Las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) desarrollan un papel fundamental en el cuidado del medio ambiente, pues de su óptimo funcionamiento depende el buen estado de los ríos, de su fauna y su flora. En Cáceres, Canal de Isabel II se encarga de esta importante tarea que los ciudadanos, en nuestras casas, podemos facilitar. ¿Cómo? Usando el retrete con responsabilidad; tirando en él únicamente papel higiénico, nunca toallitas húmedas ni ningún otro tipo de residuo doméstico. Canal Cáceres gestiona las tres estaciones depuradoras que sanean el agua residual procedente de la ciudad, las cuales se encuentran a la espera de una próxima gran reforma, muy necesaria dada su antigüedad. Estas aguas residuales llegan a las depuradoras a través de las redes de alcantarillado, que también son mantenidas por Canal de Isabel II. Una vez en la EDAR, se someten a unos procesos que permiten devolverlas a los ríos o arroyos en condiciones óptimas para el medio ambiente: se eliminan desperdicios, grasas flotantes, materiales decantables, materia orgánica y, en general, todos los elementos gruesos que pueda contener el agua, por ejemplo, las toallitas desechadas erróneamente por los inodoros. Las toallitas húmedas que se arrojan por el retrete se han convertido en una de las principales amenazas para las depuradoras, pero también para las redes de saneamiento, tanto generales como particulares. Si se tiran por el váter, acaban enmarañándose y ocasionando enormes tapones en colectores, arquetas o en las mismas estaciones depuradoras. Además, los operarios que trabajan en estas instalaciones y en las redes de saneamiento se ven sometidos a riesgos laborales importantes cuando tienen que desatascar conducciones, bombas u otros elementos para garantizar su correcto funcionamiento. Las toallitas no deben tirarse por el inodoro porque no se desintegran bien en el agua. Esto es debido a su composición, una mezcla de fibras sintéticas que no se pueden disgregar y que favorecen que se produzca su aglomeración y compactación en enormes marañas. De hecho, aunque en algunos envases erróneamente así se indique, no son biodegradables ni desechables; al menos no en un plazo suficientemente corto. Si se acaban descomponiendo, no lo hacen en el tiempo que tardan en llegar a las estaciones de depuración, con lo que allí llegan casi intactas y afectan a los procesos técnicos de la depuración.  

Lamentablemente, no se trata solo de toallitas húmedas. Hay otros muchos residuos que acaban irresponsablemente en el retrete: tiritas, compresas, algodones, mascarillas, preservativos o bastoncillos son solo algunos ejemplos. La acumulación de todos ellos en las depuradoras acaba engendrando un amasijo realmente desagradable y con el que no es fácil lidiar. 

En términos económicos, la retirada de estos residuos supone un sobrecoste de 200 millones de euros a nivel nacional, según los datos de la Asociación Española de Abastecimiento de Aguas (AEAS). Al coste económico cabe añadir el impacto que generan estos residuos en el medio ambiente, pues los microplásticos que contienen (principalmente los bastoncillos) pueden fragmentarse, traspasar los filtros de las depuradoras y llegar a contaminar los ríos y las especies que viven en ellos. En el peor de los casos, recordamos desde Canal Cáceres, la acumulación de estos residuos no deseados puede dejar fuera de servicio las depuradoras y provocar que el agua vuelva a los cauces sin ser tratada.  

En realidad, la solución al problema es bien sencilla: una vez usadas, hay que tirar las toallitas a la papelera o al cubo de basura. Y aunque este relato de compromiso ambiental debería ser perenne, la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente es un buen motivo para recordar que, además de cuidar el agua realizando un consumo responsable, también debemos cuidar cómo sale de nuestros hogares para volver al medio ambiente del que salió. En la actualidad, Canal de Isabel II y el Ayuntamiento de Cáceres tienen en marcha una importante campaña de publicidad con objeto de recordar, a través de múltiples medios y con la presencia de nuestra apreciada Matilda, la importancia de lo aquí expuesto sobre las toallitas.