La gente ha salido ‘despavorida’ de sus casas para buscar hielo. Y no es sólo por la ola de calor que sigue azotando con fuerza, sino por miedo a quedarse sin él en la nevera. Efectivamente, primero fue el papel higiénico… y ahora es el hielo. Los fabricantes y productores no dan abasto y las gasolineras y supermercados están recortando las compras y administrando pedidos. La situación se agrava en zonas como Extremadura, donde el calor aprieta más y las grandes ferias y fiestas de verano de los fines de semana están triplicando la demanda. Pero, ¿por qué está faltando hielo?

Jesús González, director gerente de Hielos El Danubio, una de las firmas de hielo más conocidas de Extremadura, lo explica con claridad: «Normalmente, los fabricantes y productores fabrican más hielo durante los meses de febrero, marzo y abril para luego ir guardando el stock de cara a los meses de verano, que es cuando aumenta la demanda. ¿Qué ha ocurrido? Que durante esos meses los precios de la luz y la energía se multiplicaron y fabricar hielo o guardarlo en cámaras estaba costando muy caro. Para que se hagan una idea: si un fabricante pagaba en febrero 2.000 euros de energía, este año ha podido pagar tranquilamente cerca de 8.000 euros. Y eso lo han podido aguantar muy pocos».

Luego llegó la Semana Santa, las romerías de abril y mayo y el comienzo del verano. «Y todo eso unido a la salida de la pandemia donde la gente ha interactuado mucho más», añade Jesús. Y otro factor más: una despiadada ola de calor. Las máquinas no pueden funcionar a pleno rendimiento y todo se ha traducido en una escasez de hielo. 

A esta crisis se le suma que muchas fábricas del sector han tenido que cerrar por no salirle las cuentas y otros se han quedado sin stock. «Ha sido la tormenta perfecta para que se produzca este colapso», apunta González.

Los precios se han descontrolado. Hay algunos que mantienen dar un buen servicio a la sociedad y prefieren cobrar la bolsa a 1,20 euros y hay tiendas que juegan con la oportunidad y deciden dar la ‘clavada’. «He visto vender bolsas a 2,80 euros».  

Tranquilidad 

No obstante, González quiere enviar un mensaje de tranquilidad al respecto de esta crisis y a la comparativa con lo del papel higiénico. «Estamos viendo gente que se vuelve loca y va a comprar hielo para llenar la nevera, aunque no lo necesiten. Estos colapsos ya han pasado antes, aunque ahora se magnifica todo. Van a ser dos semanas complejas, pero todo volverá a la normalidad».

También recuerda que, pese a esta locura por la compra de hielo, «las fábricas y vendedores no estamos haciendo para nada el agosto. En mi caso, estoy intentando abastecer la demanda, principalmente de mis clientes, que no es fácil, pero no hay beneficios porque los suministros están por las nubes. Hablamos de electricidad para mantener frío el hielo, gasolina para el transporte y los plásticos para envolverlos. Todo lo que está subiendo».