«Ella estaba divorciada, lo cual no es para nada común en Marruecos. Él era mayor y no había encontrado esposa. Para la familia era el arreglo perfecto». Imane estaba en trámites de divorcio del hombre que le arrebató la vida este martes en Valencia de Alcántara, pero la presión familiar y la falta de una red de apoyos hizo que se desdijera de su denuncia por malos tratos y aceptara de nuevo a su verdugo. Así lo cuentan a este periódico fuentes cercanas al caso, que dan la cronología de un crimen en el que el sistema de protección y las medidas judiciales se quedaron cortas.

«Imane y su marido eran primos hermanos, la obligaron a contraer matrimonio con él, que era mayor y se lo encasquetaron. La familia había roto relaciones con ella por su primer divorcio», detalla esta fuente. La pareja contrajo matrimonio el 28 de noviembre de 2019 en la ciudad marroquí de Casablanca.

Los hechos

El 27 de enero de este año Imane interpuso una denuncia por amenazas y lesiones contra su pareja. Al día siguiente, tras la comparecencia, se decretó una orden de alejamiento y no comunicación para su agresor, de quien además se estableció que no tuviera régimen de visitas con el hijo que ambos tenían en común. El caso se valoró como de riesgo alto. Él recurrió pero la Audiencia Provincial de Cáceres desestimó el recurso en marzo. Durante ese tiempo, Imane había sido acogida en la Casa de la Mujer de Cáceres: «Ella se fue de allí porque se sentía aislada, hablaba muy poquito español, y quería volver a Valencia de Alcántara, donde daba clases de árabe a los hijos de algunos compatriotas». En la localidad valentina también acudía a la escuela de adultos, donde aprendía español para extranjeros.

A mediados de abril Imane acude a la valoración psicológica que se realiza durante la fase de instrucción. En esa sesión, presionada por su familia, se desdice y afirma que solo quería divorciarse de él. Hecho el informe, la Fiscalía solicita el archivo del caso y la jueza decreta el sobreseimiento del mismo en junio. En ese momento también decaen las medidas de protección que tenía asignadas. «En algunos casos las fuerzas de seguridad mantienen contacto con las víctimas, como modo de continuar protegiéndolas, pero en los pueblos esto es más complicado».

El agresor había pasado durante ese tiempo por un centro de rehabilitación para intentar «reformarse» y para tratarse un problema de alcoholismo.

«Hemos fallado»

«Imane quedó desprotegida: este es un error que como sociedad no nos podemos seguir permitiendo», denuncia Flor Fondón, presidenta de la Asociación de Derechos Humanos de Extremadura.

Fondón recuerda la importancia de tener en cuenta «el ciclo de la violencia»: «Las víctimas pueden estar bajo amenazas, presionadas... En este caso, al ser extranjera, probablemente no contaba con una red de apoyo en su entorno, quizás tenía dificultades para expresarse. Con lo cual, al final queda abocada a volver con él por esa situación de dependencia», lamenta.

Por esta razón, reclama que, aunque la víctima se retracte y vuelva con su agresor, se mantenga en evaluación y se siga en contacto con ella. «Recursos hay, pero muchas veces no son suficientes. Es muy importante seguir formando a profesionales, no solo a los que tratan directamente a las mujeres cuando denuncian, sino también, por ejemplo, en los centros de salud: los médicos de cabecera, las enfermeras, para que sepan detectar estas situaciones», insiste. 

El Sistema Viogén

Tal y como explica Fondón, el Sistema Viogen establece los niveles de protección que necesita una víctima de violencia machista: «En base a una agresión se van rellenando campos y al final el sistema valora el riesgo, en función del cual se establecen las medidas. Esa valoración ‘fría’ de la máquina puede quedarse corta, por lo que las personas que están detrás pueden subir el riesgo», detalla.

De acuerdo a la Instrucción nº 10 / 2007, por la que se aprueba el protocolo para la valoración policial del nivel de riesgo de violencia contra la mujer, se realizan valoraciones periódicas de estos niveles. Así, del nivel alto se hace de manera semanal; del medio, cada 15 días; y del bajo, mensualmente. Esta instrucción recoge también que se pueden realizar valoraciones en los siguientes casos: a solicitud del juez, del fiscal o cuando se conozcan cambios significativos en las circunstancias y/ o conducta de la víctima o del agresor.

En cuanto a la estancia en una Casa de la Mujer, la víctima puede abandonarla por voluntad propia sin que medie modo de retenerla. 

De vuelta al caso de Imane, la Guardia Civil tomó esta mañana de miércoles declaración al abogado que llevó su expediente. 

Por otro lado, la Junta de Extremadura confirmó que los Servicios Sociales están trabajando para hallar «familia extensa» que pueda ocuparse del bebé que la pareja tenía en común, según establece el protocolo, y que la Fiscalía de Menores también está informada del caso.

Una criatura que ya no podrá ver más a su madre, al igual que su hermanastra, la niña de ocho años fruto de su primer matrimonio que queda en Marruecos.

Imane pidió ayuda pero la presión del entorno la apartó de esa posible vía de escape. Los recursos no han sido suficientes. «Es terrible y debemos reflexionar para que no vuelva a pasar», sentencia Fondón.