La montería y la rehala forman parte de la cultura de los pueblos extremeños, y también de sus paisajes desde hace más de 700 años. Además, tienen un componente social muy elevado como pueden ser el desayuno montero, el sorteo, la ocupación de los puestos o la suelta de los perros. Por si fuera poco, en el ámbito económico forma parte del soporte de muchas familias autóctonas o no: su flujo económico puede alcanzar los 160 millones de euros al año. José María Gallardo, presidente de la Federación Extremeña de Caza (Fedexcaza) explica la importancia que alberga el hecho de haber declarado a la caza como Bien de Interés Cultural. Siendo esta actividad vital en la gestión de los ecosistemas de Extremadura, es muy importante contar con un respaldo legal. En Fedexcaza siguen persiguiendo la defensa de los cazadores y buscan acercar la actividad a toda la sociedad.

¿Qué supone para la caza extremeña la declaración de Bien Interés Cultural de la montería y la rehala?

Creo que es una noticia histórica para el sector, y es el fruto de un gran trabajo realizado por mucha gente. Tenemos que ser conscientes de la importancia de lo que se ha conseguido, porque se ha reconocido oficialmente la importancia de la montería para nuestra región y se han sentado las bases para su protección y su conservación.

¿Por qué cree que era necesaria esta declaración?

La montería y la rehala forman parte de nuestra cultura, de nuestros pueblos y de su paisaje, y lo han hecho durante muchos siglos. Ahora lo que se hace es reconocer su valor como una manifestación social y cultural típica de Extremadura. Era necesario por una parte porque supone un apoyo expreso a la actividad cinegética. Además, esto va a contribuir de manera importante al conocimiento, a la investigación y a la difusión de la caza. Y no podemos olvidar que al mismo tiempo supone un respaldo legal que puede ser definitivo para frenar los continuos ataques de los movimientos anticaza. 

¿Qué tiene la montería que la hace tan especial?

En primer lugar, es una modalidad con profundas raíces históricas. En el caso de Extremadura tenemos constancia de que existe al menos desde el siglo XIV, cuando Alfonso XI escribió el Libro de la Montería. Esto quiere decir que desde hace más de 700 años esta modalidad de caza viene realizándose de forma ininterrumpida en la región. Y luego tiene un claro componente social del que forman parte el desayuno montero, el sorteo, la ocupación de los puestos, la suelta de los perros, la batida de la mancha, los lances, la recogida de las reses, la junta de carne y la comida montera... 

¿Qué supone actualmente la montería en nuestra comunidad?

Para que nos hagamos una idea, durante la temporada unas 5.000 personas participan cada fin de semana en las monterías de nuestra región, y muchas de ellas llegan de otras regiones e incluso de otros países. En total entre octubre y febrero se celebran en Extremadura una media de 75 monterías cada fin de semana. En total, 1.500 monterías al año repartidas por toda Extremadura, y los estudios que hemos realizado hablan de que supone un flujo económico de 160 millones de euros al año. Así que hablamos de importancia histórica, social y económica.

José María Gallardo, presidente de la Federación Extremeña de Caza. EL PERIÓDICO

¿Ha sido muy complicado conseguirlo?

Esto no es una casualidad. Empezamos a trabajar en este proyecto en 2017 y desde entonces no hemos parado. Han sido cinco años de elaborar informes, de preparar documentación, de muchas reuniones…. Y quiero agradecer el compromiso que ha demostrado a lo largo de los años la Administración con el sector, porque sin ellos esto hubiera sido imposible. Y también el apoyo que hemos logrado de la mayoría de las fuerzas políticas. 

¿Quiénes son los protagonistas de este logro?

Esto no hubiese sido posible sin la participación y la implicación de todo el sector. Por eso quiero destacar a todos los que se han sumado a nuestra iniciativa, que impulsamos en un primer momento con la Federación Extremeña de Recovas y con la Asociación Española de Rehalas. Posteriormente ha contado con benefactores como el Real Club de Monteros, la Fundación Artemisan, Aproca Extremadura, Ignacio Higuero de Juan, la Federación Extremeña de Recovas y la Federación Extremeña de Caza. También han apoyado la iniciativa como colaboradores la Mesa Extremeña de la Caza, Cárnicas DIBE, Cinegética Cauriense, Carnes de caza MARCE, Revista Caza Extremadura, Chacinerías Extremeñas, Puebla y Estéllez, Caza Planeta, Novatoma y ASICCAZA.  

¿Cuáles son los próximos retos que se marca la Federación?

Nuestro objetivo no va a cambiar: seguir trabajando un día tras otro para poner la actividad de la caza en el lugar que le corresponde a todos los niveles, peleando lo que haga falta en defensa de los cazadores. Para ello vamos a seguir apostando muy intensamente por participar e impulsar proyectos de investigación, por acercar y explicar la caza a esa sociedad urbana que no conoce la actividad… y por supuesto reivindicando lo que somos y lo que representamos. Dejaremos claro en cualquier foro que la caza es una actividad imprescindible para gestionar nuestros ecosistemas y que estamos orgullosos de lo que somos y de lo que hacemos. La caza es vida, es presente y es futuro, es inclusión, es contacto con la naturaleza, y lo vamos a seguir defendiendo. Los cazadores extremeños lo pueden tener claro: pueden contar con su federación, porque no vamos a dar un paso atrás.