El Periódico Extremadura

El Periódico Extremadura

La posibilidad de darse un chapuzón en verano

Una piscina por cada treinta extremeños

En la región están declaradas al Catastro más de 30.600 piscinas y casi todos los municipios cuentan al menos con una, ya sea pública o privada. Tras el confinamiento se produjo un ‘boom’ para construirlas en viviendas que ha perdurado hasta este verano, aunque la inflación y la incertidumbre económica ya empiezan a notarse y se solicitan menos presupuestos

Empleados de Jardinería Sara trabajan en la piscina municipal de Cordobilla de Lácara (Badajoz), abierta al público el pasado día 2.

De Badajoz capital, donde están registradas más de 3.500, a La Aldea del Obispo, Higuera, Mata de Alcántara, Ruanes y Santa Ana, donde solo existe una. Extremadura cuenta con un total de 30.617 piscinas declaradas, distribuidas entre 386 de los 388 municipios extremeños. Una por cada 34 habitantes, aproximadamente. La mayor parte son al aire libre, pero también las hay cubiertas; unas son públicas y otras privadas; y estas últimas se reparten entre las construidas en viviendas unifamiliares, las que dan servicio en establecimientos hosteleros o las pertenecientes a comunidades de vecinos.

Este mapa acuático de la región ha ganado prácticamente 1.400 puntos en solo tres años, justo desde antes de la llegada de la pandemia. Parte de este incremento puede encontrar justificación en los procedimientos de regularización catastral desarrollados por el Ministerio de Hacienda. Porque si bien el trabajo más intenso para hacer aflorar irregularidades en forma de construcciones sin declarar se desarrolló entre 2014 y 2018, en años posteriores, aunque a menor ritmo, ha tenido continuidad. 

«Cerramos contratación en marzo o abril y no hemos vuelto a coger nada. Ahora estamos ofertando para empezar a ejecutar en septiembre»

Paco Gómez - Gerente de Jardinería Sara

decoration

Los datos de Catastro reflejan también, no obstante, el boom que se ha producido en los últimos años en la demanda de este tipo de construcciones, sobre todo en el ámbito particular. En 2020, tras meses confinados en casa y con las instalaciones municipales cerradas, las medidas de distanciamiento social y de restricción a los desplazamientos hicieron que se dispararan las ganas de tener la opción de darse un chapuzón en casa.

Este tirón aún se ha mantenido este verano en la actividad de las empresas especializadas, que han enlazado 24 meses prácticamente sin descanso, si bien se reconoce que la inflación y la incertidumbre que se cierne sobre el panorama económico ya se dejan notar en que empieza a sonar menos el teléfono para pedir presupuestos.

«Seguimos a tope. No es la demanda tan grande que había después de la pandemia, pero mucha gente todavía te continúa pidiendo precios», cuenta José Manuel Zamora, gerente de Pisconza. «Y más con el calor que está haciendo», apostilla. Esta empresa familiar trabaja en un radio de unos «70 u 80 kilómetros» alrededor de Badajoz capital, donde tiene su sede. Especializada en el diseño, tematización y construcción de piscinas de hormigón proyectado, a día de hoy está dando mediados de enero como fecha más próxima para poder arrancar las obras.

Con más de veinte años de experiencia en este sector, Zamora explica que «antes esto era un trabajo casi que de temporada. Hasta febrero no era cuando la gente empezaba a ponerse nerviosa, pero luego, desde agosto, te veías negro para ir enlazando un trabajo con otro». Esto comenzó a cambiar en 2018 y 2019 y, posteriormente, tras el periodo de encierro obligado en las casas, el crecimiento «fue exagerado. Y el año pasado igual, en septiembre de 2021 tenía ya cogido para casi todo este año». Solo en los últimas tiempos sí ha percibido que la cosa «se ha parado un poco por el tema de los precios de los materiales, que está desorbitado».

Uno de los últimos proyectos de la empresa Pisconza, en el término municipal de Badajoz, durante su construcción y una vez acabado.

Lo que más están haciendo son «piscinas chicas, muchísimas», con unas dimensiones de 4x3 o 6x3 metros y a menudo en «pueblos», donde incorporarlas a las viviendas nuevas se ha hecho mucho más habitual que antes de que golpease la pandemia. En esos casos, puntualiza, «hacemos el vaso y los constructores se encargan luego de lo demás.

«Todavía vamos con la cola de las contrataciones que hicimos a primeros de año», indica por su parte Paco Gómez, gerente de Jardinería Sara. «En marzo o abril cerramos contratación y no hemos vuelto a coger absolutamente nada. Ahora estamos ofertando para empezar a ejecutar en septiembre u octubre», agrega.

«Seguimos a tope. No es la demanda tan grande que había después de la pandemia, pero mucha gente todavía te continúa pidiendo precios»

José Manuel Zamora - Gerente de Pisconza

decoration

El responsable de esta empresa cacereña asegura que hasta ahora nunca había conocido un periodo de actividad tan intensa en este sector como el de los dos últimos años. «Ni yo ni nadie. Con toda la gente que hablas, y que llevan como es mi caso 20 o 25 años en esto, te dicen que no han tenido nunca este boom de trabajo», resalta. Ni siquiera en el momento de mayor expansión de la burbuja inmobiliaria «hubo este aumento». 

Por tipo de instalación, sostiene que el crecimiento ha sido similar en cualquiera de ellos. «Son distintos productos para distintos perfiles de comprador, pero se ha incrementado todo exactamente igual, da lo mismo que sean las piscinas de fibra de vidrio, que una de construcción o incluso las públicas».

Sin embargo, coincide en que parece haberse tocado techo. «De dos meses para acá es verdad que, no sé si por el miedo a la crisis que ya nos están metiendo o por la subida de los materiales, pero se ha frenado la contratación» de cara a los próximos meses, resalta, a la vez que pronostica que en este escenario económico la demanda «se va a ralentizar muchísimo».

Esta firma cacereña pasó de tener tres personas dedicadas a las piscinas hasta 2020 a las «entre ocho y nueve» actuales. «Y no hemos aumentado más porque no hay disponibilidad de gente en el mercado con conocimientos. Si no, podríamos haber contratado muchas más instalaciones. Lo que pasa es que este es un producto bastante complejo de construir. No puedes meter a diez personas más en la empresa y ponerte a hacer 25 piscinas al año», remacha. 

Compartir el artículo

stats