El Periódico Extremadura

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nuevos hallazgos en el conjunto

Un Turuñuelo más monumental

Concluye este martes la cuarta campaña de excavaciones en el yacimiento tartésico. En los dos últimos meses han aparecido nuevos bronces, se han despejado 800 metros cuadrados del túmulo y se ha liberando otro tramo de la estructura de un edificio que no deja de sorprender con otra escalera, nuevas estancias y cinco metros de altura

Esther Rodríguez, codirectora de la excavación, anota datos de la nueva escalera. CONSTRUYENDO EL TARTESO

La huella de la cultura tartésica en Extremadura sigue arrojando sorpresas a los investigadores que trabajan desde hace siete años en el yacimiento del Turuñuelo. En los dos últimos meses ha aparecido una nueva escalera que creen que puede ser el acceso a «una especie de terraza superior», una bañera con una rica decoración de trenzados; además de muchos más bronces entre braseros y calderos de todo tipo, semillas, marfiles, abalorios... En un nuevo tramo de lo que creían que podía ser un pasillo perimetral han abierto otro habitáculo que habrá que indagar en el futuro. Con todo eso, «el balance de esta campaña es muy positivo», dice Sebastián Celestino Pérez, director de la excavación del yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo. 

Los trabajos de esta cuarta cita arqueológica se dan por terminados este martes, tras dos meses en los que se han despejado unos 800 metros cuadrados, que han permitido avanzar liberando la estructura del edificio; a finales de semana volverá a quedar tapado por completo. Se ocultará de nuevo bajo un cerramiento provisional de chapa para preservarlo del deterioro hasta la siguiente campaña de excavaciones, que se llevará a cabo entre septiembre y octubre, una vez que hayan terminado las campañas agrícolas en los cultivos de regadío que rodean al yacimiento. Ayer lunes el equipo ya empezó a recoger y en los próximos días se ultimará la documentación de la campaña y se completará también la fotogrametría con la ayuda de las imágenes aéreas que tomarán con un dron. 

Trabajos para extraer una de las piezas de bronce en esta campaña.

Trabajos para extraer una de las piezas de bronce en esta campaña. CONSTRUYENDO EL TARTESO

En el laboratorio

«Los meses de verano los usamos para poner al día todos los materiales que han salido», dice el director de la excavación. Ya se han enviado algunos a distintos laboratorios; pero el Turuñuelo es un lugar «muy rico» y eso supone no solo que hay mucho que documentar, sino también que el trabajo de documentación es «más arduo» en algunos momentos. Ocurre cuando aparecen piezas inéditas, como sucedió con la escultura de mármol griego, o en el caso del sacrificio de caballos que concentró todo el trabajo en el yacimiento durante año y medio. «Es un trabajo arduo, pero también es muy gratificante», concede el arqueólogo del CSIC sobre esos hallazgos, que han contribuido a que toda la comunidad científica haya vuelto la mirada al trabajo que están haciendo desde el año 2015 cerca de Guareña , en el que ya se considera un referente sin parangón del tarteso en el sur de Europa. 

El yacimiento se ha convertido en foco de interés para los investigadores sobre la época tartésica

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La campaña que finaliza ahora también les ha deparado en los primeros días la «sorpresa» de un nuevo ejemplar de caballo sacrificado y restos de algunos otros animales; pero lo que ha vuelto a deslumbrar al ahondar en el túmulo es la arquitectura, que emerge de una forma cada vez más nítida: «Se conservan hasta cinco metros y medio de altura en el edificio y no estamos acostumbrados a eso. En arqueología, antes de la época romana (como es el caso de la cultura tartésica, que se sitúa hace 2.500 años) lo normal es mirar para abajo porque solo queda una parte del edificio», según recalcan los investigadores. Pero en Casas del Turuñuelo el edificio te envuelve. «Estar dentro y mirar hacia arriba es lo más llamativo», reconoce el historiador. 

Trabajos para cribar la tierra en busca de piezas de marfil. S. G.

«En lo que hemos abierto este año ha aparecido una nueva escalera que seguramente diera a una especie de terraza superior y muchos bronces, entre braseros, calderos de todo tipo. La pena es que no se conservan muy bien porque el terreno es ácido y se oxidan los metales rápidamente. Pero sí hemos podido avanzar bastante en el edificio y tenemos una idea mejor de cómo es y de que cada vez es mas monumental», reconoce Celestino. Los trabajos se han centrado por un lado en el pasillo sur, donde ha aparecido «una especie de bañera pequeña con una decoración de trenzados muy ricos». En el lado norte pensaban avanzar igualmente en lo que creían que era un pasillo perimetral del edificio y se han encontrado en la últimas jornadas con la sorpresa de que había «nuevos espacios», aunque no se han llegado a excavar aún. Se hará en la campaña que se iniciará tras el verano. Hasta en entonces, en unos días el túmulo del Turuñuelo volverá a quedar temporalmente en silencio y oculto, justo como alguien lo quiso hace 2.500 años.

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