Numerosos municipios extremeños acumulan ya casi cuatro meses sin precipitaciones y tampoco hay visos de que esta realidad vaya a cambiar, al menos, hasta el próximo mes de septiembre. En la capital extremeña no llueve desde el pasado 28 de abril, cuando apenas cayeron 0,8 litros por metro cuadrado. En el caso de Badajoz, no cae ni una gota desde el 22 de junio y en Cáceres, desde un día más tarde. La ausencia de agua se hace patente en la situación de los embalses de la región, que están al 32% de su capacidad. Extremadura es la que tiene el porcentaje más bajo del país, tan solo por detrás de Andalucía, cuyos pantanos se encuentran al 28,4%.
«En Extremadura no se registran precipitaciones importantes prácticamente desde mayo. Tenemos un verano muy seco porque en junio, julio y agosto apenas caen unos litros y los que caen prácticamente se evaporan o el suelo los absorbe», explica el delegado de la Aemet en Extremadura, Marcelino Núñez. «El déficit hídrico es tan importante que por unos cuantos litros que caigan en verano no se va a notar», añade. «Hay que esperar a que esta situación empiece a cambiar en septiembre, que nos entren los primeros frentes y sean generosos», afirma.
Tras un mes de julio marcado por las intensas olas de calor, y después de la tregua de las últimas jornadas, este fin de semana volverán a subir las temperaturas de manera significativa en la región. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé para hoy cielo poco nuboso o despejado en Extremadura, sin que se esperen precipitaciones. Se activarán avisos amarillos entre las 13 y las 21 horas en Vegas del Guadiana y Siberia extremeña, en la provincia de Badajoz, en Tajo y Alagón, Villuercas y Montánchez, y Norte de Cáceres. Será en las Vegas del Guadiana y Tajo y Alagón donde se alcancen las temperaturas más elevadas, ante el riesgo de alcanzar 39 grados. En la Siberia se esperan 38 grados, mientras que en las zonas montañosas de Cáceres se pueden alcanzar los 36 grados.
En este sentido, Núñez sostiene que el mercurio irá en ascenso hasta el próximo martes, mientras que para mediados de la semana que viene se espera que las temperaturas vuelvan a suavizarse. «Parece que después de todas estas olas de calor una temperatura de 39 grados no es dura, pero claro que es dura y por esto estaremos en alerta amarilla», subraya. «Hay que trasladarle a la gente que no se descuide, porque aunque no se llegue a los 43 o 44 grados que hemos llegado a registrar, con 39 grados ya hay que tomar precauciones», advierte.
A nivel nacional, la Aemet señaló ayer en un artículo publicado en el blog oficial de este organismo que cree «bastante probable» que el verano de 2022 sea «el más cálido» de la serie histórica, que arranca en 1961. El artículo recuerda que el mes de junio fue el cuarto más cálido desde que hay registros, julio fue el mes más cálido (superando al de 2015) mientras que la primera quincena de agosto de 2022 ha sido la segunda más cálida de la serie, superada solo por la de 2003. Además, ya el pasado mes de mayo, las temperaturas se situaban por encima de lo normal en España.