«Una fusión de rock», así definen su estilo musical las dos chicas de ‘Descalzas’, aunque su género va mucho más allá. Suenan también a reggea, ska o soul que acompañan a unas letras que calan hasta el fondo. Lucha, reivindicación y buen rollo es lo que transmiten. Este año celebran el décimo aniversario del grupo que empezó a subirse a los escenarios en 2012. Semanas antes de la pandemia sacaron a la luz: Con el pie izquierdo. Paloma Pascua Márquez (35 años) pone la voz e Isabel Romero Cuevas (26 años), la viola. La música no solo la viven sobre el escenario, sino que marca su día a día. La primera, natural de Almendralejo, trabaja dando clases a niños en la escuela municipal de su localidad y la segunda, de Hornachos, tiene es profesora de Música en la ESO; ahora en un instituto del norte de Cáceres. Su banda la han formado siempre chicas en su totalidad, aunque hace poco más dedos años pasó a ser mixta y ahora esta compuesta por dos mujeres y tres hombres; Juanma Alcántara, batería, Pablo Perera, a la guitarra, y Diego Sánchez, bajista. «Son aliados feministas, maravillosos y comparten la esencia de este grupo», señala Romero. Este sábado actuaron en el festival Extremúsika de Cáceres y fueron las dos únicas mujeres extremeñas del cartel. En una conversación a tres con este periódico, analizan el papel que juega la mujer en la industria musical, entre otras cosas.

¿Por qué ‘Descalzas’?

 Siempre voy descalza --dice Paloma Pascua--. Mi madre cuando era niña andaba detrás diciéndome: «¡Ay, siempre sin zapatos!». También por el contacto que tenemos con el público y lo que queremos transmitir en el escenario. 

 Diez años sobre escenarios, ¿cómo fueron los inicios?

 Cuatro amigas que nos juntamos a tocar y que no paramos --explica Paloma--. Isabel llegó con su viola con 16 años y teníamos que pedir permiso para que pudiera venir a los conciertos. No podía entrar en bares por edad, pero sí como música --responde Isabel--. Desde entonces hemos parado poco --añade Pascua--. Los festivales extremeños nos los hemos recorrido todos. El punto de inflexión llegó con Womad 2016. Nos consolidamos como festivaleras. Cuando empezamos siempre nos ponían entre los primeros grupos que salían a tocar. Consideraban que unas chicas no iban a hacer saltar al público-- recuerda Paloma--. La gente no escuchaba previamente las canciones, esperaban algo tranquilo y no que la liáramos tanto ---dice entre risas Isabel--. 

 En esta trayectoria, habrán vivido el papel que ocupa la mujer dentro de la industria...

Uf --exclamó Paloma--. Es complejo aunque creo que poco a poco avanza --continúa Isabel--. Quizá siendo mujer, sobre todo en nuestro género, cuesta más abrirse hueco. Básicamente es porque el mundo de la música está movido por hombres --asegura Paloma--. Organizadores, productores, técnicos de sonido... --continúa la misma--.

 ¿No han notado evolución en este aspecto en esta década?

--Responde Isabel-- Creo que intento de evolución, la lucha es constante. Si es cierto que vamos por el buen camino, somos optimistas. --Toma Paloma la palabra-- en los inicios nos hacían ver que por ir con una vestimenta u otra triunfaríamos más. El mensaje del grupo era muy contrario a eso porque cada una decide qué ponerse. Es decisión propia. Ahora no te pueden decir esos comentarios, pero antes sí lo hacían. Quizá nos valoren más por lo que hacemos.

¿Quiénes son sus referentes?

Desde Rocío Jurado hasta Fátima Haji en lo profesional u hasta nuestras madres, hermanas, abuelas... en lo personal. La música tiene más referentes femenino que los que imaginamos y hay muchas más mujeres que destacan en la historia que lo que nos han contado ---señala Isabel--. Hay una gran cantidad de grupos que no conocemos, están invisibilizadas, --considera Paloma--. Quien quiere rascar, lo hace y las busca o se informa. Pero hay que querer.

O sea que ven el cambio en la educación...

Sin duda alguna. Ellas están, pero calladas o escondidas y hay que buscarlas en libros que guardan mucho polvo. No es fácil, pero las hay. Hay muchas referentes --declara Isabel--. Lo malo es que no están en los que nosotros estudiamos y lo que es necesario es que estén al alcance de todos y en los libros de texto, en el aula y en casa --reclama Paloma--.

Primer disco: ‘Con el pie izquierdo’, ¿por qué?

Paloma y yo (Isabel) estábamos atravesando una etapa personal un tanto caótica. El nombre vino de experiencias personales porque al fin y al cabo la música funciona mucho como terapia. Así gestionamos lo que sentíamos en ese momento. Las actuaciones nos daban paz y las canciones nos tranquilizaban. Nos gusta tirar de humor y por eso lo elegimos. Además, se publicó el 28 de febrero, días antes del confinamiento por la pandemia. Así que el nombre cobra más sentido aún.

Dónde están las mujeres que este mundo silenció / dónde están las luchadoras de este mundo cargado de desigualdad... Así empieza su canción ‘Luchadoras’. ¿Quién del grupo compuso esto?

Yo --responde Paloma riendo--. Está dedicada a todas. Normalmente me encargo de las letras, aunque Isabel está empezando ahora. Todos los días escribo algo y cada día las canciones están más trabajadas. Justo Luchadoras está escrita desde el hartazgo, es un llanto y un canto feminista. Es justo para preguntarse: «¿Por qué?». A nosotras, que somos feministas y activistas, nos cuesta encontrarnos... --zanja Pascua--. Yo (Isabel) antes decía olvidadas y ahora el adjetivo que utilizo es silenciadas. En mis clases sí que enseño a mis alumnos a músicas y les hablo de ellas. Cada vez hay más ganas de ver libros llenos de referentes femeninas. Son pequeños cambios pero de vital importancia. Casi todas las canciones de Descalzas esconden una crítica social.

Si les dijera que solo un 13% de los artistas en lo carteles de los festivales extremeños más destacados desde verano son mujeres..

Es un reflejo del panorama de la industria, es la misma cifra de directoras de orquestas, compositoras... --dice Isabel--. No había parado a contar, pero me parecen poquísimas. Es una auténtica pena. --exclama Paloma--. Creo que deberíamos llegar al foco de esto y pensar en por qué --reflexiona esto último Isabel--.

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