienda ‘Lua y su mundo’ ubicada en el número 47 de la calle Santo Domingo de Badajoz. La conocen por la campaña de recogida de juguetes que lleva a cabo cada Navidad para repartir entre los niños de los barrios más desfavorecidos de la capital pacense, pero este año la actualidad le ha obligado, por desgracia, a sacar su vena solidaria bastante antes de las fiestas, y es que, cuando vio lo que estaba ocurriendo en Ucrania, le fue imposible quedarse de brazos cruzados sin hacer nada.

Se dedica a elaborar a mano complementos personalizados para sus clientes siempre con un toque referente a Extremadura, por lo que, cuando empezó la invasión rusa, lo primero que hizo fue crear una línea solidaria de camisetas y neceseres con el lema ‘Haz migas y no la guerra’. El dinero recaudado se lo transferirá al padre Ángel para que lo emplee en ayudar a los afectados.

Neceser con el lema 'Haz migas y no la guerra' que ha creado Guadalupe Plaza. El Periódico

Seguidamente, se encontró con una publicación en redes sociales del Ayuntamiento de Oliva de la Frontera donde hablaban del caso de Javier García y su mujer Elena Kozyr, ucraniana afincada en esta localidad pacense desde hace 19 años. La pareja se encontraba recogiendo material para enviarlo hasta la frontera entre Ucrania y Polonia, y Plaza quiso aprovechar la gran cartera de conocidos que tiene gracias a su tienda para colaborar.

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Una clienta logró ponerle en contacto con García. Tras hablar con él, su mujer y diferentes instituciones públicas para informarse sobre la mejor forma de empezar la recaudación -quiere que todo «esté corroborado»-, este viernes anunció en su perfil de Facebook que quien lo desease podía llevar a su tienda material de higiene personal, pañales, compresas, abrigos, papillas, potitos, comida enlatada, precocinada y para perros y gatos.

La respuesta, dice, le sobrecogió: «Nada más abrir la tienda el sábado ya había cola para traer cosas. La primera persona vino con su hijo de La Albuera y, según me fui acercando a ella, se me saltaron las lágrimas. Me emocioné muchísimo». Este jueves parte para la frontera el primer camión, pero asegura que su intención es seguir ayudando, y sabe que estará secundada por la sociedad: «He vuelto a confiar en el ser humano».