Después de conocer que el nuevo tren rápido no parará en Plasencia y la respuesta de Renfe argumentando que, si parara, se perderían 33 minutos en el viaje, el alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro, ha anunciado que va a convocar a los colectivos empresariales y vecinales de la ciudad y al Consejo Económico y Social porque "tendremos que pasar a la acción".

Su intención es que se produzca una acción "liderada por la ciudadanía" y a la que se sume la administración porque tiene claro que "no nos podemos quedar con los brazos cruzados".

Pizarro ha criticado que "los 33 minutos que ganan unos los perdemos nosotros yendo a Monfragüe en autobús", lo que supone una "falta de equidad y que nos consideren una ciudad de segunda", a la que además ha sumado los 200.000 habitantes de las comarcas del norte.

El alcalde placentino ha advertido además que el hecho de quedar fuera de la nueva velocidad se suma a la reducción de trenes con destino a Madrid y a la ausencia del tren Ruta de la Plata. "Hay una opción de abrirlo primero hasta Salamanca, pero ni siquiera se plantean eso". Además, ha subrayado que, ni a Madrid ni a Mérida "se puede ir y venir en el día porque los horarios no cuadran".

Pizarro ha recordado que Plasencia tiene una "estación de referencia", en la que se han invertido 4 millones de euros y, sin embargo, "somos los más damnificados de las decisiones de Renfe" y ha culpado al PSOE por su "interés en aislar a la capital del norte".

Ha insistido en que la salida del nuevo tren en pruebas el viernes fue "un paripé. Se podían haber ido a Monfragüe y así no nos engañan a ninguno".