Los propietarios de las 185 villas construidas en el complejo cacereño Marina Isla de Valdecañas llevan años callados ante un conflicto que les atañe directamente: el derribo de sus segundas residencias que acaba de dictar el Tribunal Supremo. Solo el abogado que les representa, Luis Díaz-Ambrona, les ha puesto voz a lo largo de estos casi 15 años de litigio en los que su postura siempre ha sido la misma: defender el complejo y sus propiedades hasta la última instancia posible. Y eso es lo que van a hacer también tras la sentencia del Supremo del 15 de febrero que ordena demoler todo lo construido en esta isla de El Gordo y Berrocalejo. 

Ayer, el último día de plazo, presentaron un incidente de nulidad ante el alto tribunal para pedir que anule su propio fallo y si la respuesta es negativa acudirán en amparo al Constitucional. ¿Y a Europa? No lo descartan. «¿Hasta dónde no iríamos para defender nuestros hogares? Hasta donde hiciera falta. Vamos a agotar todas las vías judiciales y legales a nuestra disposición para evitar el derribo», responde José María Concejo, asesor financiero de profesión. Es de Madrid, como la mayoría de los propietarios, conoce la isla por unos amigos desde que empezó a construirse la urbanización y hace seis años se compró uno de los 185 chalés. Habla de su experiencia y como portavoz de los propietarios. 

No fue usted de los primeros en comprarse una villa en la zona.

No. La compré hace seis años. En su momento desgraciadamente no tenía el dinero suficiente y tuve que ahorrar hasta poder permitirme al menos pagar una entrada. Conocía la urbanización y la he visitado antes de tener ahí una propiedad, tanto alquilando como invitado de algún otro vecino. 

¿Frecuenta mucho la isla?

Voy casi todos los fines de semana y paso gran parte de mis vacaciones allí. Además, muchos vecinos, entre ellos yo y mi familia, hemos pasado allí mucho tiempo como consecuencia del confinamiento.

¿Se imagina el derribo total?

No. Sería un golpe muy duro porque estamos muy integrados en la zona, formamos parte de la familia extremeña porque hemos sido muy bien acogidos. Sería muy triste y muy desagradable para nosotros. Y además, sería terrible para Extremadura no solo por el enorme perjuicio económico, sino por la imagen que daría la comunidad, una imagen de cierta inseguridad jurídica cuando un promotor arriesga su dinero, su tiempo y su trabajo. Sería una mala noticia y una ruina para Extremadura. Es un tema muy grave. Lo que estamos defendiendo nosotros es un modelo económico medioambiental sostenible que es viable y Valdecañas es un perfecto ejemplo. El ser humano es compatible con la naturaleza y no solo puede convivir con ella bien, sino que incluso puede mejorarla. Nosotros llegamos a una escombrera, quitamos somieres, colchones, lavadoras y toda la porquería que había allí y plantamos 200.000 árboles y arbustos, no ha venido nunca ningún ecologista a plantar ninguno. 

«No queremos ser indemnizados, sino vivir en las casas que compramos con gran esfuerzo»

¿Cómo viven este largo conflicto?

Estamos cansados y hastiados de este calvario judicial tan largo. Nosotros compramos nuestras casas de buena fe, con todas las licencias y permisos, hemos escriturado todo ante notario, en los registros y pagamos religiosamente nuestros impuestos. Lo hemos hecho todo de buena fe, así lo reconoce el TSJEx y no lo pone en duda el Supremo. Además nos hemos integrado muy bien en la zona y seguimos con la espada de Damocles una vez más, pero estamos absolutamente determinados a defender nuestros hogares. Esto no es una inversión que nos ha ido mal, esto son nuestros hogares. Nuestros hijos han crecido aquí, muchos se han bautizado o han hecho la comunión en la iglesia de El Gordo e incluso algún vecino tiene nichos en el cementerio para enterrarse aquí. 

O sea, que sienten Extremadura un poco su hogar...

Totalmente, nos sentimos parte de la comunidad. La mayoría de los propietarios somos de Madrid pero hay un arraigo muy profundo en esta zona y estamos determinados para defender nuestras casas y nuestros hogares extremeños.

¿Conocía el litigio cuando decidió adquirir su vivienda? ¿Y el resto de propietarios? ¿Tienen alguna cláusula en sus contratos para eximir responsabilidades?

Ha habido mucha especulación sobre esto y lo importante de lo que se ha dicho judicialmente es que todos los compradores son de buena fe, no hace distinciones ni pone fechas. Todos los son y tienen derecho a una reclamación patrimonial, el cómo y de qué manera ya dependerá de cada caso. No obstante, ese no es el escenario que nosotros planteamos ahora. No queremos ser indemnizados, queremos quedarnos en Extremadura, seguir apostando por Extremadura, disfrutando de nuestras casas y no estamos reclamando ninguna cantidad, estamos reclamando únicamente que nos dejen vivir en paz en las casas que hemos comprado con un gran esfuerzo económico. Esto no se habla, pero muchos de los propietarios de la isla tienen hipoteca. La realidad no es como se ha querido vender de que somos gente de mucho patrimonio a la que esta inversión les ha ido mal.

¿No hay grandes fortunas en la isla?

Somos gente normal, de clase media, media-alta, profesionales liberales, abogados, economistas, ingenieros, médicos… que hemos comprado esta segunda vivienda con un gran esfuerzo y que lo que queremos es seguir en Extremadura, creando empleo y ayudando al desarrollo económico de la zona.

Pero se habla de famosos y nombres importantes del país que tienen propiedades en la isla...

En Valdecañas hay 185 casas, en cada una hay un hombre y una mujer y cada persona tiene un apellido igual de importante, por tanto, hay unos 400 apellidos en toda la isla y entre esos 400, ¿cuántos ha habido que le ha sonado a alguien? Tres. Fíjese qué poca riqueza y poco famoseo hay en esta urbanización. Se ha vendido mal, se han creado bulos y hemos preferido mantenernos respetuosos y al margen dejando que las cosas cayeran por su propio peso. Desgraciadamente no somos tan ricos. 

¿Y le molesta que se diga que son grandes fortunas?

No nos molesta, pero nos provoca risa. Entre nosotros siempre bromeamos: ‘¿quién de vosotros es el rico y no me he enterado?’. Somos gente normal, muchos hemos tenido que comprar pidiendo dinero prestado y ha habido gente incluso que luego no ha podido pagar el préstamo y el banco le ha quitado la casa. Es que se han dado todo tipo de escenarios y no los que se han querido vender de grandes fortunas y tal, eso es mentira, de hecho, ya le digo que grandes fortunas que yo conozca no hay ninguna. Hay algún apellido un poco conocido por distintos motivos familiares y ya.

Sobre las indemnizaciones, el TSJEx las cuantifica en 110 millones en total, unos 600.000 euros por propietario. ¿Es suficiente?

Lo valoraremos cuando llegue el momento. No hemos hecho los cálculos, pero no todas las viviendas tienen el mismo tamaño, con lo cual los importes no son los mismos por vivienda, habría que estudiarlo cuando llegue el caso, pero no es algo que estamos mirando ahora. 

«Sentimos profundo arraigo en esta región; hay vecinos que hasta tienen nichos en El Gordo»

¿Qué sintió cuando conoció el último fallo del Supremo que ordena la demolición de todo el complejo?

Mucha sorpresa y bastante indignación. Pensábamos que era un tema ya superado. La sentencia anterior del TSJEX no era perfecta, no nos dejaba completamente satisfechos, pero era equilibrada y consideramos que debía dejar satisfechos razonablemente a todas las partes y de hecho fue así, excepto para una sola organización ecologista.

¿Tiene esperanzas?

No creo que hubiéramos llegado a esta situación si todo se hubiera hecho correctamente o perfectamente, pero lo que sí está claro es que somos compradores de buena fe y creemos que al final el sentido común se tendrá que imponer a pesar de que haya criterios divergentes. Creo que la sentencia del TSJEX tenía mucho sentido común, porque el daño medioambiental de derribar todo lo que hay sería sin precedentes en España y es algo que no ha entrado a valorar el Supremo. Por eso creemos que el sentido común prevalecerá. Además, Valdecañas debería recibir un premio de integración medioambiental, es muy difícil encontrar un sitio en España donde en una escombrera se construya un paraje maravilloso para la fauna y flora. Nunca ha habido tantos animales: corzos, ciervos, jabalíes, zorros, conejos, nutrias e infinidad de aves, muchas anidan en nuestras casas. Por eso no entiendo a los ecologistas, no parece que su objetivo sea la defensa del medio ambiente.