El Periódico Extremadura

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DATOS DEL INE

La natalidad en Extremadura, en mínimos

La región solo ha registrado 3.392 nacimientos en el primer semestre del año, un 28,7% menos que en 2016. La falta de estabilidad económica y el cambio en el sistema de valores son las principales causas

Unos niños se refrescan en una piscina EFE

La tendencia no cambia: cada vez se tienen menos niños. Por octavo año consecutivo el Instituto Nacional de Estadística (INE) contabiliza un descenso de la natalidad en el primer semestre del año en Extremadura. Una caída paulatina que va minando la natalidad regional: de los 4.366 nacimientos registrados entre enero y junio de 2016 a los 3.392 en este 2022, son 974 menos (-28,7%). De este último dato, 2.287 alumbramientos se contabilizaron en la provincia de Badajoz y 1.105 en la de Cáceres. Las dos provincias extremeñas confirman la tendencia: en 2016 Badajoz registraba 2.916 nacimientos y Cáceres 1.450. 

Si comparamos los datos de este primer semestre de 2022 con los del año anterior, en Extremadura se registraron un 1,1% menos de nacimientos que en el mismo periodo de 2021 y la caída se incrementa al 9,18% en el mismo periodo de 2019, antes de la pandemia.

 España en su conjunto también contabilizó el menor número de nacimiento de toda la serie histórica, con 159.705 este 2022. Solo en cinco de las diecisiete comunidades autónomas la natalidad aumentó: en Asturias (7,5%), la Comunidad de Madrid (5%), la Comunidad Valenciana (2,7%), Cataluña (1,5%) y Castilla y León (0,5%). También lo hizo en Ceuta (5,14%). En contraste, donde más cayó la cifra de nacimientos fue en La Rioja (8,02%), Melilla (6,32%) Baleares (4,04%) y Canarias (3,84%).

Las causas

«Estamos hablando de cifras similares a 1941, de los años de postguerra», apunta Manuela Caballero, profesora de Sociología en la Universidad de Extremadura, «aunque son números que vienen a confirmar la tendencia de las últimas décadas. Vamos en picado y por distintas razones, pero sobre todo económicas, sociales y culturales», añade.

Caballero señala el «cambio de valores» que se ha dado «en todas las sociedades occidentales» desde la década de los 60 pero subraya que «la primera respuesta» a la progresiva caída de la natalidad es económica: «La gente joven tiene una falta de garantías y de seguridad que les frena, no sienten que puedan ofrecer unos estándares mínimos para criar hijos», dice. 

Esta socióloga subraya además que las políticas natalistas aplicadas en los últimos tiempos «no funcionan»: «Que te den 2.000 euros o el dinero que fuera con los cheques-bebés está bien pero no es suficiente. ¿En qué te va a ayudar eso? Lo que necesitas es una seguridad a lo largo de la crianza de tu hijo: ayudas, guarderías gratis o asequibles... Por eso en los países del norte se puede ver a más gente joven con niños, porque hay un Estado protector y de bienestar asegurado. Si bien allí también, a diferente ritmo, baja la natalidad», afirma.

Valores

Esta tendencia se explica por la segunda razón a la que Caballero apuntaba: un cambio en los valores sociales y culturales. «Son los llamados valores postmaterialistas, centrados en el desarrollo personal, el disfrute individual y el aprovechar una serie de libertades. Tener niños ya no es un objetivo en la vida. Una mujer no necesita ser madre para sentirse una mujer completa», explica. 

Este panorama «no es una buena noticia» para Extremadura ya que la región tendrá «cada vez menos habitantes y mayores». «Vivimos en una sociedad basada en las generaciones que están por llegar: para el consumo, para nuestro desarrollo. Si no llegan, no tiran, digamos, de la historia. Y en la región no habrá quién tire», expone. Si bien, se apresura a lanzar un poco de esperanza: «Estoy elucubrando, pero quizás a lo que estamos destinados es a volver a una sociedad en la que los mayores cuenten de nuevo porque vamos a pesar mucho: en la economía, en la vida política. Quizás tiremos nosotros del carro. Además que siempre las tendencias se pueden romper: en España en los 90 parecía que nos habíamos estancado en los 40 millones y gracias a la inmigración sumamos siete más», sentencia.

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