Adiós a los protocolos covid en los hospitales de la región, que han recuperado ya la normalidad prepandemia. Los centros sanitarios (tanto hospitales como centros de salud) han abandonado así los controles de acceso que se han llevado a cabo desde que comenzó la crisis sanitaria y ya no se exige un número máximo de pacientes en el interior, no se controla la temperatura (ni a usuarios ni a trabajadores) y se permite a los enfermos acudir acompañados. Este último aspecto depende de las normas de cada centro, pero por norma general los pacientes pueden asistir a sus citas con una persona (hasta ahora solo podían estar acompañadas las embarazadas, los niños y los dependientes).

Tampoco se hacen ya pruebas PCR a los pacientes que van a ingresar en los hospitales (durante toda la pandemia se realizaba este análisis y, hasta que no se tuviera un resultado negativo, el enfermo permanecía en aislamiento por prevención). En estos momentos solo se llevan a cabo estas pruebas en pacientes con alguna sintomatología compatible con el coronavirus, a personas vulnerables o a los que van a ingresar en las unidades de Oncología, precisamente porque los enfermos que se encuentran hospitalizados en estas plantas son personas de riesgo.

Si el test arroja un resultado positivo hay varias posibilidades: si el ingreso no es urgente (es por una intervención que puede esperar), el paciente vuelve a casa y se reprograma la cita. Si la intervención es urgente se realiza con protocolos covid por parte del personal sanitario y el paciente permanece ingresado en el hospital pero no en una planta covid, sino aislado en el servicio en el que haya sido intervenido. Si ingresa de urgencia pero no va a ser operado y da positivo el paciente permanecerá en la planta (no covid) también aislado.

Por otro lado, el SES continúa haciendo seguimiento a los positivos detectados por el personal sanitario. Se les comunica el protocolo a seguir, cómo deben actuar y si son o están en contacto con personas vulnerables.