Aunque en muchos sitios se sigue hablando de mina, su proyecto se parece muy poco al original…

El proyecto es esencialmente una planta de procesamiento de litio completamente integrada que se beneficia de tener su materia prima disponible a través de un acceso subterráneo. Es un proyecto nuevo que no se parece en muchos aspectos al original, y la actividad industrial (que supone la mayor parte del proyecto) se ha ampliado para dar aún más oportunidades a la comunidad local. Este proyecto es fruto de una reflexión muy profunda por parte de la empresa tras escuchar y analizar las inquietudes de la sociedad cacereña, con la eliminación de la minería abierta y la creación de una empresa con domicilio social y fiscal en Cáceres. Es una planta integrada de procesamiento de litio con un área de extracción 100% subterránea.

-Eso en la práctica, ¿Qué es lo que supone?

-Es un cambio abismal. Para empezar, porque al ser impulsado por una compañía local se garantiza que el retorno fiscal se queda en la región. Los estudios apuntan que durante la actividad de la planta se generarán al menos 2.400 millones de euros en impuestos, y de esa cantidad aproximadamente la mitad se quedaría en Extremadura. Además, hablamos de un proyecto que es único en Europa, porque será el único en el que se transforme el litio allí donde se extrae (en todo el mundo el litio se envía a China para su procesado) . Esto implica que ese valor añadido también se quede en Cáceres, aumentando el retorno fiscal, creando más puestos de trabajo y más oportunidades para las empresas locales, y también más formación especializada que tendremos que ofrecer en la ciudad.

-¿Y en términos medioambientales?

Al ser una extracción 100% subterránea no se afecta en ninguna medida la zona del yacimiento. Hay que tener en cuenta que esta zona ya era una mina de estaño en la década de los sesenta, y de hecho aún se pueden contemplar las infraestructuras mineras sobre el terreno. El paisaje que se ve hoy será el mismo dentro de 10 o de 15 años. Se mantiene el paisaje y también se mantienen los usos. La única zona visible de la extracción será la boca de acceso, la entrada de un túnel similar al de Miravete que estará junto a la planta de procesado. Además, se ha diseñado un sistema de extracción en el que la mayor parte de la piedra extraída se devuelve a su sitio una vez procesado el litio, de forma que tampoco quedarán huecos bajo la superficie.

-¿Es seguro ese modelo de extracción?

-Es totalmente seguro. No hay que olvidar que en Europa trabajamos con los máximos estándares de seguridad en toda la actividad extractiva, y aquí no va a ser una excepción. Además, con los avances tecnológicos y una mayor implicación en todo lo relacionado con la responsabilidad social, el paso que hemos dado para tener una actividad basada en las energías renovables y el vehículo eléctrico es beneficioso tanto en términos ambientales como de seguridad.

-Eso es la extracción, pero ¿qué impacto tendrá la planta industrial?

-Como decía antes va a ser una planta única en Europa, y no solo por lo que supone la producción del hidróxido de litio, pilar fundamental para la descarbonización de la sociedad a través de su uso en el almacenamiento y movilidad eléctrica tan necesarios en estos momentos. Es que además se van a aplicar los últimos procesos tecnológicos disponibles, con un modelo realmente sostenible, con el uso del 100 % de energías renovables, con hidrógeno verde en lugar de gas natural, con vehículos eléctricos y con un proceso completo de reciclaje de materiales inertes. No habrá balsas ni escombreras ni se generarán residuos tóxicos, y eso la gente lo tiene que saber. Y el material sobrante facilitará la rehabilitación continua de la flora en armonía con el medio ambiente. Hemos trabajado con InnoEnergy aplicando fondos europeos para testar este nuevo proceso sostenible, por lo que está ya desarrollado. 

-¿Y el agua? Porque hay quien dice que van a usar y contaminar el agua de El Calerizo.

-Sí, lo he leído. Ese es uno de los muchos datos equivocados que se difunden acerca del proyecto, quiero creer que por falta de información. En realidad se usarán y posteriormente se reutilizarán aguas residuales tras aplicarles un tratamiento terciario, sin afectar en ningún momento al Calerizo.

Desde el primer momento ha quedado claro que se trata de un proyecto de gran envergadura. ¿De qué cifras estamos hablando?

Pues sí. Los últimos estudios que hemos desarrollado cifran la inversión por encima de los 600 millones de euros. Además, con el nuevo proyecto en la fase de construcción se generarán unos 1.500 empleos directos, y durante la fase operativa más de 700 entre la planta y la zona de extracción. Y no olvidemos que muchos de esos empleos son de alta cualificación.

-Y si viene este proyecto, ¿tendrá Extremadura una gigafactoría?

-Evidentemente nuestra planta de procesado de litio sería un hecho diferencial que situaría a Cáceres en el corazón de un nuevo ecosistema industrial basado en el litio, sería nuestro hecho diferencial de cara a proyectos de ese tipo. Nuestra industria funcionará como un polo de atracción para otras industrias del sector, como podría ser esa, pero no podemos perder de vista que para que esa sea una posibilidad real las empresas del sector deben tener la certeza de que van a tener en Cáceres un punto de acceso al hidróxido de litio.

-¿Tenemos mano de obra para responder a esa demanda?

-En estos momentos no. Pero estamos trabajando con la Academia Europea de Baterías y también con la Universidad de Extremadura para que muy pronto Cáceres sea una referencia internacional en la formación relacionada con el litio, con el hidrógeno y con las baterías.

-¿Por qué es tan importante que España produzca litio y por qué tiene que ser en Cáceres?

-Cáceres dispone de la segunda mayor reserva de litio de toda Europa, y eso lo tenemos que ver como una gran oportunidad en todos los sentidos y tenemos que ser capaces de aprovecharla. Es esencial que España y Europa sean tan autosuficientes como sea posible en lo que se refiere al litio y -aún más importante- en productos de litio refinado que puedan ser utilizados en las baterías. Por autosuficiencia, porque actualmente dependemos de terceros países para una materia prima que es absolutamente esencial; y medioambiental, porque imagine la huella de carbono que generamos actualmente si cada vez que extraemos litio lo trasladamos hasta China y luego lo volvemos a trasladar a Europa.

-¿Por qué cree que todavía hay una parte de la sociedad cacereña que no ha entendido el proyecto?

-Pues sinceramente creo que en parte es por nuestra culpa. No hemos sabido explicar el nuevo proyecto. Llevo al frente de la empresa solo unas semanas y lo veo cada vez que estoy en una reunión y respondo todas las preguntas que me hacen. La respuesta que recibo es siempre la misma: “Es que esto no tiene nada que ver con lo que yo creía”. Por eso, estamos trabajando para explicarlo a todo el mundo, con una política casi de puerta a puerta, y ese va a ser mi gran objetivo en los próximos meses, porque apostamos por la transparencia y por la información. Si alguien quiere conocer el proyecto pueden contactar con nosotros y responderemos a todas sus preguntas, que no lo duden.

-¿Esto incluye también a la Plataforma Salvemos la Montaña?

-Por supuesto. Esa fue la primera reunión que solicitamos. Primero lo hice personalmente a su portavoz y después, como me dijo él mismo, lo hicimos a través de un correo electrónico, pero fue hace más de dos semanas y todavía sigo esperando una respuesta. Soy optimista, porque supongo que quieren conocer los detalles reales y hacer muchas preguntas, y estoy convencido de que al proyecto actual no le van a poner pegas.