La planta fotovoltaica Núñez de Balboa, en Usagre, es la más grande en funcionamiento de Europa y se encuentra en medio de un litigio judicial iniciado por uno de los tres propietarios de los terrenos, que trata de revertir la expropiación que se dictó para ejecutar el proyecto. De momento, el TSJEx ha anulado la expropiación y en Iberdrola descartan que eso implique un desmontaje de la planta. «No lo contemplamos. Porque la sentencia se puede recurrir al Tribunal Supremo», y porque había un contrato de arrendamiento con ese propietario «y está en vigor, según el fallo de la sentencia», asegura Julio Castro, CEO de Iberdrola Renovables Energía, que repasa también los planes de futuro de la compañía en Extremadura.

¿Qué va a pasar con la planta fotovoltaica Núñez de Balboa? 

La sentencia que tenemos en nuestras manos no indica que haya que desmantelar la instalación. Funciona perfectamente ahora mismo, está produciendo todos los días y dispone de todos los permisos en regla. Todos. También las dos licencias municipales de los ayuntamientos afectados; la licencia de actividad de Hinojosa de Valle y la licencia de primera ocupación de Usagre. La planta está perfectamente legalizada.

Pero hay una sentencia del TSJEx que reconoce literalmente al propietario de los terrenos en litigio «el derecho a la devolución ‘in natura’, esto es, libre de la planta fotovoltaica con sus instalaciones».

Consta en la exposición, pero no en el fallo. Ya pedimos una aclaración de sentencia por ese motivo, y la respuesta que tuvimos fue que únicamente se tenga en cuenta el fallo, que es lo que ordena hacer el juez. El juez, en el fallo, no ordena hacer nada en relación a la planta fotovoltaica. Lo que dice es que se anula la expropiación y que el contrato de arrendamiento firmado con el propietario está en vigor. Eso nos abre ahora dos caminos, uno respecto a la expropiación y otro sobre el contrato de arrendamiento.

Entiendo que sobre la expropiación el camino será recurrir el fallo.

Tenemos la posibilidad de poner un recurso de casación al Tribunal Supremo. Hay que recordar que la expropiación supuso en su momento el pago de 7.000 euros la hectárea, 3,3 millones en total. No fue una expropiación a cambio de nada; pero esa expropiación ha sido declarada nula y ahora tenemos la opción de acudir al Tribunal Supremo. No hay ningún impacto en la vida diaria de la planta fotovoltaica por este camino. 

¿Irán entonces al Supremo?

Sí, lo vamos a hacer.

Y el hecho de que se declare también que el contrato de arrendamiento está en vigor, qué implica.

Ese es el segundo camino. Implica que ese contrato de arrendamiento entre en plena eficacia como ya está con los otros dos propietarios. Todo el suelo de esa planta es de tres propietarios; y de ellos dos aceptaron que el contrato de arrendamiento está en vigor, se paga una renta por ello y pueden usar además la planta para tener allí el ganado.

¿La planta entonces va a seguir en funcionamiento?

La planta va a seguir en funcionamiento, cómo no. Esa es la situación fáctica y real sobre el proyecto Núñez de Balboa. No hay que desmantelar nada. Hay que acudir al Supremo o continuar el camino del contrato de arrendamiento. 

¿Qué parte de la planta está en litigio?

La mitad del suelo, que fue lo expropiado.

Si estaban esos contratos de arrendamiento en vigor cuando Iberdrola adquirió el proyecto, en 2018, ¿por qué se llegó a la expropiación en este caso?

Hay que hacer una notificación de que se cumplen las condiciones para ocupar el suelo y esa notificación se hizo en el momento en que tuvimos todos los permisos, que son fundamentalmente dos: la declaración de impacto ambiental y la autorización administrativa. En el momento en el que los tuvimos, notificamos a los propietarios que los contratos de arrendamiento entraban en pleno vigor. No hubo pegas con dos de ellos y otro decidió que no quería seguir adelante.

¿Entonces ese contrato de alquiler en vigor les permitiría continuar con el proyecto, aunque sea nula la expropiación? 

De momento la expropiación sigue vigente porque no se ha dado firmeza a la sentencia. Si acaso se diera en el Supremo, el contrato de arrendamiento sí está en vigor, según dice el juez.

¿Qué podría suponer un hipotético desmantelamiento de la mitad de la planta Núñez de Balboa, que es la más grande de Europa en funcionamiento con 500 MW?  

No consideramos que exista la posibilidad de desmantelamiento porque la sentencia se puede recurrir y hay un contrato de arrendamiento en vigor. Nosotros no lo contemplamos. 

Este proyecto fue un hito en su puesta en marcha por su dimensión ¿Qué otros proyectos están en marcha en estos momentos?

Tenemos más de 1.000 MW ya en seis proyectos que incluyen, además del de Núñez de Balboa (500MW), otros. En la comarca del Campo Arañuelo hay tres plantas , y una de ellas, la de Romangordo, incorpora la primera batería de almacenamiento en una fotovoltaica, para probar como piloto el tan importante almacenamiento de energía. Hay otro proyecto de Ceclavín, con 328MW, y otro en los llanos de Cáceres con 150 MW.

El almacenamiento energético es el gran reto de futuro de las renovables ¿Prevén otros proyectos con almacenamiento en el futuro?

En la cartera en marcha ahora mismo no los hay. Hay proyectos a futuro, pero de momento son ideas y estamos pensando en instalaciones con baterías más grandes. Pero no es en los proyectos que están ahora mismo en ejecución o tramitación.

¿Cuántos proyectos hay ahora mismo en Extremadura en alguna de esas dos fases?

Hay varias obras a punto de terminar, tanto que lo harán en las próximas semanas. Entre ellas están las dos plantas de Cedillo, que suman 100 MW, y en las que hemos acordado con el ayuntamiento implantar la primera comunidad solar energética de España. También está, a falta de unos tramos del tendido del conductor en la línea eléctrica, la planta Francisco Pizarro, que se va a convertir en la más grande de Europa con 590 MW. Otras obras tardarán más, como las plantas de Almaraz (80 MW) y Alcántara (200 MW); y hay otros proyectos en trámite en Cedillo (380 MW) y en Alcántara (380 MW). El conjunto del plan de inversiones en Extremadura suma 2.800 MW de potencia, 1.700 millones de inversión y un empleo directo en la construcción de estos proyectos de 7.400 puestos de trabajo.

Se habla del empleo durante la construcción, ¿y después?

Las obras requieren después un mantenimiento y además este plan de inversiones lleva acompañada una fuerte industrialización, porque las necesidades de estos proyectos crean un tejido industrial que luego permanece. Por ejemplo, colaboramos con la empresa Faramax, de Malpartida de Plasencia, encargándole los transformadores eléctricos que llevan las plantas de Arañuelo; y a día de hoy les hemos hecho 32 pedidos, algunos para otras regiones y para Portugal; o el primer pedido de una máquina muy comprometida de 400.000 voltios, que se va a instalar en Cedillo. Y por ejemplo Imedexa, de Casar de Cáceres, nos hace las torres de las líneas de alta tensión; Galvexa, de Casatejada, nos hace el galvanizado de la estructura en la que sujetamos los paneles solares; o con Ecoenergías del Guadiana, que nos hace labores de análisis medioambiental. Todo esto se queda para toda la vida.

¿Hay una próxima subasta de renovables a la vista?

No, pero sí la posibilidad de convocar un concurso para conseguir capacidad de acceso a la red. No se ha convocado aún, pero acudiremos a todos los concursos para seguir creciendo en Extremadura.

Su actividad renovable en Extremadura se centra en la energía solar fotovoltaica ¿Prevén abrir el abanico a otros campos?

Tenemos ideas de energía eólica y de hidrógeno verde, pero no lo tenemos aún maduro. No hay un proyecto concreto, pero sí las líneas de trabajo.