El Periódico Extremadura

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datos del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía. La normativa actual es más restrictiva ante el reto de la transición ecológica y hay ayudas para optimizar

El 81% de los edificios incumplen los criterios de eficiencia energética

Solo el 0’6% de los existentes tiene las calificaciones más altas, pero la cifra ya crece al 35% en los nuevos. La normativa actual es más restrictiva ante el reto de la transición ecológica y hay ayudas para optimizar

Instaladores de placas solares trabajan en la cubierta de un edificio. la opinion

A la eficiencia energética en los hogares le queda un largo recorrido y el margen de mejora es amplio, porque el 81% de los edificios existentes en Extremadura incumplen los criterios de emisiones que establece la normativa básica y alrededor del 95% están lejos de los estándares más optimizados que contempla el actual Código Técnico de la Edificación (el conjunto de normativas que regulan la construcción de edificio en España), según los últimos datos que proporciona el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), que depende del Ministerio de Transición Ecológica. La cifra en el conjunto de España se mueve entre el 86,5% de los edificios de El País Vasco y el 72% de los de Andalucía. Extremadura está en el punto medio de la tabla. Queda mucho por hacer y el tiempo apremia porque el objetivo de ‘emisiones cero’ para 2050 marcado por Europa tiene que ver también mucho con esto.

La normativa que regula el diseño y la construcción de edificios se ha ido estrechando desde la década de los 80 hasta la actualidad y se ha ido haciendo más restrictiva. Antes de esa fecha no había normativa que obligara, por ejemplo a optimizar la orientación o a colocar aislante en las fachadas, algo que ahora sería impensable no valorar en la ejecución de un proyecto junto con otras medidas de ahorro de energía. Tampoco se medía el comportamiento de los edificios al respecto, que sí es obligatorio desde el 2013. 

De la ‘A’ a la ‘G’

¿Como se mide? Una tabla de siete letras que va de la ‘A’ a la ‘G’ permite clasificar las construcciones en función de su mayor o menor eficiencia energética, desde lo que sería más el mejor dato (más eficientes), que tendrían una calificación ‘A’ hasta los que tienen peor comportamiento (menos eficientes) en la letra ‘G’. «Cuanto más avanzada es la letra más importante es que se lleven a cabo actuaciones para mejorar su comportamiento, siempre que no sean edificios históricos, que tienen otras limitaciones por ello», puntualiza Lidia López Paniagua, directora de la Oficina de Asesoramiento e Impulso a la Rehabilitación (Oair) del Colegio de Arquitectos de Extremadura (Coade). 

Cuanto más antiguo es el edificio, más probable es que su calificación energética se sitúe entre la E y la G. Como muestra, según los datos del IDAE sobre edificios existentes en Extremadura, solo el 0,1% (39) tienen la mejor calificación (A) y el acumulado de la A y la B apenas supone el 0,6% (182); unas 4.600 vivienda obtienen una C o D («son valores intermedios que ya tienen algunas características buenas, como algún sistema de protección, aislamiento o buena orientación», apunta López Paniagua), pero la inmensa mayoría se mueve entre la E y la G: son 21.149 edificios en total, el 81% de los que incluye el registro. Ahora bien, en el caso de los edificios de nueva construcción, las cifras ya varían porque la normativa ha elevado el nivel de exigencia más allá de que haya más o menos concienciación que antes. De las más de 7.500 viviendas que incluye el registro extremeño, el 35% ya obtienen las dos mejores calificaciones y sin embargo no hay registros de viviendas que los apartados menos eficientes (F o G).

"La eficiencia energética parece algo intangible porque habla de números y de emisiones de CO2 (dióxido de carbono), pero en el fondo lo que mide es el confort"

Lidia López Paniagua - Directora de la Oficina de Impulso a la Rehabilitación del Coade

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«El tema de la eficiencia energética parece algo intangible porque habla de números y de emisiones de CO2 (dióxido de carbono), pero en el fondo lo que mide es el confort y eso se nota cuando estás dentro de la vivienda. Nosotros como arquitectos lo sabemos, pero a veces cuesta hacérselo ver a la gente», reconoce la experta del Coade. Pero al final esa falta d eficiencia también se nota en la factura energética, básicamente, según coinciden los expertos consultados, porque cuando menos eficiente es un edificio «mayor es su consumo de energía». El ejemplo básico al que recurren es que si no hay un buen aislamiento en la fachada o un buen sistema de carpinterías (ventanas) , en invierno va a entrar más fío de la calle y por tanto costará más calefactarlo y en verano también entrará más fácilmente el calor, y será más difícil y costoso que alcance una temperatura óptima. 

Rehabilitación energética

La alternativa para esos edificios ha impulsado el sector de la rehabilitación por el interés creciente en «poner en marcha medias para mejorar esa eficiencia; como mejorar la envolvente (aislamiento exterior), las carpinterías, adecuar la cubierta...» enumera Paula Rivas, directora técnica de Green Building Council España (GBCE), una organización que promueve la edificación sostenible. Recuerda que la eficiencia energética es uno de los objetivos de desarrollo sostenible y de ahí que Europa esté impulsando ayudas para mejorar las características de los edificios que los aúpen a los puestos más altos del ranquin. «En el caso de los edificios, lo normal es que se requieran intervenciones integrales para mejorar, pero están llegando ayudas muy importantes para abordarlos», subraya Rivas.

"Lo normal es que se requieran intervenciones integrales para mejorar, pero están llegando ayudas muy importantes para abordarlos",

Paula Rivas - Directora técnica de Green Building Council España

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En Extremadura el paquete de ayudas que gestiona la Junta de Extremadura para la rehabilitación y mejora de la eficiencia energética en viviendas está dotado con 11.180.551 euros y se activó en enero. «Y las ayudas pueden llegar a cubrir el 80% de la intervención fácilmente. Es un buen momento porque las ayudas han cambiado mucho y han mejorado mucho», señala Lidia López Paniagua. Y en el sector notan que mejorar la eficiencia y reducir la factura despiertan interés porque la oficina que ella dirige en el Coade está recibiendo consultas tanto de particulares como de técnicos para llevar adelante proyecto. «Vamos a empezar a ver pronto los resultados de este tipo de ayudas. Y cuando se vean los proyectos de éxito que se están llevando a cabo, estoy convencida de que esa primera generación de rehabilitaciones integrales en edificios grandes, van a producir un boom, porque la gente va a ver las ventajas», insiste López Paniagua. 

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