"No fue en el brazo, fue en la parte posterior del muslo. La denuncia así lo recoge". Son las primeras declaraciones aclaratorias de Fernando Álvarez, el padre de la menor de 15 años que ha denunciado un pinchazo a su hija en las fiestas de Madrigal de la Vera en la madrugada del viernes al sábado.

"Mi hija enseguida notó el pinchazo. Se dio la vuelta y dijo a sus amigas: 'Ese hombre me ha pinchado'". Sus amigas le dijeron vamos a decírselo a tu hermano, que estaba justo detrás de ellas. Él es mayor de edad, tiene 18. En cuanto llegó a avisarle se desvaneció y él contactó al 112. Fue sobre las 3.15 horas de la madrugada. Nosotros hacía solo media hora que nos habíamos marchado de la verbena", relata.

"Nos avisó y fuimos rápidamente. Acudió tanto la Guardia Civil como una ambulancia desde Villanueva de la Vera. Nos dijeron que no podían trasladarla. Así que fuimos a llevarla al Hospital Campo Arañuelo de Navalmoral. La niña ni nos reconocía", asegura Álvarez.

Una vez en el hospital, activaron el protocolo de sumisión química y de agresión sexual, según asegura el progenitor. Allí recibió atención del jefe del centro hospitalario, el juez y la forense de guardia. Después, a la menor le realizaron las pruebas toxicológicas correspondientes y la Guardia Civil de Navalmoral de la Mata custodió las muestras, que en este momento se encuentran en el Instituto Toxicológico de Sevilla. "La médico forense nos dijo que creen que han podido inyectarle éxtasis líquido y que puede ser difícil que dé la cara", desvela. "No obstante, aún desconocemos el resultado", apunta Álvarez.

"Ahora físicamente está bien, pero tiene miedo. Desconfía de todo el mundo y no quiere salir de casa", explica sobre el estado de salud de la menor.

"No culpabilizar a la víctima"

La familia vive en Madrid, pero tienen domicilio en la localidad cacereña, a la que acuden con frecuencia. "Mi familia es de aquí", cuenta Álvarez.

Por otro lado, el padre de la menor se muestra indignado por los comentarios recibidos sobre lo ocurrido. "Lo que no puede ser es que cuestionen si mi hija estaba borracha o tenga que escuchar "estará bebida". Tiene 15 años, no bebe alcohol. De hecho, lo primero que le hicieron en Urgencias fue un test de alcoholemia y dio negativo. No entiendo cómo ante estas situaciones se sigue juzgando a la víctima, de verdad", lamenta. "Se ha cuestionado también que qué hacía a esas horas. Estamos en el pueblo, en una discoteca móvil que empezó a la 1.00 de la madrugada. Habíamos salido en familia", apunta.

"Una de las razones por la que hemos hecho pública esta denuncia es para que no ocurra más, para evitar más casos. Las mujeres no pueden estar atemorizadas. Seguimos como hace 30 años atrás", lamenta.

Por último, el progenitor declara: "echamos en falta que ni el alcalde ni nadie del ayuntamiento nos ha preguntado por el estado de salud de la niña".