«El libro muestra el ecosistema de esta industria con atención a la perspectiva de la madre y el bebé, que son los grandes olvidados del relato». Ana Trejo Pulido presenta este viernes en Cáceres En el nombre del padre: diez puntos básicos para conocer toda la verdad sobre el alquiler de vientres. Será en el Ateneo, a las 20.00 horas, en un evento organizado por el Movimiento Abolicionista de Extremadura. «Es una recopilación de todo lo que he aprendido desde que fundamos ‘STOP Vientres de Alquiler’. Lo que quería era poner en orden toda la bibliografía y disponer de esas fuentes», explica. En menos de 100 páginas -que se pueden descargar o escuchar en audiolibro de manera gratuita a través de internet- esta activista almendralejense analiza desde una «perspectiva feminista y de los derechos humanos» el negocio de la gestación subrogada como «una práctica contemporánea de explotación de mujeres con fines reproductivos y venta de bebés recién nacidos». «En la subrogación la mujer es materia prima, es una fábrica de repuestos. Toda la libertad que reivindican quienes defienden esta práctica la pierden las mujeres una vez firman el contrato. Lo estamos viendo ahora en Ucrania, cómo BioTexCom amenaza a las mujeres que huyen con no pagarles si no regresan al país para parir. Otras agencias las amenazan hasta con la cárcel por incumplir el contrato», asegura.  

Trejo califica a Ucrania y otros países donde esta práctica es legal como ‘Estados proxenetas’: «Permiten la venta de sus mujeres en subrogación, priorizan el negocio. Ucrania recibe alrededor de 1.500 millones de dólares al año en divisas de clientes extranjeros que compran niños allí», denuncia Trejo, que también apunta a los ‘Estados cómplices’, como España: «Aquí tenemos una instrucción de 2010 que es un coladero para que se explote a mujeres pobres de estos países y los compradores inscriban a sus niños aquí. No es ninguna ley, solo se necesita voluntad política para derogarla, con una moratoria para que, a partir de que venza, no entren más niños comprados y, los que lleguen, pasen a estar bajo tutela de las autoridades para que puedan ser adoptados con todas las garantías», expone, a la vez que reclama un mecanismo internacional para poner fin a esta práctica en todo el planeta. Advierte también de las «presiones» que estas empresas están ejerciendo para que países del sur de Europa y del ‘Sur Global’ (Latinoamérica y África) aprueben leyes que permitan los vientres de alquiler, aunque sea de manera altruista, ya que «esa modalidad es la puerta para que entre el negocio». «El libro se llama En el nombre del padre porque la industria de la subrogación se equipara al patriarcado más tradicional, aquel en el que el padre puede vender a sus hijos e hijas y en el que las mujeres somos meras siervas», señala. Por eso, señala al feminismo como herramienta de lucha para que todas las mujeres y niñas tengan una vida digna: «Ahora que tanto se habla del ‘empoderamiento’ eso es lo que necesitamos: poder y justicia social para las mujeres». De todo esto, y más, hablará hoy.