La Semana Santa es la excusa perfecta para visitar Extremadura, que cuenta con tantos puntos de interés como reconocimientos nacionales e internacionales, además de costumbres centenarias y mucha historia.

Cáceres

La Semana Santa de Cáceres, de Interés Turístico Internacional, esconde muchos secretos como El Santo Crucifijo de Santa María de Jesús, conocido popularmente como el Cristo Negro,  un icono no solo de la semana santa de Cáceres, sino de la ciudad en sí. Sale cada madrugada del Miércoles al Jueves Santo de la concatedral de Santa María.

Esta procesión se caracteriza principalmente por el halo de misterio que envuelve al Cristo Negro, acompañado por medio centenar de cofrades vestidos con hábito benedictino negro, guantes y la cara tapada.

A las 00.00, el mayordomo de la cofradía se acerca a la puerta de la concatedral y da tres golpes antes de decir: “¡Que salga El Cristo Negro! ¡Dios lo quiere así!”. En mitad de un profundo silencio, el Cristo Negro se abre paso entre una gran multitud de cacereños y recorre un estricto itinerario por las calles monumentales de la ciudad.

Badajoz

Reconocida como Interés Turístico Nacional, la Semana Santa de Badajoz destaca por su imaginería de gran calidad y sus procesiones por calles estrechas.

Si visitas la ciudad en Semana Santa no puedes perderte la procesión del Prendimiento. Se trata del paso de Nuestro Padre Jesús del Prendimiento, de la cofradía que lleva su nombre. Sale la madrugada del Jueves Santo de la Iglesia de la Concepción y recorre las calles más emblemáticas de la ciudad hasta llegar a la plaza Alta, donde se celebra un vía crucis protagonizado por la única iluminación de antorchas y grandes cruces de madera portadas por penitentes.

Mérida

El vía crucis de Mérida es una de las procesiones más emblemáticas de la ciudad. Tiene lugar cada madrugada del Miércoles al Jueves Santo en la capital extremeña, aunque este año se realizará del Viernes al Sábado. Comienza con una procesión de El Cristo de la O, talla del siglo XV, desde la concatedral de Santa María al Anfiteatro Romano. Esta parte del conjunto arqueológico de Mérida declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, juega un papel fundamental en la magia que desprende la Semana Santa emeritense, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional.

Una vez allí, se realiza un conmovedor vía crucis protagonizado por el único sonido de 16 pasos que representan los de Jesucristo esa misma noche. Finalizado el vía crucis, con un silencio sepulcral, la legión V ‘Alaudae’ regresa de nuevo a la concatedral , donde concluye la estación de penitencia.

En esta noche tan especial se produce una fusión de tres siglos distintos en la historia de Mérida: el anfiteatro romano del siglo I a.C., la imagen del Cristo de la O, del siglo XV, y su persistencia hasta nuestros días.

Plasencia

El 27 de marzo de 2012, la Semana Santa de Plasencia se declaraba Fiesta de Interés Turístico Regional. Es una de las festividades más longevas de la comunidad, documentada ya en el siglo XIII, que aspira a adquirir el reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Caracterizada por estaciones de penitencia que se extienden desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, en la que se viven momentos emocionantes como los pasos de “las cruces” el Viernes Santo y el Domingo de Pascua por la mañana, la procesión de El Nazareno en silencio del Miércoles Santo, el Descendimiento de la Cruz el Viernes Santo o el Santo Sepulcro del Sábado, entre muchos otros.

Jerez de los Caballeros

Declarada Fiesta de Interés Turístico Regional en 1987 y Fiesta de Interés Turístico Nacional en 2015, la Semana Santa de Jerez de los Caballeros es conocida como “la semana grande” de la localidad.

Llama especialmente la atención el paso “La muerte pelá”. Se trata de la imagen de un esqueleto, que simboliza la muerte, sentado sobre el mundo con una cruz a su espalda. Existen diferentes teorías sobre su significado: la muerte meditando sobre el mundo, la muerte reflexionando sobre la muerte de Cristo o el poder que esta tiene sobre el mundo: nos alcanza a todos irremediablemente.

Pertenece a la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, del que también destaca el paso con su mismo nombre. Salen los Viernes Santo desde la iglesia de Santa María de la Encarnación.  

Valverde de la Vera

Los empalaos, considerada de Interés Turístico Nacional en 1980, es uno de los eventos más importantes de Valverde de la Vera y de toda la comarca.

Vertirse de empalao supone una promesa realizada ante Dios y la Cofradía de la Vera Cruz y de los Empalaos. Este acto de penitencia personal consiste en realizar un vía crucis descalzo por las calles de la localidad extremeña en absoluto silencio. Van acompañados de sus correspondientes Cirineos, que les ayudan a lo largo de su recorrido en caso de caída.

El proceso de vestir a un empalao es complicado y requiere conocimientos acerca de cómo hacerlo. En primer lugar, se le coloca una saya blanca desde la cintura hasta los tobillos y se rodea con cuerda el torso y los brazos. Una vez hecho esto, se le coloca un mástil de madera sobre los hombros a modo de cruz y se finaliza el atuendo con una corona de espinas y dos espadas en la espalda.

Torrecilla de los Ángeles

Cada Jueves Santo, el pueblo extremeño de Torrecilla de los Ángeles se convierte en escenario de la Pasión viviente de Cristo interpretada por más de 150 habitantes.

Desde 1987, la pasión viviente de Torrecilla se ha convertido en un punto de interés turístico más de la provincia de Cáceres, con miles de espectadores, gracias a los vecinos que ponen todo el empeño en escenificar los últimos momentos de Jesucristo: la última cena, la oración en el huerto de los olivos, el juicio ante Poncio Pilatos y la crucifixión en la cruz.

Es una representación espectacular en la que cada año participan más actores, nuevos escenarios, y pequeños detalles que hacen que se profesionalice más la puesta en escena gracias al trabajo y a la unión de todo un pueblo.

Coria

El casco antiguo y su catedral adquieren un especial protagonismo durante la Semana Santa cauriense. Además, es un buen momento para ver el mantel de Coria en el museo de la Catedral de la ciudad. Se trata de una reliquia que consideran que vistió la mesa en la que se llevó a cabo la Última Cena. Se ha visto sometida a distintas pruebas. Fue examinada por científicos de la NASA, que vieron similitudes entre esta reliquia y la Sábana Santa de Turín.

Trujillo

La celebración de esta festividad se remonta a tiempos inmemorables. Desde la primera mitad del siglo VII, recordaban y exaltaban los misterios de la pasión de Cristo en la basílica visigoda. Desde entonces, los trujillanos viven la Semana Santa con gran devoción, que destaca por su itinerario por las zonas monumentales de la localidad y su culminación con la celebración del Chíiviri. Uno de los pasos que refleja el espíritu de la Semana Santa de Trujillo es el Cristo del Perdón, con su paseo en silencio a medianoche por las calles medievales. Se trata de una talla del siglo XVI que procesiona la madrugada del Viernes Santo. La procesión concluye en la iglesia Santa María la mayor, sobre las 4.00 de la madrugada. Las altas horas no suponen un problema para los trujillanos, que esperan con gran expectación la recogida del Cristo en el templo.

La Semana Santa concluye con la celebración del Chíviri. Se trata de una fiesta de interés turístico regional que tiene lugar en la plaza Mayor de Trujillo el Domingo de Resurrección. La fiesta ha evolucionado desde sus orígenes hasta como se conoce hoy en día. Desde principios del siglo XIX, los habitantes de Trujillo se reunían en la plaza Mayor para celebrar el Domingo de Pascua con ganado para hacer compras y ventas. Actualmente, la fiesta ya no consiste en la compraventa de ganado, pero se han conservado ciertas tradiciones como la vestimenta, las mujeres visten de refajo o pollera y los hombres de chambra, la música, canciones populares escritas por Goro, un escritor trujillano, y sobre todo, las ganas de pasarlo bien rodeado de seres queridos.