Un mes de negociaciones previas no ha sido suficiente para alcanzar el acuerdo. El PSOE no lo necesita porque tiene mayoría absoluta, pero Guillermo Fernández Vara ha querido negociar las últimas cuentas de la legislatura para afrontar «entre todos» un año de altísima complejidad. Lo dijo en su discurso del Día de Extremadura y se materializó en varias rondas de reuniones con los grupos parlamentarios, los sindicatos y la patronal.
El principal escollo ha sido la rebaja de los dos primeros tramos autonómicos del IRPF. Quedó claro desde el primer momento y este martes se hizo evidente cuando la presidenta del PP, María Guardiola, confirmó que su grupo presentará una enmienda a la totalidad para que las cuentas «vuelvan a la Junta y se diseñen desde el consenso».
Guardiola ya sabe que el voto de los 34 diputados socialistas no lo permitirá, pero quiere accionar una palanca para «intentar frenar estas cuentas». «Es la única vía que queda», aseguró, ante el silencio del presidente de la Junta y su «supuesta» negociación.
Guardiola consideró que el borrador registrado en la Asamblea da la espalda a la situación real que viven miles de familias, autónomos y empresas. A su juicio, no devuelve el sobreesfuerzo que están haciendo los extremeños y renuncian a bajar impuestos para amortiguar la inflación. «Serán todo lo expansivos que quieran para la Extremadura oficial, pero son restrictivos para la Extremadura real, que es esa a la que van a seguir metiendo la mano en el bolsillo en los peores momentos», dijo en unas declaraciones recogidas por Efe.
Además de no bajar impuestos, la dirigente del PP criticó que en materia de infraestructuras se vuelve a presupuestar lo que no se ha hecho y alertó de que la deuda se dispara pese a la subida de los tipos, hipotecando a los extremeños un 20% más.
Mayor esfuerzo
Por su parte, el líder de Ciudadanos, David Salazar, consideró que las cuentas de la Junta «están muy lejos» de lo que necesita la región. A su juicio, «se podría haber hecho un mayor esfuerzo» para aliviar la economía y no es cierto que siete de cada diez euros se destinen a políticas sociales. «Se dedican a las consejerías que se encargan de mantener ese estado del bienestar. De esos siete euros, ¿cuántos llegan al ciudadano?» se preguntó.
Así, para Salazar las cuentas «son las de siempre, más infladas que nunca». La formación naranja «no descarta nada» sobre la enmienda total, pero Salazar insistió en que si se hubiera querido el consenso «se podría haber hecho más». «Es un presupuesto a la medida de Podemos», aseguró.
Precisamente, la portavoz de Unidas por Extremadura, Irene de Miguel, expresó su satisfacción con el presupuesto tras «un primer vistazo», aunque esperaban «más valentía y ambición» en algunas cuestiones, como la inclusión de los inmuebles propiedad de la Sareb en el parque público de vivienda o que la rebaja de tasas sea progresiva.
En cualquier caso, De Miguel se congratuló por que el PSOE «no le haya comprado el discurso a la derecha» sobre la bajada «indiscriminada» de impuestos y descarta la enmienda total. La formación considera que algunas de sus demandas han sido atendidas en el proceso de negociación, por lo que intentarán mejorarlas a través de las enmiendas parciales.
