Ya hay propuesta de adjudicación para la construcción del primer tramo de la autovía Cáceres-Badajoz, que lleva ya casi dos décadas de retraso, desde que en 2006 fuera presentado el proyecto por el entonces presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. La mesa de contratación de la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, celebrada este viernes, propuso a la Unión Temporal de Empresas (UTE) Rover Infraestructuras SA (valenciana) y Gévora Construcciones SA (pacense) para la ejecución de este primer trazado, que tendrá 13 kilómetros. La licitación se anunció en septiembre, después de que la subida de los materiales obligara a modificar el contrato en marzo para adaptarlo a los nuevos precios.

Esta UTE valenciana y pacense ha sido la que mejor puntuación ha obtenido de las 21 empresas presentadas. En concreto ha quedado en primer lugar en la oferta técnica entregada y en segundo en la económica, sin tener en cuenta las bajas temerarias. La UTE presentó una propuesta diez millones de euros por debajo del presupuesto base de licitación, por lo tanto la obra costará al Estado 78,6 millones de euros. El proceso abre ahora un plazo de dos semanas para que las empresas que se presentaron al concurso y que han sido valoradas como bajas temerarias puedan justificar su oferta económica, después se hará oficial la adjudicación.

En concreto, el tramo que se encargarán de ejecutar comienza en las proximidades de la ciudad de Cáceres, enlaza con la A-66 y discurre por los llanos de Cáceres, pasando sobre los ríos Salor y Ayuela. Transcurre de noreste a suroeste, manteniéndose sensiblemente paralelo a la traza de la N-523 por el oeste. La nueva infraestructura a construir contempla 12 estructuras (nueve pasos superiores, dos viaductos y un paso inferior), así como la reposición de servicios afectados, obras de drenaje y otras obras complementarias tales como cerramientos, estaciones de aforo o canalizaciones de fibra óptica.