La residencia pública de mayores ‘El Valle’, en Montijo, atiende a unas 88 personas con demencia, mayoritariamente Alzheimer. Muchos de ellos, debido a la progresión natural de su enfermedad, presentan episodios de irritabilidad, agresividad o deambulamiento. Lo habitual en estos casos es que se recurra a las sujeciones, «físicas o químicas», para evitar que la persona se haga daño con estos comportamientos y también prevenir caídas. 

Pero en El Valle, en 2019 optaron por aplicar un modelo diferente: potenciar la autonomía de sus usuarios para que tuvieran mayor calidad de vida durante más tiempo. Su compromiso, utilizar las sujeciones solo de manera excepcional y buscar alternativas a ellas de forma constante. Y dos años después, en 2021, la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (Ceoma) les recompensó concediéndoles la acreditación oficial como ‘Centro Libre de Sujeciones’. 

«Pensar que una persona que entra en una residencia ha perdido la capacidad de opinar es un gesto de edadismo que tenemos que combatir», dice Vergeles

Ha sido el primero de Extremadura en conseguir esta distinción y ahora también ejemplo para el resto, ya que el Servicio Extremeño de Promoción de la Autonomía y Atención a la Dependencia (Sepad) ha puesto en marcha el programa Deshaciendo nudos por el buen trato, que extenderá esta práctica a sus 22 centros sociosanitarios, 14 en la provincia de Badajoz y ocho en Cáceres.

Se llegará a 2.755 usuarios a los que se pretende hacer «la vida más digna» a través de una atención «centrada en las personas». «Hay cosas que se hacen con la mejor de las intenciones, pero que a la larga empeoran el problema», ha señalado al respecto el consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, en la presentación de la iniciativa. 

El titular de Servicios Sociales explica que para conseguir este hito, al igual que ha ocurrido en El Valle, es fundamental «que los trabajadores se lo crean». Así, además de erradicar el uso de sujeciones, tanto físicas (generalmente en las camas) como farmacológicas (sedantes o tranquilizantes) se trabajará en un cambio de actitudes y formas de trabajo de los profesionales que atienden a las personas dependientes y con demencias, y también en modificar la percepción e implicación de sus familiares. «Pensar que una persona que entra en una residencia ha perdido la capacidad de opinar es un gesto de edadismo que tenemos que combatir», advierte.

Todo ello conllevará un proceso de análisis de los puntos críticos de caídas, adoptando medidas como una mejor iluminación y accesibilidad o limitar el acceso a determinadas zonas con otro tipo de barreras.

La construcción de los ocho nuevos centros medicalizados, en breve

La Consejería de Sanidad y Servicios Sociales ha elaborado ya el plan de funcionamiento de las ocho nuevas residencias medicalizadas que va a construir en Extremadura con 39 millones de fondos europeos y confía en que las obras puedan comenzar «en breve». «Estamos trabajando activamente», destacó este lunes el consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles. 

Se plantea un centro «de referencia» por cada área de salud y se ubicarán en poblaciones «relativamente pequeñas y muy cercanas a los hospitales», ya que el contacto con estos últimos será continuo. Cada centro contará con dos áreas: un ala residencial donde los mayores en situación de dependencia puedan vivir en un entorno «hogareño» y mejorando su privacidad, y un ala de convalecencia y cuidados continuos para aquellas personas que necesiten hospitalización de media o larga estancia hasta conseguir la recuperación y la mayor independencia posible para su reintegración al lugar de residencia habitual (centro o domicilio).

La Consejería de Sanidad aún no desvela la ubicación que tendrán estos ocho nuevos centros, «que no tiene por qué ser en las cabeceras de comarca». Ayer, el consejero tan solo confió en que, «próximamente», y gracias a la colaboración con las dos diputaciones provinciales, se dé una respuesta «no solo para estos ocho centros sino también para una cobertura adecuada de plazas residenciales». 

Todo se engloba en un nuevo planteamiento del Sepad para la gestión de los centros de mayores tras la irrupción de la pandemia. Así, además la construcción de estos ocho nuevos centros, se medicalizarán otras ocho grandes residencias ubicadas en ciudades con hospital. Y es que si algo se ha aprendido de la pandemia de covid-19, es que algunos centros tienen que tener una dotación de recursos sanitarios mayor que otros, «que lo que tienen es que prestar atención a la comunidad». 

La previsión con la que se trabajaba es que las obras salieran a licitación en la primera mitad de este año 2022.