Pensemos un momento en el kilométrico laberinto de tuberías que atraviesa el subsuelo de nuestros pueblos y ciudades para llevar el agua potable a los grifos de cada casa o cada negocio. Conducciones por las que cada día circulan millones de litros de agua que cubren algunas de las necesidades básicas del ser humano. 'Autopistas' del agua que requieren de revisiones y renovaciones para asegurar su función. Cualquier grieta o desajuste en una de esas tuberías o en las piezas que las unen son una vía de escape para el agua y ser el preludio de una gran avería, una factura desorbitada o un incómodo corte en el suministro para la reparación. El Consorcio Promedio, que gestiona más de 800 kilómetros de redes de consumo en 52 municipios de la provincia de Badajoz, cuenta desde hace seis meses con un equipo especializado en la localización de esas 'heridas' o 'fracturas' gracias a la escucha del sonido que hace el agua recorriendo las tuberías. Un servicio con el que ya cuentan ciudades grandes y que Promedio acerca al mundo rural.

Juan Antonio Bernal es el técnico que trabaja con los diferentes equipos para mejorar el rendimiento de las redes. Cuando sus compañeros o compañeras sospechan de consumos elevados, se colocan en varios puntos unos aparatos llamados prelocalizadores, que registran ruidos durante la noche.

Tras la digitalización de estos ruidos, Juan Antonio analiza los sonidos para distinguir pequeños matices. La sensibilidad auditiva es de suma importancia ya que, por ejemplo, ayuda a diferenciar cuándo el agua lleva mucha presión o cuándo corre simplemente a través del tubo.

Los prelocalizadores avisan de existe una fuga en una zona determinada. Pero se debe seguir investigando para encontrar el punto exacto. Gracias a otros aparatos, como el geófono, los correladores o una cámara de inspección, el 'buscafugas' hace el diagnóstico más detallado de una calle o de un tramo de tubería para dar con la avería. 

El técnico del servicio buscafugas, Juan Antonio Bernal buscando fugas en la red de Llerena. EL PERIÓDICO

Resultados llamativos

Estas tareas sirven para anticiparse a una avería más grave y evita grandes pérdidas de agua. Los resultados son llamativos. En apenas cuatro meses se han detectado y reparado hasta 155 fugas, más aquellas que fueron resueltas por los medios tradicionales. Resquicios por los que se escapaban miles de litros tan necesarios en periodo de escasez como el actual. Solo en Puebla de Sancho Pérez el consumo de la localidad en su conjunto se desplomó casi un 40%.Y en Atalaya, Oliva de la Frontera o Villalba de los Barros la caída fue de entorno al 30 por ciento. Monesterio, donde se han impuesto ya restricciones al consumo en segundas viviendas y explotaciones agroganaderas, consume ya un 17% menos que hace unas semanas. En definitiva, gracias a las actuaciones en una decena pueblos, Promedio ha conseguido ahorrar hasta 1,5 millones de litros de agua cada día. Una cifra muy importante que pone en valor de este servicio en la adaptación frente al cambio climático.

Un plan contra la sequía

Saber qué pozos se utilizaron en el pasado para extraer agua, establecer cuándo hay que parar el funcionamiento de fuentes ornamentales o cuándo hay que activar restricciones al consumo son solo alguna de las medidas que incluye un Plan de Emergencia por Sequía. Un documento obligatorio ciudades o agrupaciones de más de 20.000 personas, pero que Promedio está ampliando también a localidades más pequeñas por su gran utilidad.

Los veinte municipios que beben de los embalses de Los Molinos, La Albuera del Castellar y El Aguijón ya cuentan con esta guía. Llegar a una situación de desabastecimiento debe ser el último paso, después de agotar cada una de las recomendaciones que se indican en estos informes.

Este año 2022 verán la luz cinco nuevos planes para Don Benito, Atalaya, los doce municipios de La Siberia integrados en el sistema de Guadalemar, el sistema conformado por La Coronada-La Haba-Magacela y el abastecimiento compartido por Higuera la Real y Fregenal de la Sierra.