La Universidad de Extremadura (UEx) no es ajena al incremento del coste de la energía que sufren empresas y organismos del país y también los propios particulares. Pero el aumento del gasto es ya tan relevante entre los cuatro campus universitarios que el equipo directivo ha decidido tomar medidas para ahorrar costes y poder cuadrar las cuentas.
Durante 2021 la universidad extremeña pagó alrededor de cinco millones de euros solo en facturas de electricidad, dos más de los que venían siendo habituales (3 millones) antes de que los precios empezarán a escalar el pasado abril. El incremento es, por tanto, de un 66% durante el año pasado, pero este año se espera superar ese porcentaje con creces si nada varia. «En 2022 la situación no solo no ha mejorado sino que ha empeorado y la contención de los precios que se esperaban en primavera no ha llegado con la guerra en Ucrania. Veíamos que ya nos íbamos a ir a duplicar el gasto, o incluso más, así que hemos decidido tomar medidas para intentar ahorrar lo que podamos», explica el rector de la UEx, Antonio Hidalgo.
«Veíamos que nos íbamos a duplicar el gasto, o incluso más, este año y tenemos que ahorrar»
Esas medidas pasan, en primer lugar, por apagar la calefacción desde este semana (la mayoría de los sistemas consumen electricidad, ya que pocos edificios usan gas) y cerrar las instalaciones universitarias durante los días de Semana Santa que no son festivos. «Nuestras estimaciones son que solo cerrando tres días, de lunes a miércoles de esa semana, tendremos un ahorro de entre 100.000 y 120.000 euros en energía».
De todas formas, aclara el rector, se cerrarán las instalaciones que no sean imprescindibles. «Hay edificios como el hospital veterinario o el animalario que tienen que seguir funcionando. Y también quien esté haciendo investigación y necesite continuar esos días, podrá seguir entrando y funcionando sin problemas». Igual que hay material de investigación, como frigoríficos que llegan hasta los -80 grados, que no pueden apagarse si hay trabajos dentro, añade.
A partir de ahí se plantean otras medidas como poder cerrar antes las facultades y centros universitarios una vez finalizadas las tareas docentes y no ampliar las horas de apertura de las bibliotecas mientras la situación continúe disparada. Y esa es una de las principales quejas hasta el momento, que llegan de algunos estudiantes por el cierre de las bibliotecas ya en Semana Santa.
«Pedimos su comprensión. Sabemos que la afluencia que tenemos en esa semana es menor y en muchos casos no es de personas de la universidad. Entendemos que pueda haber quejas, pero preferimos destinar esos recursos para más adelante, cuando lleguen los exámenes, por ejemplo. Es difícil cuadrar las cuentas con la situación global que vivimos todos, por eso lo que buscamos es acortar el gasto y hemos pensado en dónde hacerlo teniendo en cuenta que se afecte lo menos posible al sistema», explica Hidalgo.
De todas formas, la situación podría mejorar a lo largo del año, ya que la UEx tiene previsto licitar a principios de abril la instalación de placas fotovoltaicas en los campus de Cáceres, Badajoz y Mérida, que podrían estar listas en su primera fase en este año.