Nazaret Martín no tiene una rutina fija. Su vida transita a través del campo y la naturaleza, confiando en el sol, el cielo y las demás inclemencias del tiempo como guía ante sus tareas diarias. Además de todas las labores que la ganadería trae consigo, esta joven extremeña tiene un canal de YouTube con más de 89.200 suscriptores y más de 10 millones de visualizaciones, cifras alcanzadas en unos tres meses. Quizás, una de las pruebas más contundentes hoy en día de que su contenido seduce a muchísimas personas de todas las edades.

Para esta chica de Torre de Don Miguel, un pueblo ubicado en la Sierra de Gata, la travesía en YouTube comenzó con su padre. Feli Martín Crespo abrió su canal en abril de 2021 y Nazaret ha salido en muchos de sus vídeos. Actualmente, el canal de Feli cuenta con 48.900 suscriptores, y su línea de contenidos es similar a la de su hija, sin embargo, al mismo tiempo, son muy diferentes.

En un mundo lleno de tecnología y globalización, en una época de influencers y estereotipos, la juventud y pasión de Nazaret representan un cambio de esquema, un giro inesperado en el que no hay consejos de gimnasio, ropa de última moda con maquillaje o canciones extravagantes, sino una perspectiva de la vida rural desde los ojos de una chica cacereña que se rige por un conocimiento y una tradición construida a través de las generaciones precedentes. 

Tiene 27 años y con una sonrisa dice que le preguntan la edad todo el tiempo. Tal vez, porque la imagen que da es la de una persona tan responsable con lo que hace que inspira esa pizca de experiencia que llega casi siempre con la edad.

Desde pequeña

Ha pasado toda su vida en el campo. Desde muy pequeña, acompañaba a su padre en sus labores, convirtiéndose en una escuela para ella. «La práctica diaria es lo más importante para aprender, no solo en la ganadería y la agricultura, sino en todos los aspectos de la vida», expresa.

«Muchas cosas las he aprendido con mi padre, otras yo sola trabajando. Nosotros tenemos una economía familiar, todos trabajamos juntos y esta finca es nuestro sustento. Desde pequeños el trabajo nos une de forma diaria».

«Muchas cosas las he aprendido con mi padre, otras yo sola trabajando»

En vez de ir hacia adelante, adentrándose en el esquema globalizado del que se nutren las generaciones más jóvenes, el contenido de esta ganadera propone una parada, literalmente con los pies en la tierra, transmitiendo una realidad desconocida para muchos de sus seguidores, y casi inimaginable para una chica de su generación en pleno siglo XXI. El arte de contar tradiciones, costumbres, historias…

«Todos los días la gente me habla, me mandan correos y vienen a mi pueblo, y si me ven en la calle me paran y me saludan, es algo muy bueno. Yo intento atender a todo el que puedo, pero es imposible, todos los días le dedico un rato a responder los correos, pero siempre se queda gente sin atender».

«Me ha sorprendido la velocidad con la que hemos ganado suscriptores. No pensé que sería tanto en tan poco tiempo, pero eso me alegra, me alegra muchísimo porque significa que a la gente le gustan mis vídeos y que puedo llegar a más personas para mostrarles la vida de campo». 

Nazaret cuenta su historia de forma espontánea. Llega a sus oyentes en una combinación atractiva entre respeto y cariño por lo que hace, por sus animales y la conexión que tiene con ellos.

Nazaret, en su día a día. EL PERIÓDICO

«Las cosas que me parecen interesantes del campo son las que siempre intento mostrar. Casi siempre son cosas que la gente no conoce cómo se hacen».

Su forma de ser rompe con el estereotipo o la percepción que tienen muchas personas acerca de los trabajadores del campo. Para ella, «trabajar en el campo no significa que alguien no sea inteligente, o que no tenga estudios, o que no sea una persona delicada».

Nombra sus animales como toda gente de campo, con una mezcla de experiencias y humor. «A una (oveja) le pusimos ‘Corazón’ porque le pinté una vez un corazón para identificarla cuando la estábamos curando; a otra, le pusimos ‘Tamboril’ porque cuando mama se pone gorda como un tamboril. Son nombres que te recuerdan a cosas y simplemente sale natural llamarles así, por eso son tan graciosos».

Le gustan mucho las costumbres locales y se muestra en sus redes sociales contando historias, compartiendo recetas tradicionales o enseñando conocimientos de campo que a todos sorprenden tanto. 

Se describe a sí misma como una persona normal, tal vez, porque desde la óptica de estos tiempos cuesta entender que existe una chica tan joven con tanto amor por el trabajo en el campo, al punto de sentir una alegría gigantesca por las tradiciones con las que ha crecido. «Sinceramente, creo que se debe respetar las culturas de cada sitio, y lo que nos hace diferentes, únicos y especiales son nuestras tradiciones, siempre respetando las de los demás, pero sabiendo que las nuestras nos hacen únicos y eso le da belleza a nuestra vida».

«Son cosas que hemos heredado de nuestros antepasados, cosas que hemos hecho durante muchos años y tienes que sentirlas, sentirte parte de ellas, por eso me gusta tanto hacerle llegar eso a la gente y es importante para mí que se mantengan las tradiciones de los pueblos, porque eso nos distingue», insiste esta joven.

Amar el trabajo

Nazaret puede hacer todas las tareas del campo que hace su padre. Explica que «quizás en otra época no, porque no existían las maquinarias que tenemos hoy, pero la única diferencia entre la mujer y el hombre para determinadas labores en el campo es la fuerza física, que, por una cuestión biológica, sí es algo a considerar».

Acepta que en las zonas rurales cuesta quizás un poco más para las mujeres ser admitidas realizando los mismos trabajos que los hombres. «Pero vivimos en una época diferente y poco a poco las mujeres se han abierto camino y se empieza a ver normal el hecho de tenerlas en los quehaceres del campo».

De todas esas labores que realiza, su preferida es pastorear las ovejas, casi siempre aparece así en sus vídeos, pasando un rato con ellas y, a la vez, dentro de sus obligaciones. La etapa más emocionante del año es la época de partos: «Es cuando empezamos a tener ingresos pero también porque me encantan los corderos, cuidar de las ovejas, y es muy emocionante porque todos los días hay nacimientos, por eso es la etapa que más me gusta».

«Sería buena una reforestación sustituir al pino por otras especies más difíciles de prenderse»

Al hablar de los riesgos, Nazaret no hace mucho énfasis en jabalíes u otras alimañas. Su total preocupación se centra en los incendios, situación que en Extremadura es muy compleja. «El mayor peligro que me he encontrado en el campo son los incendios. No sé en el resto de España, pero aquí en el norte de Extremadura sería bueno un plan de reforestación para ir sustituyendo el pino por otras especies que sean más difíciles de prenderse, como el alcornoque, el roble o la encina, y tener gente trabajando todo el año en la limpieza del bosque. También sería bueno facilitar a los ganaderos para que metan los animales en el bosque sin tanta burocracia, creo que eso resolvería bastante el problema de los incendios».

De momento, ella sigue con sus canales YouTube e Instagram. «Tampoco tengo mucho tiempo para ocuparme de las redes, pero sí quiero que el contenido llegue a la mayoría de los suscriptores o seguidores, porque creo que es importante que se conozcan los atractivos de la vida rural».

Ella combina humor con seriedad y respeto. De la naturaleza le gusta todo, aunque su época del año preferida es el otoño por los colores que adopta la sierra.

Pasa la mayoría del tiempo con su familia trabajando, además de con sus suscriptores a través de sus vídeos. En ellos cuenta que también le encanta el senderismo en la montaña, ir al río en verano y las películas.

Dice que le sale muy bien el queso, y valora la sinceridad como una de las cosas más importantes en la vida de todo ser humano: «Para ser felices debemos ser siempre nosotros mismos».

A veces le choca el contraste de las grandes ciudades en comparación con el campo por el ruido y el movimiento y asegura que no le da mucha importancia a las cosas materiales y sí al arte de «vivir alegres con las cosas más sencillas».

Nazaret sabe que aún queda mucho por hacer. Su canal de YouTube, de continuar el ritmo de suscripciones que lleva, no tardará mucho en llegar a los 100.000 seguidores, una cifra muy interesante a solo unos dos meses de haber comenzado sus primeras emisiones.

De momento, esta joven extremeña seguirá mostrando su vida «e intentando hacer llegar a la gente cómo es la forma de vida rural y, en especial, como es el trabajo en el campo siendo joven y siendo una mujer».

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