La expedición que partió el 15 de marzo de la localidad pacense de Fuente del Maestre hacia la frontera de Polonia con Ucrania llegó a Extremadura el pasado lunes con más de 20 refugiados ucranianos que huyen de la invasión de Rusia. En total, han sacado de los campos de refugiados a unas 40 personas, pero la mitad de ellas se han quedado en diferentes puntos de España donde tienen familias o donde han encontrado trabajo.

Así, los 20 refugiados que llegaron hasta la localidad pacense fueron recibidos en la finca municipal Molano, donde se vivieron dos sensaciones: la de felicidad por parte de los voluntarios fontaneses que tras una semana se volvían a reencontrar con sus familias; y la de cierta tranquilidad por parte de los refugiados, que notaban cómo tras muchos días de tensión, nervios y dolor se encontraban en un lugar seguro.

Recibimiento en Fuente del Maestre. M. G.

En el grupo de ucranianos que se refugia ya a salvo en la región, hay niños y niñas que tras su llegada se pusieron a jugar e interactuar con los pequeños fontaneses y también mujeres de diferentes edades. Una de ellas, que habla castellano, quiso agradecer la solidaridad del municipio: «gracias, gracias y gracias a todos los que habéis hecho posible que hayamos llegado hasta aquí, y por la ayuda que nos vais a seguir dando en vuestro pueblo».

Durante estos primeros días se están alojando en el albergue municipal que ha cedido el ayuntamiento fontanés, pero la idea es que progresivamente se vayan instalando en viviendas de la localidad que han cedido los vecinos para empezar a vivir una vida normal, sin guerra, poder buscar empleo o volver a las aulas, con el deseo siempre de que un día el conflicto se acabe y puedan regresar a su país.

La expedición que les ha traído a Extremadura está formada por seis fontaneses que han viajado repartidos en tres furgonetas, a las que se sumaron otras personas de Villafranca de los Barros, Ribera del Fresno, Almendralejo y Castuera. «Ha sido una experiencia única, tanto por la incertidumbre del viaje y de lo que nos íbamos a encontrar en la frontera como por la llegada a los campos de refugiados donde dejamos todo el material que llevábamos e intentamos traer al máximo número de personas posibles. Luego, en el viaje de vuelta, intentamos que se sintieran en confianza y cómodas y se va logrando con el paso de las horas, van notando que tú lo único que tratas es de ayudar. Han sido días de tensión y de dormir poco, pero también de ilusión y ganas. Ha merecido la pena», destacan los fontaneses.

Pero también ha sido vital la ayuda de otros muchos voluntarios que han recaudado alimentos y donativos en la localidad y han preparado los alojamientos donde se hospedarán los refugiados. Por eso, la expedición está muy agradecida por la solidaridad que han recibido estos días: «Desde el momento en que publicamos el mensaje de WhatsApp no hemos parado de recibir alimentos, ropas, juguetes, donativos, y cesiones de casas y pisos para que puedan residir en ellas». Y también agradecen al ayuntamiento fontanés la cesión del albergue municipal y se encargará de todas las comidas, y a Cáritas. De hecho, en la recepción estuvieron presentes el delegado diocesano de Cáritas y vicario general de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz, Paco Maya, y el vicario episcopal y párroco de Fuente del Maestre, Francisco Javier Moreno, quienes llegaron acompañados de Sor Virginia, una monja ucraniana que realizó las labores de intérprete y traductora.