Crece la solidaridad extremeña con el pueblo ucraniano. En la última semana se ha incrementado hasta las 678 el número de familias que se han ofrecido a la administración regional para acoger a refugiados de Ucrania y se han inscrito en la bolsa oficial que la Junta de Extremadura ha habilitado para ello. Hace una semana se habían registrado 250 familias. 

De momento, no han llegado refugiados a estos hogares, que están pendientes primero de una calificación de idoneidad. De todos modos, el acogimiento familiar se utilizará cuando así lo estipule el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que es el encargado de mandar a los refugiados con familias acogedoras. 

Son los programas de Atención a las Familias y a los Servicios Sociales de Atención Social Básica regionales los que están redoblando sus esfuerzos para atender a estas solicitudes. Pero también realizan otras actuaciones como ofrecer información a los ciudadanos de origen ucraniano y registrar los datos de filiación, identificación, fecha de llegada y domicilio en la comunidad, así como la detección de menores de edad sin referente familiar «con el fin de proceder a la apertura del correspondiente expediente de protección a los fines de asumir su tutela», informan desde la administración.  

Mientras eso sucede, los extremeños se siguen sumando para ayudar a quienes huyen de la guerra y la administración regional sigue trabajando para poner en marcha los dispositivos que sean necesarios. Desde la región se han ofrecido ya al ministerio más de 900 plazas, entre las familias acogedoras y los recursos de las entidades sociales y los que están ofreciendo los ayuntamientos. «Son mayoritariamente albergues, aunque también hay de otro tipo», señaló ayer el consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles. 

La idea, indicó, es ir poniendo en marcha las instalaciones de forma paulatina y empezando por los centros que tiene una mayor capacidad y que estén más cerca de capitales de provincia. «Porque todas las personas que vienen de Ucrania, en la primera fase necesitan unos servicios comunes y acudir a las comisarías de policía para acogerse a la protección temporal internacional, que es el paso necesario para poder acceder luego al resto de derechos», explicó ayer el consejero. Y una vez el papeleo en regla, «nuestra idea es que si quieren puedan quedarse en cualquier municipio».

Por el momento, ya hay varios albergues extremeños que están acogiendo a familias ucranianas que huyen de la guerra, como es el caso de Olivenza (gestionado por Cruz Roja), Malpartida de Cáceres o Fuente del Maestre, a donde han llegado esta semana una veintena de personas. Y ya se está trabajando en otros albergues como el de Madrigalejo, destacó, y se están valorando centros de gran capacidad y también otros dispositivos «que no son albergues, sino centros que nos ha ofrecido Cáritas o viviendas parroquiales en distintas localidades».