La inflación se disparó en junio al 10,6% en Extremadura en comparación con el mismo mes del año pasado, cuatro décimas por encima de la media nacional, según ha confirmado este miércoles el Instituto de Estadística de Extremadura (INE).

Aunque ha descendido al sexto puesto en la escala inflacionista nacional, la realidad es bastante pesimista: ha aumentado un 1,2% respecto al mes de mayo y supera en cuatro décimas a la media del país, situada en el 10,2%. Con estos del INE, se muestra que en los seis primeros meses del año los precios en la comunidad acumulan ya un aumento del 6,5%. 

La inflación en España refleja datos alarmantes si bien se ha incrementado en un 1,5% en comparación con los datos del mes anterior (8,7%), dando lugar así al nivel más alto desde abril de 1985. Las regiones que se han visto más afectadas están encabezadas por Castilla-La Mancha (12,7%), Castilla y León (11,6%), Galicia (11,1%), Aragón (11%) y Murcia (10,9%). Extremadura seguiría a esta última en la lista junto a La Rioja. Cabe destacar que con esta subida la inflación se sitúa en más el 10% en trece comunidades.  En cuanto a la inflación subyacente (que no incluye alimentos elaborados ni productos energéticos) aumentó en junio hasta el 5,5%, un incremento de seis décimas y su valor más alto desde agosto de 1993.  

De acuerdo con los datos particulares de las provincias extremeñas, los precios en Badajoz subieron hasta un 10,7% en junio si lo comparamos con el mismo mes del año 2021; y algo similar ocurre en Cáceres con el alza de un 10,6% de los precios respecto a este período del año pasado. En el transcurso del año, la inflación se sitúa ya en el 6,5% en Badajoz y en el 6,4% en Cáceres, y se percibe una subida en tasa mensual del 1,7% y el 1,9% respectivamente en comparación con el mes de mayo. Los protagonistas de esta nueva subida son el transporte (20,8%), que aumenta en un 5,3%, y la vivienda (20%), que lo hace en un 3,5%. El encarecimiento de los precios se aprecia a su vez en alimentos y bebidas no alcohólicas (14,7%) y hoteles cafés y restaurantes (7,5%), así como en menaje (4,7%), bebidas alcohólicas y tabaco (3,6%) y ocio y cultura (1,8%). Sin embargo, mantiene prácticamente en educación (0,8%) y en medicina (0,1%) y baja significativamente en vestimenta y calzado. (-3,2%) y en comunicaciones (0,4%), aunque este descenso en el sector textil se debe a las rebajas de la temporada estival.  

A nivel nacional, llama la atención que la luz ha subido un 33,4% en este último año incluyendo las rebajas impositivas asignadas al recibo de la electricidad. Aún con estos descuentos, la subida interanual del precio de la energía eléctrica resulta en un 52,7% en el mes de junio.

VALORACIÓN DE LOS SINDICATOS

Tras conocer estos datos, el sindicato de UGT de Extremadura ha recalcado que es «urgente» subir los salarios para que «sean coherentes con el IPC». Expresan que este incremento de los precios ataca «directamente a la capacidad adquisitiva de los trabajadores» de la región y piden «medidas para esta abrumadora tendencia inflacionista». Desde UGT ponen su atención en el sector de trabajadores más vulnerable e insta a una subida del Salario Mínimo Interprofesional pues creen que la subida de este ha supuesto una mejora en la calidad de vida del grupo de trabajadores con rentas más bajas y que ha reducido la desigualdad, pero que este efecto positivo se ha visto perjudicado por la subida del precio de los productos. Por lo tanto, consideran que las medidas anuncias en el Debate del Estado de la Nación van «en buena dirección»

Por su parte, CCOO de Extremadura asegura que los beneficios empresariales están favoreciendo esta subida de los precios, algo que también señaló este pasado martes la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz. Por ello, exigen elevar los salarios e «incluir cláusulas en la negociación de los acuerdos colectivos que eviten que los trabajadores de empobrezcan y tengan que cargar con las consecuencias de esta crisis». Reclaman que las empresas estén incrementando los precios de los productos como consecuencia del alza de los costes de producción para no ver mermadas sus ganancias y declaran que «está teniendo un efecto negativo sobre los trabajadores» y que las patronales podrán enfrentarse a «una movilización sindical en las calles» si no aceptan subidas salariales.