"Una situación absolutamente indecente, intolerable, inaceptable. Una concatenación de incidencias inverosímil, inesperada y sin precedentes". La consejera de Movilidad, Trasporte y Vivienda, Leire Iglesias, ha exigido al Ministerio de Transportes que "dé la cara y se asuman responsabilidades" tras las incidencias sufridas por el tren rápido extremeño en sus tres días de servicio ordinario.

"Si a pesar de las múltiples pruebas, tanto del material como de la infraestructura, algo no funcionaba, no se debería haber puesto en servicio el Alvia, y quienes no han sido conscientes deben asumir sus responsabilidades", ha señalado en una rueda de prensa convocada este jueves de forma urgente. "No queremos cuentos, no queremos excusas ni explicaciones técnicas. Queremos cuentas, que den la cara y lo hagan ante los extremeños, como mínimo merecemos ese respeto", ha dicho.

Iglesias ha señalado que el cese de la gerente de Producción de la línea Madrid-Extremadura (un cargo técnico) "no es respuesta" si no se resuelven las incidencias, y ha exigido soluciones "con carácter inmediato". Según la consejera, la secretaria de Estado de Transportes ha convocado un comité de crisis para analizar la situación. Un comité del que la Junta de Extremadura espera conocer "las causas que han derivado a esta situación, qué medidas se han tomado y cuáles se van a tomar para que mañana mismo los trenes circulen con la normalidad debida. Y eso es puntuales y prestando el mejor servicio posible".

Trenes de segunda mano

Iglesias se ha mostrado muy crítica con el Ministerio de Transportes y descarga toda la responsabilidad en Renfe y Adif. "Quienes han tomado las decisiones de poner en servicio una línea que podía tener incidencias, consciente o inconscientemente de los fallos que se pudieran dar, son los que deben adoptar las responsabilidades. Y sea lo que sea, los trenes o la infraestructura, se deben tomar soluciones para que el servicio funcione adecuadamente", ha respondido a la pregunta de si la Junta exigirá que se cambien los actuales Alvia de segunda mano procedentes de Galicia.

La fase de pruebas para testar la fiabilidad de la nueva línea extremeña se inició el pasado 21 de marzo con aproximadamente 80 circulaciones por sentido, en las que los trenes realizaron los recorridos Plasencia-Cáceres; Monfragüe-Cáceres y Cáceres-Bifurcación Peñas Blancas. Culminaron el 23 de junio con un viaje desde la estación de Plasencia (a pesar que el tren en su recorrido habitual no llega a la capital de Jerte para ahorrar tiempo) en el que participaron el propio presidente, Guillermo Fernández Vara, y la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, que anunció entonces la fecha de puesta en servicio: 19 de julio.

Paralelamente a estas pruebas, Renfe acometió la renovación de los trenes "con objeto de mejorar el confort y la experiencia de viaje de los clientes del futuro servicio". La propia consejera de Movilidad, Transporte y Vivienda, Leire Iglesias, viajó a Madrid el pasado 4 de abril a los talleres de Talgo en Las Rozas (Madrid) para conocer de cerca estos trabajos, a los que se destinó una inversión de 11 millones de euros. "Ya sí estamos preparados para la llegada de la alta velocidad a Extremadura", dijo en ese momento ante los medios que se desplazaron con ella a la capital de España.

Cinco servicios, cinco retrasos

Pero lo cierto es que tras la polémica por unas invitaciones en las que se convocaba a la inauguración del "AVE a Extremadura" y un acto por todo lo alto con Fernández Vara, Pedro Sánchez, Raquel Sánchez, y el rey Felipe VI, el Alvia extremeño no ha llegado en hora en ninguno de sus servicios ordinarios, que comenzaron el martes.

Así, en su primer servicio diario, un "error humano" del regulador del convoy en la bifurcación de San Nicolás hizo que el tren tomara la línea antigua en lugar de la nueva en el tramo desde Badajoz a Mérida, lo que lo retrasó en 15 minutos. En la vuelta de la tarde el tren se demoró 20 minutos por "carencias en la señalización y las vías antiguas", según fuentes consultadas por este periódico. Adif por su parte aseguraba que el retraso fue provocado por otros trenes que no iban a su hora y por un problema en la radiotelefonía.

Lo que se puede considerar leves retrasos del primer día no encendieron las alarmas como sí lo hizo el de ayer miércoles: el ferrocarril llegó a la estación de Madrid-Atocha justo 60 minutos después de lo previsto. Fuentes de Renfe detallaron que el retraso del Alvia se debió a dos causas: la primera, porque el tren se vio obligado por necesidades de circulación a realizar una maniobra técnica para desacoplar dos de sus unidades, lo que demoró la salida de Badajoz, prevista a las 7.25 horas, en 10 minutos. Pero el mayor retraso lo provocó el segundo motivo: una incidencia durante el recorrido en la tracción de la locomotora que limitó la velocidad del convoy. Esta incidencia afectó al servicio de vuelta de las 16.38, que salió con 20 minutos de retraso de la estación de Madrid-Atocha al ser la misma locomotora que circuló de Badajoz a Madrid en la mañana, que fue reparada en la capital de España. El arreglo de la misma es el que afectó a su salida porque retrasó la carga del tren: de cafetería, de agua y de todos los servicios básicos para prepararlo.

Además, ayer también se retrasó otro tren considerado "rápido", el Intercity Madrid-Badajoz de las que partía de la capital de España a las 8.50 horas. Una avería en el convoy a la altura de Navalmoral de la Mata fue la causante de esta tardanza.