«Un buen susto». Es lo que vivió la pequeña localidad de Entrín Bajo en la pasada tarde-noche de este lunes cuando, en plenas fiestas de agosto de la localidad, una plaza del pueblo abarrotada se encontró con una gran columna de humo «de unos 15 metros de altura». Lo relata Francisco Javier Maqueda, presidente de la Sociedad Cooperativa San Isidro de Entrín, que sufrió un aparatoso incendio de unos 1.500 bidones para el almacenaje de aceitunas y otros materiales, como depósitos o bombas de trasiego.

Incendio en Entrín Bajo

Incendio en Entrín Bajo EP

«La cooperativa está cerca de un río y creemos que alguien provocó allí un fuego intencionado que, como hacía mucho aire, se metió en nuestras instalaciones», cuenta a este periódico Maqueda.

El reloj no había marcado aún las ocho de la tarde, pero los bomberos no se presentaron en el lugar hasta las once de la noche: «Estuvimos esperando a los bomberos tres horas. Para cuando llegaron lo más gordo ya había pasado. Los bomberos nos dijeron que les habían avisado a las diez. Nos parece una actuación nefasta del 112», denuncia. 

Vista del fuego en la cooperativa de Entrín Bajo CEDIDA

Este periódico ha consultado al 112 y desde el mismo reconocen que hubo un error: «Se recibieron dos llamadas a las 20.06 y a las 20.07 alertando sobre un incendio en la zona y por error, pensando que era el mismo, se activaron los recursos en ese momento solo para uno de ellos», explican desde el Servicio de Emergencias. El otro se dio en Novelda y, por este malentendido, los recursos para el incendio de Entrín no se activaron hasta las 21.50 horas, reconoce el 112.

En contraste, Maqueda alaba la actuación de una pareja de guardias civiles que acudieron al lugar desde la cercana localidad de Santa Marta de los Barros, que dista unos 20 kilómetros: «Vinieron sin que nadie les llamara porque vieron la columna de humo. Imagínate, es que era impresionante», narra Maqueda. «Queremos agradecerles que se jugaran el tipo quitando bombonas y otros materiales para que el fuego no se extendiera porque claro, teníamos el temor de que llegara también a las oficinas», relata.

Daños materiales

A pesar de haber pasado «una mala noche», el presidente de la cooperativa se muestra agradecido de que el fuego no haya sido aún peor: «Son materiales plásticos y muy tóxicos. Podría haber sucedido una desgracia. Algunos trabajadores querían meterse para aminorarlo pero yo lo prohibí terminantemente porque en cualquier momento cualquier cosa podría haber explotado», afirma.

Restos quemados por las llamas CEDIDA

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Una vez pasado lo peor, ahora toca cuantificar los daños: «Como son fiestas aún no ha venido el gerente que es con quien lo veremos bien. Pero te puedo decir que cada bidón cuesta unos 60-80 euros y han ardido 1.500, así que calcula», explica Maqueda, quien insiste en que lo importante es que no ha habido daños personales y que lo material se podrá subsanar gracias al seguro.

Cabe destacar que esta cooperativa está formada por alrededor de 300 socios, en un pueblo de poco más de 500 habitantes, por lo que es parte esencial de la localidad: «A la gente le ha dolido por eso y porque ha sido muy aparatoso y no estamos acostumbrados», sentencia Maqueda.