El Periódico Extremadura

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LA ENTREVISTA Cristina Mendigutía Jueza del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Cáceres

«Los jóvenes no pueden coger el móvil de sus novias para investigarlas»

«Cuando se condena a un maltratador es porque la violencia existe, hay una investigación detrás»

La jueza, Cristina Mendigutía, en la sala de vistas del nuevo juzgado de Cáceres. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

Hace siete años que Cristina Mendigutía (Plasencia, 1980) aprobó las oposiciones de judicatura. Desde entonces se dedica, dice, «al mejor trabajo del mundo». Siempre ha estado vinculada a los casos de violencia machista, primero en Castuera, después en Olivenza y desde hace tres meses en Cáceres, en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer creado recientemente. Muestra su preocupación por el aumento de las víctimas menores: los hijos, que son testigos, asegura, de la violencia que se ejerce sobre sus madres; y por los casos de violencia en parejas jóvenes, cada vez más frecuentes. Cree que hay un problema de educación en la sociedad, por eso es necesario, afirma, visibilizar la violencia machista.

Hace tres meses que se puso en funcionamiento este juzgado, ¿cómo está siendo esta primera etapa?

Está funcionando bastante bien. Las víctimas están protegidas, la separación entre ella y el presunto agresor, que nos preocupaba muchísimo, está controlada. 

¿Están más protegidas en este juzgado?

No es que haya más protección, sino que, al ser exclusivo de violencia de género, facilita un tiempo de respuesta mucho menor. Algunas veces ha entrado una denuncia en el juzgado a las nueve de la mañana y a la una de la tarde la víctima se ha ido con una orden de protección puesta. 

Se han duplicado las víctimas menores en un año. ¿Cómo se ejerce la violencia machista sobre ellas?

La violencia sobre los menores se ejerce desde el mismo momento en que un menor presencia una situación de violencia en casa; no estamos hablando solamente de que esa violencia sobre un menor sea directamente sobre él. De hecho, la propia ley de enjuiciamiento criminal prevé la posibilidad de suspender automáticamente un régimen de visitas cuando un menor presencia un acto de violencia, por entender que, al mismo tiempo, es víctima de esa violencia.

¿Cuál es la razón por la que se hayan duplicado?

Creo que es porque cada vez hay más denuncias. Estamos consiguiendo que las mujeres que no encontraban el momento de denunciar no tengan tanto miedo a hacerlo. Esto ha existido siempre, igual que la violencia de género. El hecho de que aumenten las denuncias hace que salgan a la luz casos que antes no conocíamos o no sabíamos que se daban con tanta frecuencia.

Recientemente se ha aprobado un protocolo para proteger a las víctimas menores, para que solo tengan que declarar una vez.

Es una idea fantástica porque evitamos que un menor tenga que declarar en sede policial, en sede judicial en instrucción, después en el juicio,... Es una revictimización innecesaria.

¿Es importante hablar de violencia machista?

La visibilización es importantísima. Cuando preguntamos a las víctimas que han sufrido esta violencia de manera sostenida en el tiempo, por qué denuncian ahora, nos dicen que no se han encontrado con fuerzas o que no estaban psicológicamente preparadas para denunciar. La visibilización de que esto existe facilita que esas denuncias se produzcan y que no se tenga miedo a dar el paso.

¿Es la denuncia la única salida?

Quisiera pensar que no pero, cuando llegan aquí, es porque no han encontrado otra vía.

¿Qué hay antes de la denuncia?

Hay un problema de educación, de inculcar a los chavales jóvenes que cogerle el móvil a tu novia para investigar lo que tiene dentro no se debe hacer, que no es normal que alguien te diga cómo tienes que vestir… Normalizamos determinadas conductas porque están en la sociedad desde hace muchísimos años, por eso es importante la educación, para dejar de normalizar situaciones que no deben existir.

Cada vez es más frecuente la violencia machista entre parejas jóvenes...

Me preocupa. Tendemos a pensar que la violencia de género se da en personas mayores que llevan muchos años casadas, pero hemos tenido casos de parejas muy jóvenes.

¿Hay que denunciar?

Sí, sin duda.

Pero nos encontramos casos en los que la mujer, incluso habiendo denunciado, acaba siendo agredida.

Es necesario ir mejorando el sistema. Desde todos los ámbitos se intenta que esas situaciones no se den, pero puede haber fallos. Todos los esfuerzos están puestos en evitar ese tipo de situaciones que, sin duda y por desgracia, se dan.

¿Hay denuncias falsas?

El porcentaje es ínfimo. En este juzgado, hasta el momento, no ha existido ninguna.

¿Qué investiga el juzgado cuando recibe una denuncia de violencia machista?

Para el dictado de una orden de protección hay que valorar si existe una situación objetiva de riesgo para la víctima, eso es lo que justifica que se adopte. Cuando hay una denuncia contamos con la declaración de la víctima, del investigado y, en este juzgado en particular, siempre se intenta recabar, en el menor tiempo posible, la mayor información. Es decir, si hay testigos, citarlos en el mismo momento en que viene el detenido y la perjudicada, si hay que recabar un informe forense, se hace esa misma mañana. Se valoran todos esos elementos y se determina si hay o no una situación objetiva de riesgo.

¿Cuáles son los signos de alarma para sospechar de una situación de violencia machista?

Desde el momento en que una mujer está en una situación de pareja y cree que algo no es normal hay que planteárselo y, cuanto menos, prestarle más atención. 

¿Las víctimas denuncian cuando ya no pueden más?

No tiene por qué. A veces llega una denuncia por una situación puntual y también es violencia de género. La violencia de género no solo es un maltrato de años.

A pesar de que se han incrementado las víctimas, somos la cuarta región en la que menos denuncias se presentan.

Estamos por debajo de la media de denuncias. Quiero pensar que estamos ofreciendo un servicio público eficaz para esto. 

En cambio, estamos por encima de la media en órdenes de protección dictadas.

Porque hay que proteger a las víctimas. Cuando se da una situación de violencia es necesario adoptar todas las medidas que sean precisas para evitarla. El 93% de las sentencias que hemos dictado en Extremadura son condenatorias, cuando se condena con ese porcentaje es porque existe esa violencia.

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