«El Sáhara Occidental y su verdadero pueblo, los saharauis, han sido de nuevo traicionados por España, no por el pueblo, sino de nuevo por los gobernantes». Así reza el inicio de la carta que la asociación extremeña Entre dunas ha enviado al Gobierno central para mostrar su repulsa por el cambio de postura anunciado por Pedro Sánchez al rey marroquí Mohamed VI en una carta fechada el pasado 14 de marzo. «Es algo que ha sentado fatal. Estamos utilizando a los saharauis como moneda de cambio», expresa Denis Morín, presidenta del colectivo. Esta placentina es familia de acogida desde 2009, tal y como lo fue antes su madre, y conoce bien la colonia, en la que su organización lleva trabajando desde hace cinco años: «Están muy decepcionados y muy cabreados. Son más de 40 años de abandono y no sabemos muy bien el porqué», denuncia.

Confirman esta desazón desde la propia comunidad saharaui en la región (en España viven más de 6.000 apátridas y el 94% de ellos, según Interior, son saharauis). «Es dar soberanía a Marruecos de lo que no es suyo, el Sáhara Occidental, y una renuncia territorial, de Ceuta, Melilla y Canarias, sin un documento en el que se comprometan. Todavía nos preguntamos por qué se ha hecho eso», lamenta Marabi Dhi, saharaui residente en Zafra. «España nos vendió en 1975 y ahora se repite la historia. Entonces dijeron que era porque Franco estaba enfermo, ¿cuál es la justificación ahora?», denuncia por su parte Mariam Jaa Salam, otra saharaui que vive en Cáceres. 

La ley del más fuerte

«Si esta ocupación se legitima, ¿quién le pide explicaciones a Putin? Es muy grave porque se está volviendo al ‘Derecho de la Conquista’ y hoy somos nosotros pero mañana serán los argelinos y mauritanos y pasado Ceuta y Melilla», asegura Dhi. «Este Gobierno está vendiendo a los saharauis y luego apoya a Ucrania. España le tiene muchísimo miedo a Marruecos, no es normal», apunta Jaa Salam, «creo que Marruecos se vale del chantaje y nosotros no tenemos el poder ante eso», añade. «En mi opinión, España ha actuado en base a lo que le mandan Estados Unidos y Francia, y todo viene del acuerdo para que Marruecos reconozca a Israel a cambio de la soberanía sobre el Sáhara», señala por su parte Dhi. Morín deplora que «estamos entregando un territorio sin preguntar siquiera a sus propios habitantes. En un lugar donde se están violando los derechos humanos».

Derechos humanos

Hay detenciones arbitrarias, vejaciones, violaciones, torturas y una guerra, además de una población exiliada en los campos de Tinduf o segregada, vigilada y marginada en los territorios ocupados. Es el panorama actual en la antigua colonia española según describen los tres testimonios, que rechazan de plano una autonomía bajo un régimen «tirano y autocrático».

Por ello acudieron a la manifestaron en Madrid de este pasado sábado. Aseguran que persistirán para que la «injusticia» no se consume: «Vamos a intentar unirnos el mayor número de asociaciones posibles para tener una voz más fuerte y que el Gobierno nos escuche. En Entre Dunas ahora estamos enviando a los campamentos material escolar y alimentos. Cualquier interesado puede comprarnos cosas, hacer donaciones o unirse a nosotros», dice Morín. «Vamos a seguir luchando, no nos queda otra», afirma por su parte Dhi. 

«Somos un pueblo conocido por la esperanza y algún día podremos volver a nuestras casas y vivir libres porque esta es una lucha digna», sentencia Jaa Salam.

Te puede interesar:

«El gran Marruecos»

Las fronteras actuales de Marruecos «no son las verdaderas». Es lo que defiende el nacionalismo marroquí bajo la idea creada del «Gran Marruecos», una premisa generalmente aceptada en la política nacional del país vecino en donde su mayor valedor es el Partido Istiqlal, que ha formado parte de sucesivos gobiernos. El «Gran Marruecos» expande sus fronteras ocupando todo el territorio del Sáhara Occidental y Mauritania, el norte de Mali y el oeste de Argelia. Incluye también a las ciudades autónomas de Ceuta, Melilla y las islas Canarias. A pesar de la diversidad entre las poblaciones de estos territorios, los nacionalistas marroquíes defienden que existen lazos «históricos, religiosos y políticos».

Esta tesis choca con Argelia, principal rival de Marruecos en el Magreb, que acoge los campamentos de refugiados saharauis, aliado con el Frente Polisario y valedor de la independencia saharaui. Los lazos de España con Argelia son vitales: de allí importó el pasado año más del 42% del gas, según datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (CORES).  

Mapa de las fronteras marroquíes según la premisa del "Gran Marruecos" WIKIPEDIA