Dymitr, de 14 años, Nazar, de 9 y Andry, de 10, son los primeros niños llegados a Plasencia desde Ucrania. Viven con la familia que acogió al hermano de Dymitr y al tío de los pequeños, Maryan, de 17 años, que estudia en el colegio Santísima Trinidad. A la hora de escolarizarles, su familia de acogida ha solicitado el mismo centro al que va Maryan, sin embargo, Educación les ha separado. Dymitir sí podrá ir al mismo centro, pero a los pequeños les ha ofrecido otro, La Salle. Mientras Educación argumenta que en el Santísima Trinidad no hay plazas disponibles para los pequeños, la familia de acogida lo considera "una aberración".

La decisión de Educación la ha recibido la familia de acogida por escrito, pese a los intentos del padre, Antonio Merino, por contactar telefónicamente. La presidenta de la comisión de escolarización de Plasencia firma dos escritos en los que únicamente señala que los pequeños han sido admitidos para estudiar cuarto y quinto de Primaria en el colegio de La Salle.

No explica por qué no pueden asistir al Santísima Trinidad, aunque la Consejería de Educación ha señalado a este periódico que, en esos cursos, cuarto y quinto, "no hay plazas disponibles en ese colegio, por lo que se les ofrece ser escolarizados en otro colegio". Además, subraya que "la Consejería de Educación garantiza la escolarización de todos los niños y niñas en edad escolar, en la etapa obligatoria, atendiendo tanto las solicitudes cursadas durante el procedimiento general de admisión, como las que se reciban fuera de plazo, como es el caso".

Sin hablar español y con terrores nocturnos

La decisión de la comisión de escolarización ha indignado a la familia de acogida, que esperaba más "empatía" por parte de la consejería: "Esta es la ayuda de Extremadura, de la Junta".

Merino explica que los niños no hablan nada de español y tienen terrores nocturnos y los psicólogos con los que han contactado se han mostrado contrarios a la separación de los menores. Pone de ejemplo que, "si los niños se ponen a llorar en el colegio como hacen por las noches, cómo van a saber qué les pasa si sus tíos están en otro colegio, es que es muy fuerte, para llevarse las manos a la cabeza".

Precisamente, la Consejería de Educación ha señalado también a este periódico que “todos los centros educativos de Extremadura reservan cada curso plazas escolares para atender emergencias sociales como la que se está ocasionando este año con la recepción de refugiados de Ucrania”, sin embargo, en este caso, no se permite la escolarización de los pequeños en el mismo centro que el mayor porque superaría la ratio.

"El colegio está dispuesto y preparado y, si una clase con la ratio completa pasara de curso y tuviera que añadirse un repetidor, lo harían, ¿verdad?". Merino no entiende "que sean tan estrictos con la ratio" en un caso excepcional como este. "Si el cónsul de España en París ha dejado volar a la familia a España sin papeles, cómo es posible que Educación haga esto?"

El escrito de la comisión de escolarización señala que la familia tiene hasta el 18 de marzo para realizar la matrícula y que, si no la hace, "se entenderá que renuncia a la plaza adjudicada". Además, indica que puede interponer un recurso de alzada ante el delegado provincial de Educación. "Vamos a hacer todo lo que tengamos que hacer. Ahora, tendré que buscar un abogado y sumar otro gasto más para resolver algo que tiene muy fácil solución. Me siento vilipendiado, machacado", lamenta Merino, que se pregunta: "¿Y si fueran sus hijos los que llegaran a otro país huyendo de una guerra, les separarían?