Aún no se ha cumplido una semana del asesinato de Imane Saadaoui a manos de su pareja en Valencia de Alcántara. Existe un gran debate sobre si las medidas de protección no fueron suficientes para que la vecina de la localidad cacereña no fuera una víctima más de violencia machista. En concreto la número 36 en lo que va de año. «Pero esto no se puede quedar en un simple registro más, en un número más». Estas son las declaraciones de Marisa Tena Hidalgo, abogada de la Asociación de Mujeres Malvaluna.

La activista feminista forma parte de la organización desde su creación en 1989. A raíz de este último crimen en Extremadura, analiza los cambios en las medidas preventivas de las víctimas de violencia machista. «En este caso aún falta conocer la resolución judicial, pero ya hay que aprender de los errores cometidos. Quizá a nivel general hemos creído que había cosas que funcionan bien, sin embargo desde la asociación ya veníamos avisando de que existían carencias. Con este crimen se pone de manifiesto. Ahora lo que hay que plantearse son soluciones para que esto no se repita», declara Tena.

En nombre de la organización, plantea cinco medidas a tomar para conseguir esa protección real.

1.Conexión entre juzgados y recursos sociales

«Es necesario que exista una mayor conexión entre los juzgados, que tienen una conexión permanente con las fuerzas de seguridad, pero no la tienen con los recursos especialistas en materia de igualdad ni contra la violencia de género, ni con las organizaciones que trabajamos con mujeres víctimas de violencia machista ni tampoco con los recursos sociales. Eso haría que en casos como este cuando la mujer dice: ‘quiero salir de la situación en la que vivo y me quiero divorciar’, aunque no quiera continuar con el proceso penal después de haber interpuesto una demanda, el juzgado actúa sin tener en cuenta muchos condicionantes como la situación de ella: mujer, extranjera, sin apoyo familiar, ni social, ni económico. Esto influye en las decisiones que pueda llegar a tomar». Con esto la abogada se refiere realizar un seguimiento de que la joven, que estaba en trámites de divorcio, terminara por quitar la demanda. Por ello alude a crear una red conjunta entre las asociaciones que protegen a las mujeres y las instituciones que velan por su seguridad a la hora de tomar decisiones. «Es imprescindible conocer los factores condicionantes antes de actuar --archivar el caso-- o de levantar el riesgo e ir más allá de una valoración psicológica a los pocos meses de la querella».

2.Formación en feminismo e igualdad

«Esto es algo que nos preocupa mucho. En los organismos existe una formación importante en materia procesal, de trámites judiciales y órdenes de alejamiento; pero nada de cuales son las causas reales de la violencia de género, falta mucha empatía. Esto hay que corregirlo. Nos venden que los juzgados están especializados en violencia machista con competencias exclusivas y excluyentes como si fuera la solución a todos los problemas de esta lacra y en algunas ocasiones hasta complica mucho la vida de las mujeres. No son capaces de ponerse en el lugar de la víctima y siempre se las cuestionan», recalca.

Marisa Tena Hidalgo, abogada de la Asociación de Mujeres Malvaluna. El Periódico

«Es necesaria una conexión entre juzgados y organizaciones feministas o recursos sociales en esta materia»

3.Cambios en la Ley de Igualdad de 2011

«Desde la Ley 8/2011, de 23 de marzo, de Igualdad entre mujeres y hombres y contra la violencia de género en Extremadura desde Malvaluna dijimos que era un error excluir a las organizaciones feministas que estamos especializadas de la red de seguridad. Lo hemos solicitado reiteradamente y hasta ahora no hemos obtenido éxito. Si lo pedimos es porque consideramos que seríamos de gran apoyo ya que no solo tratamos a las víctimas como si sufrieran agresiones aisladas o de forma puntual, que es como se trata actualmente desde el estamento judicial, sino que se valora un conjunto de situaciones: relaciones personales, familiares, sociales, sus apoyos y sus presiones. Conocer su entorno. Esto permite garantizar mayor seguridad de cara a un futuro. Deberíamos ser un canal entre ellas y las administraciones para exponer sus necesidades», relata.

4.Educación con perspectiva de género

«Esta es la medida de la que todo el mundo hablamos: la prevención. Empezar por el ámbito educativo sería lo ideal. Dar charlas en institutos no sirve de nada. Hay que trabajar a lo largo de todo el ciclo educativo, desde los primeros cursos hasta los últimos. Para ello, hay que implicar al profesorado. Coeducar, pero ahora mismo solo existe la educación mixta. Impartir enseñanza con perspectiva de género con la implicación de toda la comunidad educativa», señala. 

5.Mejoras sociales y más asociaciones de feminismo 

«Otro aspecto es que no se está invirtiendo todo lo que debería en prevención social. Cada vez calan más los discursos negacionistas del machismo y a las asociaciones se nos da una imagen deplorable. Se está desviando el foco y se pone más el acento en otras cuestiones que en la lucha contra la violencia de género», manifiesta. «Necesitamos mejorar los recursos y más organizaciones feministas. Estamos desbordadas», añade. «En Extremadura además contamos con una dificultad añadida en la mayor parte de la región: el entorno rural y su falta de medios», concluye.

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