Estas comunidades, que están comenzando a dar sus primeros pasos en la región, tienen un evidente potencial de desarrollo en nuestros pueblos y ciudades para poner en marcha proyectos de generación de energía limpia basados una participación directa y libre de los usuarios.

El papel de la ciudadanía extremeña en el sector energético es clave para la transición hacia un modelo energético limpio y sostenible y las comunidades energéticas pueden ser una palanca muy importante para alcanzarlo. 

Una comunidad energética es un proyecto colectivo en el cual, personas, comunidades de vecinos, barrios, empresas o ayuntamientos se asocian para gestionar directamente su propia energía que procederá, por ejemplo, de un conjunto de instalaciones fotovoltaicas o de cualquier otra fuente renovable, de forma que participa directamente en el mercado eléctrico.

En España la ley determina que una comunidad energética debe ser una entidad jurídica (por ejemplo una cooperativa) basada en la participación abierta y voluntaria. Es una entidad autónoma y efectivamente controlada por socios o miembros que están situados en las proximidades (hasta 500 metros) de los proyectos de energías renovables que son de su propiedad y cuya finalidad primordial es proporcionarles beneficios medioambientales, económicos o sociales en las zonas locales donde operan, en lugar de ganancias financieras.

Las comunidades energéticas pueden producir, consumir, almacenar, compartir o vender energía lo que supone un factor crucial para el ahorro económico de muchas familias, especialmente para las más vulnerables.

Además, este modelo de generación reduce la dependencia sobre las compañías eléctricas convencionales, contribuye a una reducción de la energía consumida tiene positivas repercusiones sobre el medio ambiente del entorno más cercano. 

Electrolineras. Los coches eléctricos pueden repostar en electrolineras alimentadas por energía solar. EL PERIÓDICO

Estas comunidades pueden prestar servicios de recarga de vehículos eléctricos o de otros servicios energéticos, favorecen la reducción y limitan la dependencia de los combustibles fósiles, impulsan la creación de empleo local, estimulan el desarrollo de negocios locales y de un tejido comunitario y pueden destinar la reinversión de los beneficios de la actividad en aspectos prioritarios para la comunidad. 

Las comunidades energéticas proporcionan a la ciudadanía un acceso justo y armónico a recursos locales de energía renovable y otros servicios energéticos y su puesta en marcha requiere esfuerzos de todos los socios dado que es normal que para ponerlas en marcha haya que afrontar dificultades como la financiación, la escasa experiencia o la complejidad para gobernarlas entre todos los miembros pero, en ningún caso, son barreras infranqueables. Hay muchas experiencias puestas ya en marcha que así lo demuestran.

Imaginen un pueblo, un barrio, un polígono, aprovechándose de forma colectiva de las mismas instalaciones de generación de energía renovable. Imaginen el ahorro energético y monetario que ello supondría. Imaginen los beneficios sociales y para el medio ambiente. Todo esto es posible gracias a las comunidades energéticas locales que ayudan a acelerar la transición energética verde en Extremadura.

Las comunidades energéticas constituidas pueden solicitar las ayudas que la Junta de Extremadura ha puesto en marcha dentro del Programa de incentivos ligados al AUTOCONSUMO, al ALMACENAMIENTO y a la implantación de SISTEMAS TÉRMICOS con fuentes renovables.

Infórmate en la Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad

Servicio de información y comunicación sobre ayudas de eficiencia energética y energías renovables en Extremadura (SICAREx).

https://ayudas-energia.agenex.net/

Teléfono: 924 26 21 61

Por un sistema energético sostenible más democrático, más distribuido y en el que participemos todos